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Jueves, 12 de marzo de 2009
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Telepod, la banda rockera del cantor de tangos Chino Laborde

“Para nosotros el rock es una militancia”

Por Cristian Vitale

Hace un poco de ruido que el Chino Laborde, hombre de Sarandí, ex jugador de las inferiores de El Porvenir y actual frontman de tango, cante en un grupo llamado Telepod. Más cuando Mauro Ruda, fundador, ratifica lo que significa: una deformación de teleport, herramienta diseñada por el científico Seth Brundle en La Mosca, el film de David Cronenberg, para “ayudar a la humanidad” a través de una serie de transmutaciones entre seres. Telepod connota ficción y futurismo. Y así, a primera escucha, suena el grupo. “Podemos tener un momento de hippismo en la sala, pero cuando se decide un tema, pasamos a matemática perfecta. La verdad es que estamos en la búsqueda de los tres minutos... lo nuestro es la estructura, no la improvisación”, sigue Ruda, guitarrista. Mil Divanes, segundo disco del grupo, es la manifestación empírica de la intención: diez composiciones –casi todas propias– en las que la tecnología se mezcla con la contundencia de las guitarras, una pretensión de evolución, la confirmación de un Laborde –al cabo– adaptable a todo y ciertos guiños a un Frank Zappa imaginario... teletransportado al presente. “Al principio, la idea era hacer algo más futurista en cuanto al sonido. Medianamente moderna, digamos. Tuvimos que equilibrar lo ‘zappado’ (por Frank) con algo de tres tonos, más simple. Tratamos de que sea más digerible que elaborado”, equilibra Laborde.

–¿Hay tensión entre el tango y el rock? ¿Cómo compensa ambos roles? Tiempo atrás era impensado que alguien se entregara de lleno a los dos géneros...

–Hace poco, Héctor Larrea dijo “hoy por hoy, cualquier cosa de tango tiene que tener algo de rock”. No se puede soslayar el rock y volver a los cuarenta. Yo, cuando era más chico, decía “mataría mantener los dos caminos separados”. Pero ya no me importa... cuando canto rock, siento que lo canto desde las venas. No parezco un cantante de tango cantando rock ni un cantante de rock cantando tango.

Telepod, que completan Diego Levit en batería y Marcelo Casañas en bajo, se presenta hoy en Código País (Avenida del Libertador 4405) y prevé aprovechar al máximo la posibilidad. “¿Sabés qué pasa?, el rock es una militancia y nosotros no nos queremos entregar así nomás. El rock es superar las frustraciones. Es darle y darle ante las contrariedades, que son muchas. Está lleno de bolicheros chupasangre, que se aprovechan, te cobran para tocar, te faltan el respeto, te manosean. Hay que plantarse ante eso y educar al soberano”, plantea Laborde. Tercia Ruda: “Además, es difícil mantener un proyecto vivo cuando tenés 35 años. Nosotros hemos logrado lo más difícil: ser felices en la sala de ensayo. Eso no lo cambiamos por nada, porque las bandas, generalmente, quedan corroídas por el desgaste”. Telepod nació con el siglo. Ruda, ex guitarrista de Hermes, un día se cansó “del rock típico y su movida” y armó un proyecto nuevo con canciones “difíciles de ejecutar”. “Yo no las podía cantar y el baterista me dijo ‘el único que puede cantar esto es un pibe que vimos una vez en el Cátulo Castillo`”, se ríe.

El pibe era el Chino que, poco antes de integrarse a la Orquesta Fernández Fierro, cantaba en Plasta, junto a los integrantes de la primera base rítmica de Pez. Era 2001. Se juntaron y funcionó. “Mandó dos palabras y dije ‘vamos a armarlo’”, evoca Ruda. El debut en vivo fue en 2003, en El Codo. “Tardamos, porque esto tenía que sonar poderoso, partirte la cabeza... estuvimos dos años tocando sólo siete temas.” Ese año, Pop Art les editó el primer EP (“Lo tuvimos que comprar nosotros en Musimundo, porque no nos dieron ningún disco”, tira el cantante), después llegaron dos Quilmes Rock, la grabación del disco debut con Amílcar Gilabert como ingeniero de sonido y Cromañón. “En diciembre del 2004 teníamos el primer disco grabado y lo iba a editar Sony. Estuvo un año guardado.” Al cabo, el debut discográfico –nombre homónimo– fue a principios del 2006 y, con él, la banda retomó un camino regular.

–El Chino es rockero, ¿a usted le gusta el tango?

M. R.: –La primera vez que escuché tango fue con la Fernández Fierro. Ahora me encanta.

C. H. L.: –Además de gustarme, creo que el rock tiene una función primordial hoy. Hay un empobrecimiento cultural enorme y el género tiene que luchar contra eso. En este país se fue todo al carajo, y por eso hay que romperse el culo, ponerle dignidad.

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