P谩gina/12 En M茅xico
Desde Ciudad de M茅xico
鈥淪i las drogas no se utilizan con un fin recreativo, entonces son una adicci贸n. Si se tratan como una adicci贸n, son una enfermedad. Y si son una enfermedad, voy a dedicar mi vida entera a encontrar una cura鈥, lanza el doctor John Thackery (Clive Owen) sobre el final del primer episodio de la nueva temporada de The Knick (va los viernes a las 23 por MAX). Claro que esta eminencia en su campo pasa gran parte del cap铆tulo batallando contra ese mismo dilema y seguir谩 por ese curso durante los nueve episodios restantes de la creaci贸n televisiva de Steven Soderbergh. El cirujano, m谩s cerca de la megaloman铆a de V铆ctor Frankenstein que del pensamiento lateral de Gregory House, hab铆a acabado la primera temporada internado por estar completamente enganchado a la coca铆na. Un peque帽o detalle: lo hab铆an tratado con hero铆na como posible ant铆doto (en un breve di谩logo se cuenta que la droga fue introducida al mercado 鈥渃on notables 茅xitos鈥 por la farmac茅utica Bayer).
El padecimiento de Thackery expone varios de los nudos narrativos y contextuales de la serie. Es que si bien el coraz贸n de The Knick es este sujeto (鈥渋nterpretar a alguien as铆 es estar caminando sobre una cuerda floja鈥, dijo el ingl茅s), la propuesta va mucho m谩s all谩 de los conflictos de un genio t贸xico. El tejido es el Hospital Knickerbocker, con todas las derivaciones personales y profesionales los que recorren sus pasillos y salas. Tambi茅n est谩 la medicina con sus avances (el descubrimiento de los tipos de sangre), experimentaciones (en su mayor铆a fat铆dicas y tortuosas) y obsesiones (ganar el Nobel, la competencia de la ciencia con Dios). Pero el cuerpo integral es uno m谩s amplio. Una Nueva York de comienzos del siglo XX que abraza la modernidad a los ponchazos. 鈥淎unque represente algo sucedido cien a帽os atr谩s, creo que es un programa que habla mucho de los que acontece en la actualidad, los t贸picos con los que lidia The Knick siguen siendo relevantes鈥, asegur贸 el actor Andr茅 Holland, durante la presentaci贸n de la serie a la prensa latinoamericana a la que asisti贸 P谩gina/12.
Eve Hewson, que interpreta a la enfermera Lucy Elkins, detall贸 cu谩les son esos temas: 鈥淐reo que ha gustado tanto justamente porque se mete con el racismo, el rol de la mujer, el sexo, la religi贸n, el acceso a la salud, la inmigraci贸n... En muchos de esos aspectos se han logrado avances y en otros todav铆a se est谩 a mitad de camino鈥. Para los ne贸fitos, cabe apuntar que estas cuestiones son abordadas sin anestesia alguna. 鈥淪i les gust贸 la primera temporada, van a tener un mont贸n para ver e indagar ahora. Seg煤n Steven (Soderbergh), comparada con esta, la primera fue una comedia rom谩ntica鈥, asegur贸 entre risas quien interpreta a Algernon Edwards.
Tanto Edwards como Elkins son centrales para el desarrollo narrativo de The Knick por su relaci贸n directa con el inestable Thackery. La enfermera es m谩s que una simple asistente silenciosa: se volvi贸 su amante en una relaci贸n que Hewson define como 鈥渃omplicada y dif铆cil鈥. 鈥淓n esta temporada se va a poder entender por qu茅 Lucy se siente atra铆da por este hombre poderoso y que es tan cruel con ella. Ella se hab铆a preocupado por complacerlo, lo ve铆a como un semidi贸s. Hay algo de la relaci贸n que arrastra con su propio padre. Definitivamente habr谩 un cambio鈥, explica la actriz. Edwards, por su parte, no ser谩 s贸lo el brillante colega negro que asombra al jefe de cirujanos. 鈥淗ab铆a algo de ambici贸n y la posibilidad de compartir una sapiencia. El respeto ahora ser谩, no dir铆a una amistad, pero sin dudas una colaboraci贸n. Se necesitan mutuamente de una manera que no lo esperaban. Comparten hasta sus vulnerabilidades, algo que no puede hacer frente a los dem谩s鈥, dice Holland.
Frente la ausencia de Thackery en un hospital siempre al borde del colapso financiero, este otro 鈥渉ombre adelantado a su 茅poca鈥 planea ocupar su lugar. Tiene logros para demostrarlo pero es altamente improbable que le den ese puesto teniendo en cuenta su color de piel. Es que el protagonista puede ser capaz de realizar lobotom铆as ilegales para conseguir unas ampollas de m谩s pero sigue siendo blanco. Edwards, como Thackery, es autodestructivo y atraviesa una inestabilidad emocional producto de su amor fallido con Cornelia Robertson (Juliet Rylance), una socialit茅 progresista y mecenas del hospital.
Para todos los personajes de The Knick, la espiral s贸lo puede ir cuesta abajo. Abortos realizados por monjas, discriminaci贸n explosiva, funcionarios corruptos... Es como si las pandillas de Nueva York de Scorsese hubiesen tomado por asalto este hospital. Holland ampl铆a sobre la cuesti贸n de la negritud. 鈥淯no de los aspectos m谩s emocionantes pero tambi茅n tristes de este programa es que ten茅s un hombre brillante como Algernon Edwards, pero uno sabe que las cosas no van a mejorar para 茅l. Para m铆 fue educativo investigar y enterarme de que hubo personas que lucharon como 茅l. En cierta manera, The Knick podr铆a estar escrito para el ma帽ana鈥, asegura. El actor, que particip贸 recientemente del film Selma, pone el ejemplo de un episodio de la primera temporada. Un malentendido callejero entre un negro y un polic铆a termina con una revuelta y posterior caza de los oprimidos. 鈥淒espu茅s ves las noticias y te das cuenta que en la actualidad las cosas no son tan diferentes, con todo lo que pas贸 en Ferguson, Baltimore y el resto de los Estados Unidos.鈥
A diferencia de otros portarretratos convencionales para personajes afroamericanos, Edwards tiene dobleces, falencias, est谩 alejado del bronce. 鈥淓s un negro complicado 鈥揺xplica el actor鈥, no es s贸lo el noble, ni el buen amigo, el compa帽ero, el que dice 鈥榦k, hagamos las cosas as铆, jefe鈥, que es como suelen ser la mayor铆a de los papeles de este tipo. Tiene un punto de vista y un talento pero es arrogante, es dulce y violento, tiene rabia y frustraci贸n. Ejerci贸 la medicina en Europa y fue tratado con respeto. No s茅 si es consciente de que est谩 adelantado a su tiempo, pero s铆 percibe que Estados Unidos est谩 rezagado. Ten铆a que hacer este personaje, iba a pelear desesperadamente para interpretarlo鈥, apunta quien tiene como referentes a Sidney Poitier, Daniel-Day Lewis y Denzel Washington.
Para conseguir el papel de la enfermera Lucy Elkins, adem谩s de mutar su tonada irlandesa por una sure帽a, Eve Hewson tuvo que enviar un video donde llev贸 a cabo la que ser铆a su gran entrada en el comienzo de la serie: su inyecci贸n de coca铆na en el pene del doctor Thackery. 鈥淔ue una cosa bastante extra帽a de llevar a cabo en un video de prueba. Us茅 unas botellas que no se ve铆an en c谩mara y que para m铆 eran las venas del doctor. Luego tuve una reuni贸n con Steven y result茅 elegida鈥, dice la actriz frente al primer gran trabajo de su carrera. 鈥淓lla no es lo que aparenta ser. En la primera temporada, estuvo prestando mucha atenci贸n a todo lo que acontec铆a a su alrededor. Creo que va mostrando mucha m谩s fortaleza que ciertos doctores. Ha sido subestimada, pero es muy curiosa, y se sorprenden cuando la ven tomar la iniciativa. La atrae el peligro y por eso trabaja en este ambiente inseguro. Es muy distinta a m铆 y me tom贸 un buen tiempo entender sus motivaciones鈥, se帽ala la hija de Bono, el cantante de U2.
Para dar con el rol, Soderbergh la 鈥渙blig贸鈥 a leer el libro Low Life, sobre el per铆odo que retrata la serie; vio documentales sobre enfermer铆a y cont贸 con la ayuda de su 鈥渕ejor amigo鈥: Google. Los involucrados contaron con un asistente m茅dico durante todo el rodaje que les indic贸 desde c贸mo se usan esponjas y bistur铆es, y hasta c贸mo hay que pararse en una sala de operaciones. Para Holland fue fundamental la obra del soci贸logo W.E.B. Du Bois, que trabaj贸 la idea de la doble conciencia en los afroamericanos de finales del siglo XIX. 鈥淒u Bois explicaba que los negros contaban con dos lados en su personalidad, una en p煤blico y la otra privada. Lo de la doble conciencia era una forma de supervivencia, y este sujeto est谩 atascado en esos dos mundos, no se siente c贸modo en ninguno de ellos. Por eso se da帽a鈥.
Tras amenazar con abandonar la realizaci贸n cinematogr谩fica, Soderbergh (Erin Brockovich, Magic Mike, La gran estafa) se aboc贸 integralmente en la realizaci贸n de The Knick. Producto inusual en su tema, forma, confecci贸n visual y sonora, pero bastante af铆n a las expectativas que se depositan en la ficci贸n televisiva actual. En cierta manera, el autor se mantiene fiel a su esp铆ritu originario, cercano al one man crew, pero con un presupuesto de alto rango. La recreaci贸n de 茅poca es fidedigna pero alejada del pintoresquismo, una cu帽a entre el corset post victoriano y la innovaci贸n tecnol贸gica. Impresiona la fotograf铆a de interiores acorde a esa primera fase de la energ铆a el茅ctrica. Otro de los aspectos m谩s destacables es el trabajo musical de Cliff Mart铆nez, colaborador de Soderbergh desde Sexo, mentiras y videos. La composici贸n es generosa en cadencias y pasajes electr贸nicos, lo cual produce un desfasaje entre la era recreada y la forma en la que se presenta el relato.
Los actores afirman que el ganador del Oscar por Traffic tiene mente de montajista en el set y que su forma de trabajo puede ser un 鈥減oco atemorizante y liberadora鈥. 鈥淭iene como tres cerebros trabajando al mismo tiempo 鈥揷uenta Hewson鈥. Escucha mucho a los actores. Y cuando pens谩s que es 鈥榚l鈥 momento para el que te estuviste preparando, Steven se queda filmando a un doble. Tambi茅n hace lo contrario, de repente la c谩mara apunta hacia vos y ten茅s que dar todo, lo cual te obliga a ser muy eficiente鈥. Holland asiente: 鈥淪e mueve de una manera muy r谩pida, sin muchas repeticiones, ahora es m谩s como una danza. Cuando nos pon铆amos muy detallistas en el lenguaje de 茅poca, nos dec铆a que no, que dij茅ramos lo nuestro como si fuera hoy鈥.
En definitiva, The Knick encierra una paradoja y un doble juego para el espectador. Casi una demanda. Si el prisma del ayer es visto desde el conocimiento actual, 驴cu谩n fiable es lo que se da por seguro en el presente? Soderbergh no ofrece un an谩lisis asc茅tico: opera entre transfusiones que salpican, 贸rganos que se agitan e incisiones de carnicero. Es un aut茅ntico drama adulto, y con bienvenidas complejidades tem谩ticas y que en su est茅tica 鈥揳l menos en la referida a la faena hospitalaria鈥 no tiene problemas en zambullirse en el gore. 鈥淓n la primera temporada no sab铆amos cu谩l era la visi贸n de Steven al respecto. Tampoco hab铆amos escuchado nada de la m煤sica que compuso Cliff Mart铆nez. No sab铆amos que iba a tener ese enfoque tan moderno, incluso mucho m谩s cool de lo que cualquiera habr铆a supuesto鈥, apunta Hewson. 鈥淓s una serie para ver con las manos tap谩ndote la cara, definitivamente. Steven es brillante y es genuinamente shockeante. Cuando vi lo del reci茅n nacido en el primer episodio... Incluso cuando est谩s en el rodaje es fuerte y crudo, b谩sicamente recomiendo no comer antes de ver un episodio de The Knick鈥, cierra Holland.
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