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La “estrella” se cayó a último momento, justo cuando los anfitriones se disponían a tirar la casa por la ventana. Un problema en las vértebras del mexicano Carlos Fuentes impidió que el escritor inaugure hoy a las 18.30 la 33ª edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, la más ambiciosa de cuantas se realizan en América latina, que se extenderá hasta el 7 de mayo en el predio de la Rural. Más grande que nunca, habrá 45.000 metros cuadrados –por primera vez ocupará la superficie total del predio–, donde convivirán 1521 expositores y donde se realizará un record de actos culturales: 1700. “El problema con el reemplazo era que cualquier escritor iba a quedar bajo la sombra de Fuentes, como un suplente, y a mí no me pareció correcto”, justifica Horacio García, presidente de la Fundación El Libro, en diálogo con Página/12. Entonces, la apertura de esta edición, cuyo lema es Libros sin fronteras, será atípica: la actriz Norma Aleandro leerá textos de Jorge Luis Borges y de Julio Cortázar.
Nombres sin fronteras
La ausencia de Fuentes no debería eclipsar al puñado de escritores, filósofos y sociólogos que participarán de charlas, debates y presentaciones de libros. El mexicano Carlos Monsiváis y el español Fernando Savater serán los primeros en debutar en la Feria. El autor de Aire de familia dialogará mañana y el sábado con Carlos Ulanovsky y Beatriz Sarlo, respectivamente, mientras que el filósofo español, tal vez el protagonista indiscutible de esta edición, presentará La vida eterna (Ariel) este sábado a las 17 con Nelson Castro. El listado de invitados se completa con Jean Marie Le Clézio, que presentará El africano (recientemente publicada por Adriana Hidalgo) con Mario Goloboff el miércoles 25; el chileno Antonio Skármeta (dialogará el próximo lunes con el ministro de Educación, Daniel Filmus), los españoles Eduardo Mendoza, autor de Mauricio o las elecciones primarias, y Manuel Rivas, autor de Los libros arden mal. También llegarán al país la socióloga holandesa Saskia Sassen, autora de Una sociología de la globalización (Katz); Daniel Kehlmann, considerado el “escritor prodigio” de Alemania, autor de La medición del mundo (Emecé), novela en la que describe un encuentro cumbre ficticio entre el matemático y astrónomo más notable de los siglos XVIII y XIX, Carl Friedrich Gauss, y el geógrafo y explorador naturalista Alexander von Humboldt; el chileno Alejandro Zambra, los cubanos César López, poeta homenajeado en la reciente Feria del libro de La Habana, y Jorge Fornet, autor de El escritor y la tradición. Ricardo Piglia y la literatura argentina (FCE); el portugués Joao Magueijo, el brasileño Sérgio Sant’Anna y el antropólogo argentino residente en México Néstor García Canclini, entre otros. El cupo best sellers estará garantizado por el africano Wilbur Smith y el psicoanalista norteamericano Brian Weiss.
La aduana de papel
Dos detalles del mercado editorial argentino no deberían perderse en el vértigo de esta edición. Paradoja del boom post-crisis de 2001: aumentó la cantidad de títulos publicados, pero el precio del papel, parece, tampoco tiene fronteras. A comienzos de marzo, el conjunto de papeleras que operan en el país aplicaron un nuevo aumento de entre el 4 y el 6 por ciento en el precio del principal insumo industrial de la actividad editora. La Cámara Argentina del Libro (CAL) informa que, desde la devaluación, el papel aumentó un 224 por ciento: este incremento, se quejan las 450 pymes representadas por la CAL, impacta en los costos y los precios de los libros. Si antes de la devaluación, el papel representaba el 30 por ciento del costo industrial del libro, ahora, seis años después, la cifra araña el 60 por ciento. “Lo de libros sin fronteras es una expresión de deseos”, dice Horacio García, presidente de la Fundación El Libro. “En este momento, en que hay muchas más trabas para las personas y problemas para ingresar a distintos países, me parece que una de las maneras de apertura son los libros.”
García anticipa que en su discurso se referirá al problema del incremento del costo de papel, que en la Argentina es de un 10 a 12 por ciento más caro que en España. “Para un español el libro argentino es baratísimo; para un mexicano, quizá no tanto, pero sigue siendo barato. Para los argentinos, no”, compara García. “Los libros argentinos están muy baratos si se los compara con los precios internacionales, y por eso se venden muchos libros en el exterior, por el precio y la calidad.”
–Pero si este aumento del papel se trasladara al costo del libro, muchos se quedarían –a propósito del lema de la Feria– del otro lado de la frontera, excluidos...
–Es verdad que sacaría del circuito de lectura a muchos lectores, y eso realmente nos preocupa. No sólo en un sentido económico. Ya sabemos lo que ocurre cuando los libros se prohíben o cuando la gente no puede acceder. La dictadura dejó marcas muy fuertes que hicieron que la industria argentina retrocediera veinte años, porque muchos títulos no se podían publicar; quienes trabajaban en el sector tuvieron que exiliarse o desaparecieron. El precio del papel es una advertencia para que empecemos a encontrar soluciones. De eso voy a hablar en el discurso, es un problema que queremos discutir.
–¿Qué soluciones o alternativas están manejando?
–Nos tenemos que sentar los proveedores de papel, los editores y el Estado. Nosotros proponemos que el papel sea vendido a precios internacionales en la Argentina, lo que implicaría una rebaja sustantiva del 15 por ciento. Y el precio del papel en este momento es un muy alto en la incidencia del costo del libro.
–¿La idea sería establecer una política de control de precios?
–No sé si sería una política de control, prefiero hablar de una política de acuerdo de precios en cuanto al papel para el uso interno de los libros. Tenemos también un problema impositivo: nosotros pagamos IVA, pero no podemos recuperarlo de ningún lado. Esta sería una medida que se podría adoptar, que pudiéramos recuperar el IVA que se paga en el papel, ya que el libro está exento y va a seguir exento. Esto haría que automáticamente se produjera una baja en el papel.
La cantidad de novedades editoriales publicadas durante el año pasado, 19.426 títulos, aumentó un 12 por ciento respecto de 2005 (17.356), según las estadísticas proporcionadas por la Agencia Argentina de ISBN (International Standard Book Number), administrada por la CAL. “Ya recuperamos lo que habíamos perdido con la crisis. Ahora estamos arriba y este es el momento de crecer y ocupar un espacio mucho más grande”, plantea García. Aproximadamente, el 49 por ciento del total de las novedades, 9606 títulos, pertenece a autores argentinos, mientras que en 2005 representaban casi el 70 por ciento del total de la producción. Los autores extranjeros con mayor cantidad de ediciones publicadas en la Argentina el año pasado fueron Gabriel García Márquez, Isabel Allende, J. R. R. Tolkien, Sigmund Freud, Paulo Coelho, William Shakespeare, Danielle Steel, Osho, Dale Carnegie, Agatha Christie, Edgar Allan Poe y Oscar Wilde. Respecto de la lengua, los títulos publicados en castellano representaron el 97 por ciento, y en cuanto a las traducciones, el inglés encabeza la lista (58%), seguido de lejos por el francés (12%). Las estadísticas confirman que abril es el mes en el que se lanza al mercado el mayor porcentaje de novedades (10,25% del total de la producción anual), hecho que se explica por la realización de la Feria.
Apología de los clásicos
Una de las novedades de esta edición será “La noche de la ciudad en la Feria”, el sábado 28. Las puertas del predio de la Rural permanecerán abiertas hasta las dos de la madrugada y el público podrá optar por las actividades, juegos, espectáculos y entretenimientos programados para la ocasión. La Biblioteca Nacional iniciará el “Programa de difusión del autor clásico argentino” con publicaciones y actividades destinadas a acrecentar el conocimiento de los escritores y textos argentinos. En el stand de la Biblioteca se entregarán gratuitamente pequeños ejemplares como Apología del matambre, de Esteban Echeverría; la Introducción de Facundo, de Sarmiento; La política del puñal y Revelación de un crimen, de La vida del Chacho, de José Hernández; El delito de besar, de José Ingenieros; y el Decreto de supresión de honores, de Mariano Moreno. Aunque el director de la Biblioteca, Horacio González, subraya que son textos de decisiva importancia en la memoria lectora del país, advierte que “una elección definitiva de qué textos considerar para empeñarse en tal empresa sería absurdo o imposible”. Sin embargo, González plantea que existen semejanzas entre los pequeños textos seleccionados. “Es curioso que Moreno haya pensado en una visión del poder desmontando sus simbologías, pero admitiendo que había que practicarlas hasta que los pueblos fueran capaces de distinguir entre la república y sus vanos oropeles de mando.” Sobre el texto de Echeverría, González observa que es curioso que haya escrito un elogio hacia la comida, los sabores y los manjares nacionales o que la invocación de las sombras en la introducción de Facundo tenga dimensión shakespeareana.
Como todos los años, el lunes 23, Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, se realizará un maratón de lectura dedicado a las “Voces de Buenos Aires”. Juan Carlos Baglietto, Amelita Baltar, Luis Majul, Boy Olmi, Rita Cortese, Nelson Castro, Cecilia Milone y Darío Grandinetti, entre otros, leerán textos de autores argentinos. “La poesía siembra ojos en la página, siembra palabras en los ojos”, escribió Octavio Paz. La poesía tendrá nuevamente su espacio en el predio: del 1º al 4 de mayo se realizará el II Festival Internacional de Poesía. La inauguración de este encuentro estará a cargo del cubano César López y el colombiano Juan Manuel Roca. Y no podían faltar los homenajes. A cien años de su nacimiento, la Secretaría de Cultura de la Nación ofrecerá en su stand una muestra de fotos documentales con comentarios de los momentos más representativos de la vida de Homero Manzi, una exposición de ilustraciones de Hermenegildo Sábat, proyecciones y canciones de Manzi. También el Ministerio de Cultura porteño hará un homenaje al autor de “Sur” y a Ulyses Petit de Murat y Joaquín Gómez Bas.
“Mucho más no podemos crecer, hemos llegado al borde de lo que podemos ser. Ya no tenemos lugar donde poner la Feria, éste es el predio más grande que hay en la Argentina”, admite García. “Lo interesante sería que nos viéramos desbordados por un impulso lector mayor y más amplio.”
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