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Sábado, 6 de marzo de 2010
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Mañana empieza el Primer Festival de Tango Independiente

“Las diferencias fortalecen más que las similitudes”

Las orquestas típicas El Afronte y La Vidu, el Quinteto Negro, el Alan Haksten Grupp, Proyecto L.C.B, Pintó milonga y Cucuza Castiello, entre otros, participan de este encuentro que se propone “dar visibilidad a una movida del tango que está entre nosotros y no tiene difusión”.

Por Cristian Vitale
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“Hay que generar aires nuevos”, coinciden los músicos reunidos para el encuentro que se desarrollará hasta el domingo 14.

“Me hablé todo”, lanza Moscato al final de la charla y fue el único, entre ocho, que no emitió palabra. Los demás sí... todos para explicar, desde diferentes ángulos, perspectivas y visiones, de qué irá la primera edición del Festival de Tango Independiente, que se desarrollará desde mañana hasta el próximo domingo. “Dar visibilidad a una movida del tango que está entre nosotros y no tiene difusión”, resume, escueto y exacto, Germán Marcos, periodista, productor y coorganizador del encuentro junto a la gente de la Unión de Orquestas Típicas. Lo rodean, entre sandwiches de milanesas, aguas minerales, instrumentos y cafés, Julio Coviello, Alan Haksten, Cucuza Castiello, Angel Pulice, Ruth de Vicenzo, Pablo Bernaba y el inefable Moscato Luna, algunos de los músicos que le pondrán sustancia a lo que, en esencia, huele a bocanada de aire fresco en medio de un movimiento que suele contaminarse con el bendito for export. Tango under, en mejores palabras. “Este festival implica la articulación de espacios muy distintos a la tanguería adonde vas y tenés que tocar sí o sí determinado repertorio, y ya... esa cuestión bien for export, o tango de cliché, ¿no? La independencia de poder elegir repertorio y espacio es un punto en común en esta cuestión estético-política que impulsa el festival. Después, hay estéticas muy diferentes que, obvio, son bienvenidas, porque las diferencias fortalecen más que las similitudes, si se las sabe articular”, extiende Bernava, integrante del Proyecto L.C.B y del Quinteto Negro La Boca.

El festival, que arranca mañana a las 18 con la presentación de las Orquestas Típicas El Afronte y La Vidu, el Quinteto Negro, el Alan Haksten Grupp, L.C.B., Pintó milonga y Cucuza (ver grilla completa aparte), orbita sobre sus propias reglas de independencia y compromiso –colectivo– con el género, por fuera de los circuitos establecidos de difusión y producción. “Nos necesitamos entre todos, por eso estamos acá. Algunos de nosotros recién nos conocemos, pero ya hay un espíritu común”, arriesga Bernaba, y Julio Coviello –bandoneonista, ex Fernández Fierro– amplifica el concepto. “Sí... lo que nos une es que somos músicos de tango que no esperamos que alguien nos contrate para organizar nuestra movida artística, sino que lo generamos desde nosotros.” “Una de las razones –engancha Haksten– es que muchos turistas vienen al país y se van con la idea de que el tango es una postal del hombre con gomina, y eso... está bien como postal, pero no es lo que pasa hoy.”

Los ideólogos pensaron en varios puntos para darle una personalidad específica –aunque no excluyente– a la iniciativa. Algunas máximas hablan de construir identidad sin declaraciones, de unir grupos y orquestas, de resistir las clausuras de locales con música en vivo –vieja prédica de la Unión de Músicos Independientes–, de recorrer milongas del conurbano, y de “vivir” en los barrios. “De reivindicar el barrio, la cotidianidad, y no depender sólo de lo exportable”, completa Marcos, también conductor de la otra pata organizadora: el programa de la Radio de las Madres, Fractura Expuesta. “Ojo, no decimos que somos el otro tango, somos un tango que existe, que gana espacios, que genera su público, su circuito... no queremos sacar a nadie de ningún lado. El tango es uno que convive entre varios y, en nuestro caso, nos une el hecho de autogenerarnos trabajo sin que nadie nos contrate.”

–Son casi todos jóvenes en esta mesa. ¿Primó el factor generacional para armar la grilla, o el ideológico?

Germán Marcos: –Sí, es cierto que lo generacional nos une, pero no dejamos a nadie afuera, aunque no estamos trabajando todo el tiempo con gente mayor, más bien nos rodeamos de pibes que hacen tango ahora. Entendemos que una de las problemáticas centrales es que el público del tango, a ver, no hay un público de tango genuino sino gente grande, histórica, y gente contemporánea que tiene que atravesar una barrera complicada. A eso apuntamos. Igual, está el Tape Rubín, que debe tener como 50, y Angel –Pulice– debe andar por las cuatro sotas, creo.

Angel Pulice: –Sí, ya me caí de la ruleta (risas).

Pulice, en rigor el mayor del grupo, es el presidente de la agrupación Talibán del Tango y forma, junto a Ruth De Vicenzo y elenco, un quinteto cuya lírica ríspida y directa juega entre las más lúcidas de la actualidad. Ambos se presentarán este martes en Mussetta, el bar que “copó” Coviello para animar el vermouth de cada jueves. “Generar tus propias movidas y espacios te da independencia para hacer lo que sentís, sin sentirte obligado a grabar un repertorio determinado o tocar siempre ‘La cumparsita’. Podés elegir entre hacerla o no, o arriesgar versiones de ruptura, o que no sean tan bailables. Te da esa libertad”, sostiene el bandoneonista que tocará el jueves, en el mismo lugar, con su cuarteto de guitarra eléctrica, piano, bandoneón y contrabajo. “El cuarteto nació de mis ganas de experimentar cómo era dirigir un grupo, con la misma idea de organización cooperativa que tenía en la Fierro, pero con una formación reducida que sonara compacta y contundente. No exploto mucho las cuestiones camarísticas sino más bien un sonido al palo, rockero. Es mi escuela”, agrega Coviello.

Otra de las propuestas –el minimal dúo Cucuza Castiello-Moscato Luna– ancla en la unión tango-fútbol, sustentada en una voz y una guitarra. “Yo soy hincha de Atlanta, y llegué a jugar en la Primera de Tigre cuando lo dirigía Ginarte. Un día en el CAFF pateé una pelota desde el escenario –por un Fernet– y casi provoco un desastre... por suerte, cayó en la mesa de mi familia y no hubo que lamentar heridos (risas), pero lo loco es que no me querían dejar tocar más en el CAFF ¡Todo un logro!, ¿no?”, cuenta Cucuza, en un detalle de color. “¿Qué hacemos? –retoma–. Bueno, creo que muchas veces lo innovador es volver a las fuentes, a lo básico, en este caso a la formación de cantor con guitarrista. No descubrimos nada, claro, porque está todo hecho, pero depende de la mirada, uno también puede crecer y transformar. Somos tradicionales pero no estructurados. Respetamos al tango, pero también le mojamos un poco la oreja.”

El Proyecto L.C.B y el Quinteto Negro La Boca, por su parte, son dos propuestas disímiles con un integrante en común: Bernaba. El trío anida en todas composiciones propias, atonales, que –lógico– no apuntan al canto ni al baile (“Armonización impresionista”, define el músico) y el Quinteto está en los antípodas: dos fueyes, guitarra, piano, contrabajo y cantor... estética tradicional con arreglos propios, milongas bailables, de choque, y disco con olor al barrio (Tango contaminado), próximo a salir. “Pensamos sacar un bandoneón empetrolado del Riachuelo... la intención es darle una base barrial y real a la producción musical. A nosotros nos cuesta mucho laburar en nuestro lugar por una cuestión cultural que trasciende lo tanguístico... ese verso de que La Boca es peligroso y te chorean... ¡La Boca es tan peligroso como Palermo y Belgrano, loco!”, descarga el bandoneonista.

–Cucuza dice, en parte, que en el tango está todo hecho. ¿Concuerdan?

A. P.: –Supongo que no, pero sí es cierto que hay bastante hecho y de esto hay mucho que no se conoce. Digo, hay que buscarle un poco la vuelta al tango, pero también mostrar lo que ya está hecho, sobre todo para la gente más joven. En general, cuando se habla de tango, para el común se trata de un puñado de temas, 10 o 20, pero eso es sólo la punta del iceberg, porque en Sadaic hay registrados como ocho mil tangos, un universo muy amplio y prácticamente desconocido para las mayorías. Teniendo en cuenta que el género estuvo bastante muerto durante un tiempo, me parece que la nuestra es una tarea doble: reflotar lo hecho y, a partir de que eso se instale, buscarle una vuelta de tuerca. Por lo menos es lo que yo trato de hacer

Ruth De Vicenzo: –Además, es un género inmenso que está en la base de nuestra idiosincrasia, de nuestra cultura, en lo explícito y en lo no explícito. En los compositores y poetas increíbles por un lado, y en los ritmos negros sobre las melodías italianas, y todo lo que está en nuestra mamadera, por otro. El que dice “yo no escuchaba tango”, igual lo escuchaba. El tango se tiene en algún lugar, consciente o inconscientemente.

A. P.: –Sí, el fraseo del tango tiene que ver con el fraseo en la forma de hablar de los habitantes de esta ciudad... Digo, hay 80 mil palabras del lunfardo que se siguen usando, y no hace falta hacer un cliché de lo que estaba para darse cuenta.

Alan Haksten: –Creo que no está todo hecho. Incluso, yo compongo mis propios temas, porque mi idea es que el día de mañana alguien pueda escucharlos y decir “si el tipo compuso, por qué yo no puedo hacerlo”. Así se va generando ese canal tan importante para aportarle al género aires nuevos. Creo que, en esencia, es el espíritu de este festival... por eso estamos.

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