Imprimir|Regresar a la nota
Sábado, 4 de octubre de 2008
logo espectaculos
Nine Inch Nails se rob贸 el protagonismo en la cuarta fecha del Pepsi Music

Un maquinista llamado Trent Reznor

Con un material poderoso y una puesta impactante, la banda estadounidense marc贸 una nota dif铆cil de superar. Fue el digno broche de oro para una jornada negra, que incluy贸 a Black Rebel Motorcycle Club, Los Natas y Los 7 Delfines.

Por Mariano Blejman
/fotos/espectaculos/20081004/notas_e/na32fo01.jpg
Reznor comand贸 una maquinaria ajustad铆sima, que supo combinar potencia industrial y melod铆a.

Si alguien pod铆a ser capaz de afinar dulcemente cada una de las notas que emite un tren de baja velocidad, de esos que hacen ruido cuando arrancan, cuando frenan, y mantenerlo aun bien sintonizado mientras el tren descarrila y vuelve a encarrilarse, no pod铆a ser otro que Trent Reznor, cantante, productor, realizador, afinador de trenes y, finalmente, maquinista del poderoso carguero Nine Inch Nails, quien en su segunda visita a Buenos Aires demostr贸 que la verdadera revoluci贸n industrial no sucedi贸 en el 1800 en Inglaterra, sino a comienzos de los 鈥90 en los Estados Unidos. La voracidad esc茅nica de Reznor, corte de pelo al ras, cuerpo anabolizado, pancita musculosa y prepotente y una furia que llen贸 de carb贸n la caldera en el arranque con 鈥淢arch of The Pigs鈥, 鈥淧iggy鈥 y 鈥淭he Frail鈥 explot贸 de energ铆a con la esperad铆sima versi贸n de 鈥淐loser鈥 (provocando un casi in茅dito pogo en el corralito vip al grito de 鈥淚 wanna fuck you like an animal鈥). As铆, la llegada de 鈥淕ave up鈥 funcion贸 como primer corolario.

Durante la tarde del jueves, las instalaciones del Club Ciudad de Buenos Aires, sede del Pepsi Music, se hab铆an llenado de unos diez mil hombres y mujeres de negro (algo m谩s de los que fueron al Luna Park hace dos a帽os), botas altas oscuras, tapados largos, mucho piercing mal atravesado y cortes alla Marilyn Manson (a quien Reznor produjo all谩 lejos y hace tiempo). El p煤blico dejaba claro que su apuesta visual necesitaba que llegara r谩pidamente la noche: eran pasajeros que ocupaban los vagones de ese tren que iba a llegar a la estaci贸n a las 21.45. Poco antes, la arenga del p煤blico darkie 驴tribunero? intent贸 el grito de 鈥溌l茅, ol茅, ol茅, ol茅, Nainch nails!鈥. Despu茅s prob贸 con 鈥溌reznor! 隆Treznor!鈥. Todo demasiado dif铆cil de articular. Como sea, una media hora m谩s tarde, pasado 鈥淕ave up鈥, la m谩quina desenganch贸 un par de vagones cuando una pantalla de luces redujo el escenario hacia adelante y la puesta tecno electr贸nica de Reznor se convirti贸 en un espect谩culo de luces, sombras y sonidos incapaz de hacer entender que ese tren era fantasma, una ilusi贸n atronadora de sensaciones imposible de describir con palabras.

Pero si de palabras se trata, las primeras que us贸 Reznor para referirse al p煤blico fue 鈥淭hank you!鈥 una hora y veintisiete minutos despu茅s de haber comenzado el show. Para ese entonces, la m谩quina hab铆a interpretado 鈥淭he Warning鈥, 鈥淰esset鈥, 鈥淲ish鈥 y la intratable versi贸n de 鈥淭errible le鈥, con un Reznor jugando con los micr贸fonos, teclados y pies (con un presupuesto bastante m谩s alto para romper cosas que Pomelo); hab铆a destilado sudor esc茅nico hasta convertir su camisa negra en un pa帽o mojado y hasta hizo coincidir el sonido de un avi贸n que aterrizaba en aeroparque, mientras ensayaba un solo de piano: chapeau para la bestia. Las casualidades no existen.

Despu茅s de eso lleg贸 el encierro esc茅nico: la pantalla que hab铆a bajado al borde del escenario los dej贸 entre dos telas de luces, y en 鈥淥nly鈥, por ejemplo, Reznor jug贸 a aparecer y desaparecer dejando estelas lum铆nicas; cuando no era una simulaci贸n del interior del mar, era una bomba at贸mica visual destronando esos iris rojos, de lentes de contacto, que se agolpaban vestidos de negro frente al parafans industriales.

Mientras tanto, la m谩quina segu铆a avanzando, y m谩s all谩 de las impactantes sensaciones visuales (tambi茅n dise帽adas por Martin Philips, el creador de las pir谩mides de Daft Punk), la entrega de la banda y la puesta esc茅nica de Reznor hac铆an pensar que el viaje iba a tardar en llegar: 鈥淒own in it鈥 o 鈥淗ead like a hole鈥 daban pie a los bises, que terminar铆an con 鈥淗urt鈥, aquel tema de Johnny Cash que cerraba The downward spiral, emblem谩tico disco editado en 1994 que cambi贸 para siempre el mundo de la cultura del heavy rock industrial y que encaram贸 a Reznor al podio de los inmortales. Como sea, el cierre con 鈥淚n This Twilight鈥 fue el 煤ltimo suspiro, como si el tren hubiese llegado a destino: el maquinista puso el freno. La estaci贸n de llegada hab铆a quedado totalmente destruida.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.