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Lunes, 12 de mayo de 2014
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Universal Channel estrena mañana Chicago PD

Ciudad vestida de azul oscuro

Desprendimiento de Chicago Fire, se centra en el día a día de un destacamento policial, con sus claroscuros de rigor. Un buen ejemplo de ficción actual que navega entre el clasicismo y la inclinación hacia cierta tenebrosidad.

Por Federico Lisica
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La interpretación de Beghe es uno de los puntos altos de esta ficción.

Según cantaba Frank Sinatra, Chicago era su tipo de ciudad. La misma que, varias décadas antes de la existencia de Internet, ya tenía su fama global por la mafia. En el cine, el director John Hughes le declaró su amor en varias películas, especialmente con Un Experto en Diversión y la inolvidable rateada ochentosa de Matthew Broderick por todos los rincones de la “ciudad del viento”. Chicago PD (Universal Channel la estrena mañana a las 22) quiere sumarse a esos clásicos portarretratos con un policial televisivo. “No renegamos del mote de dureza que acompaña a Chicago, y creo que eso se puede ver en el protagonista con su historia más bien oscura a cuestas”, le dijo a Página/12 Matt Olmstead, el productor y guionista de la serie.

Quien también estuvo detrás de NYPD Blue y Prison Break se refiere al Sargento Hank Voight (Jason Beghe). Un duro que ha llegado a ser la cabeza de la Unidad de Inteligencia más allá de su poca afición a las normas y de estar bastante cerca de la suciedad que debe limpiar. “Mantenete afuera de mi ciudad”, le dice a un dealer tras golpearlo en su primera aparición en el capítulo inaugural, mientras que de otros dos acepta sendos sobornos. “Chicago es el gran cruce urbano de todo Estados Unidos, es por eso que tiene su peculiaridad como si fuera otro país. Todos nos vemos como sujetos atados a un lugar, pero en el fondo somos eso: sujetos. Yo intento hacer los personajes de micro a macro y creo que todos tenemos áreas grises. Lo que sucede con Hank es que representa muy bien lo grisáceo de lo humano, pero desde el punto de vista de la ciudad”, explica el actor que lo interpreta y vino al país para presentar la serie (ver nota aparte). La interpretación de Beghe es uno de los puntos altos de esta ficción. Su criatura es capaz de abofetear a sus detectives con máximas propias del género (“si intentan pasar por arriba mío, esa será la última línea que crucen”); es en su voz y mirada que esos ganchos no sólo son creíbles, sino “festejables”.

¿Realmente existirán esas comisarías que parecen no haber cambiado un ápice desde la época de Kojack? ¿Pueden la brutalidad policial y la corrupción convivir con un corazón noble? Es que Chicago PD toca las teclas de un piano que conoce muy bien. Y no desentona. “En cierto sentido este programa es una vuelta a un formato clásico; tiene algo de la estructura de procedimiento, pero a eso le sumamos más desarrollo de historias y personajes”, explica Olmstead, que ha concebido este programa junto a otro conocedor de los seriales como Dick Wolf (capo de la franquicia Law & Order). Cabe agregar que a poco de su estreno en los Estados Unidos esta serie original de la NBC ya tiene confirmada una segunda temporada. La historia de este drama policial, en definitiva, apela al trabajo y el hogar de cada uno de los oficiales del Distrito 21. El corazón y el músculo de quienes combaten contra el delito. Una chica con pasado negro –socia ideal del jefe–, el que hace todo por su familia y el novato con buena estrella.

La ficción es un desprendimiento de Chicago Fire (que transmite la misma señal) por lo que hay historias cruzadas y cameos de personajes de una en la otra. Comparte con ese retrato de los bomberos una puesta en escena estricta, el equilibrio entre tensión y el retrato humano de los servidores públicos, una bienvenida simpleza argumentativa y personajes adecuadamente delineados. Pero en lo que una es dedicación sin mirar a quién, en la otra es dura supervivencia. Como claro exponente de la ficción actual, los hacedores de Chicago PD han tomado nota de que el público disfruta de los personajes con claroscuros y de trasfondos policiales más agresivos. Así, en el piloto hay un narcotraficante colombiano que degüella rivales, muertes más bien inesperadas y, sobre todo, la prestancia de Hank Voight. Un “Harry muy sucio” que les dice a sus dirigidos luego de una redada que salió mal: “Ustedes me dicen la verdad para que yo mienta por ustedes”.

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