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Lunes, 16 de agosto de 2010
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Debut de la Orquesta Típica del Río de la Plata

El tango es cosa de las dos orillas

Un seleccionado de intérpretes argentinos y uruguayos le dio vida a la formación, que concretó una de las promesas previas a la declaración del género como Patrimonio de la Humanidad. El repertorio, de autores contemporáneos, también fue binacional.

Por Carlos Bevilacqua
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Una imagen del ensayo de la Orquesta Típica, que ayer se presentó formalmente en el Festival.

¿Dónde nació el tango? ¿En los arrabales montevideanos o en los porteños? Las hipótesis sobre el origen del género que pronto identificaría a ambas capitales no siempre convergen. El interrogante parece destinado a la eterna polémica, como ocurre todavía con la nacionalidad de Gardel. Lejos de esas disquisiciones, músicos argentinos y uruguayos tocaron ayer juntos por primera vez en la Orquesta Típica del Río de la Plata, una producción especial del Festival de Tango de Buenos Aires que salió a mostrar sus virtudes en el Punto de Encuentro.

Esta peculiar formación vino a cumplir con una de las promesas realizadas hace dos años por el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad, cuando junto a su par de Montevideo postuló al tango como patrimonio de la humanidad. Sus filas estuvieron integradas por una especie de seleccionado rioplatense, ya que de este lado del charco se hicieron oír jóvenes bandoneonistas como Federico Pereiro y Santiago Polimeni, violinistas de apellidos ilustres (Pablo Agri y Fernando Suárez Paz junto a Miguel Angel y Fabián Bertero), el contrabajista Daniel Falasca y el pianista Andrés Linetzky, quien además realizó varios arreglos y tuvo a su cargo la dirección musical. De la orilla oriental llegaron Matías Craciún y Diego Núñez para integrar la línea de violines, Leonel Gasso para sumar un fueye y Javier Toledo para turnarse con Linetzky al piano. En la numerosa orquesta hubo lugar para un cello (Diego Sánchez) y para una viola (Washington Williman, un argentino que por su nombre bien podría ser uruguayo).

“Una orquesta que sintonice con la nueva obra lleva la declaración de la Unesco a un lugar más interesante que el de algo estático”, justifica el productor Gustavo Mozzi, director del Festival. De hecho, la experiencia de integración alcanza también al repertorio, compuesto por piezas de artistas contemporáneos de aquí y allá: tangos de Ramiro Gallo, Carlos Corrales y Nicolás Ledesma conviven con canciones más o menos tangueras de los orientales Fernando Cabrera, Pitufo Lombardo y Esteban Klisich, entre otros. En el rubro de los cantables los vecinos sacan ventaja, al menos en número. Cuenta Mozzi: “Hicimos hincapié en la rica tradición de la canción popular uruguaya, con particularidades tales como el rescate de Manuel Picón, un cantautor que allá es de culto”. Las voces convocadas fueron las de los uruguayos Tabaré Leyton, Gabriela Morgare y Pablo “Pinocho” Routin, y las de los argentinos Esteban Riera, Guillermo Fernández y Noelia Moncada, quien interpretó un tema con música de Linetzky y letra de María Elena Walsh titulado “Entonces”.

“Para mí lo más destacable fue la posibilidad totalmente inusual de tocar composiciones de acá y de allá con colegas uruguayos”, señala Pereiro. Compañero de instrumento, Gasso devuelve gentilezas: “Fue maravilloso compartir el escenario con estrellas como Suárez Paz, Agri o el mismo Pereiro, a quien conocí cuando cursé los dos años de la Orquesta Escuela en Buenos Aires”. A su vez, Pinocho Routin arrima su satisfacción cuando dice: “A mí esta orquesta me resulta muy atractiva no sólo por la idea de comunión que implica sino por una instrumentación a la que no estoy acostumbrado por ser más murguero que tanguero. Es la tercera vez que participo de este festival, así que ya lo vivo como un ida y vuelta constante”.

El sonido de la típica rioplatense transitó por carriles clásicos adornados con arreglos modernos. “Me parece que hasta en los temas supuestamente más innovadores como ‘Mal arreado’, de Julián Peralta, hay mucho de Pugliese. Todo lo que hagamos tiene, inevitablemente, alguna influencia del pasado”, opina Pereiro. “Se percibe mucha dinámica de ritmos y melodías interesantes. Es algo diferente de lo tradicional. No es una orquesta muy típica que digamos”, augura por su parte Gasso. “Buscamos empezar con una estética más bien tradicional, ya que para el oyente de tango la incorporación de nueva obra ya implica un desafío”, explica Mozzi. Sus planes para esta típica binacional prevén una continuidad que hilvanará su segunda puntada el próximo 26 de agosto con una actuación en Montevideo. “El rol de director será rotativo –adelanta–, lo mismo que el repertorio. Ya estoy trabajando para el del año que viene.”

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