El escritor Leonardo Oyola suele decir que con Kryptonita –su novela y base para la posterior película– encontró una segunda familia. Con Nafta Súper (estrena el miércoles por Space a las 22.30, antecedido por un especial a las 22) su casta se ha ampliado en número pero manteniendo el ADN. La serie suma personajes a la banda de El Pini/Nafta Súper (Juan Palomino), incidentes, más enemigos, y abre el foco sobre los cordones de ese conurbano fantástico, inabarcable y notablemente verosímil. Esa cruza –o choque, mejor dicho– de lo probable con lo increíble, de lo bastardo con lo foráneo, del primer mundo con la periferia, es el verdadero superpoder de este universo. “Kryptonita sucedía en un espacio cerrado. El Hospital donde tenían que aguantar una noche para salvar a su líder. En Nafta Súper se sale a recorrer la calle”, le dijo Oyola a PáginaI12 durante una visita al set. La entrega, por otro lado, mantiene a todo el equipo creativo y técnico de la película, encabezada por la dirección de Nicanor Loreti. Vale apuntar que no es una simple continuación del film, ni una miniserie, o un largo en varios bloques, es más bien un spin off o, mejor dicho, un auténtico seriado “Made in  Matanza”. 
Han pasado diez meses del suceso del largometraje. El grupo se ha disuelto pero la bonaerense no se olvidó de ellos. Se la tiene jurada a esas versiones vernáculas de la Liga de la Justicia situada en Isidro Casanova: El Federico (Pablo Rago), Lady Di (Lautaro Delgado), Faisán (Darío Lopilato), Ráfaga (Diego Cremonesi), Cuñataí Güirá (Sofía Palomino) y Juan Raro (Carca). El arco argumental parte del asesinato del cabecilla de unos narcos maras, orquestado por la policía para inculpar a la tropa de Nafta Súper, y que el resto de las bandas quiera destruirla. “Esto es una cama de acá a la China y también a Taiwan”, dice uno del grupo reunido a la fuerza. Para ensanchar el carácter mítico, El Pini recién aparecerá hacia el tercer episodio. 
Más allá de la cita a The Warriors (Walter Hill, 1979), sus creadores señalaron que cada capítulo tendrá su propia subtrama, lógica y estética (del policial crudo al terror giallo) con una gran conclusión en el último episodio. Los casos los llevarán por enclaves sórdidos, piringundines con gente pesada y varias mujeres bellas y fuertes –como una heroína felina llamada Mishi e interpretada por Jazmín Stuart–. Las peleas son híper estilizadas, cada imagen recuerda a un cuadro de historieta, en los diálogos el humor es desenvuelto y lleno de referencias al pago chico. Sí, toda la propuesta se percibe más lúdica que en Kryptonita.
No hay historia de superhéroes sin sus respectivos némesis. Además de Corona (Diego Capusotto entregará más minutos de su personaje), se le sumarán otros malvados como El Ejecutor (Pablo Cedrón) y Vidrio (Pato Menahem). Este último será contratado por los contrincantes de Nafta Súper para “hacerlos cagar”, según cuenta el actor. “Es un tipo muy peligroso, un sádico que disfruta asesinar, no tiene  escrúpulos, es un violador de mujeres y de niños. Muy impune y difícil de atrapar, se escapa por los reflejos, especialmente por los espejos, y se lleva a sus víctimas”, cuenta el intérprete que con sus dientes podridos y zapatos blancos recuerda a Bobby Peru de Corazón Salvaje (David Lynch; 1990). El dato lo apunta Laura Cacherosky, una de las vestuaristas. Es que toda la iconografía de Nafta Súper recuerda a la serie “Pop Latino” de Marcos López pasada, eso sí, por un filtro más filoso y turbio. “No son héroes tallados como esculturas griegas”, dirá Palomino. “En la película eran siete personajes más un par de satélites, acá son 79, hay un montón de mujeres, y cada uno tiene su encanto”, detalla Cacherosky. 
Los méritos de Nafta Súper no sólo pasan por el relato: al fin y al cabo, es una de aventuras con matices más reconocibles. La expansión de su mitología respeta las convenciones y a la vez se sabe un juego. Ahí están dando vueltas en la web esas carátulas que presentan a cada personaje como un mazo de cartas “Match 4”. El expediente del Señor de la Noche (Pablo Rago), dice que su altura es “como el Dalton de Patrick Swayze”. A su vez, al término de cada emisión (se emitirán dos capítulos por noche) estarán disponibles en You Tube, unos webisodios con la periodista Mariela Fernández haciendo un informativo. “Es un programa para ver con amigos mientras comés una pizza”, dijo Oyola. 
En este recreo, pues, entran la iconografía de DC Comics, las “leyendas matanceras” y también el cine clase B de los 70 y 80. Principalmente John Carpenter. Si Kryptonita era una versión más contigua de Asalto al Precinto 13, en su deriva urbana y enloquecida Nafta Súper traduce Escape de New York y especialmente Rescate en el Barrio Chino. Que aquí, claro, sería un “¡Rescatate Isidro Casanova!”.