Hace no tanto, nadie hubiera imaginado que 2006 arrancar铆a con semejante oferta de visitas internacionales, un men煤 musical para todos los gustos, con imponentes presentaciones, megapantallas y escenarios m贸viles. Pero la de ayer a la noche en el Campo de Polo 鈥揺n el marco del ciclo Personal鈥 fue singular. Lejos de tanto adorno y parafernalia (apenas tres pantallas), la fiesta de Oasis tuvo un 煤nico protagonista: el mejor brit pop, de la mano de los hermanos Gallagher, dos polos opuestos que, cuando se juntan, prueban ser dinamita. As铆 lo comprobaron las m谩s de 40 mil personas que llenaron el lugar y que se llevaron un guiso-Oasis que combin贸 lo mejor de su reciente disco Don鈥檛 Believe the Truth con las inevitables perlas de su historial.
Entre carpas que ofrec铆an cortes de pelo bizarros, pruebas piloto del 煤ltimo modelo de IPod y variadas ofertas para un p煤blico m谩s similar al que pobl贸 River con U2 que con los Stones, lo realmente atractivo de la noche era comprobar cu谩l era la actualidad de Noel y Liam Gallagher, el guitarrista Gem Archer, el bajista Andy Bell y el baterista Zak Starkey, hijo de Ringo Starr. Y esa actualidad 鈥搈谩s all谩 del inevitable ida y vuelta del sonido en un lugar tan abierto鈥 tuvo lo suficiente para conformar a los que estaban en el campo y a los que espiaban desde los balcones: desde el arranque con dos canciones de cosecha reciente (Turn Up the Sun y el hit Lyla), la banda fue dosificando sabiamente las emociones tirando aqu铆 y all谩 momentos como Morning Glory, Cigarettes and Alcohol y el formidable doblete de Wonderwall y Champagne Supernova, momentos cumbre del ya cl谩sico (What鈥檚 the Story) Morning Glory? que los coloc贸 para siempre en el seleccionado de la m煤sica inglesa.
Nada de discursos grandilocuentes ni arengas esc茅nicas: entre la pose arrogante de Liam, siempre semiagachado frente al micr贸fono, y la cara de piedra de Noel, pilar guitarrero y compositivo del grupo, Oasis le fue dando forma a una noche en que hubo lugar para The Masterplan y Live Forever, y en la que Guess God Thinks I鈥檓 Abel y The Meaning of Soul (tambi茅n del 煤ltimo disco) preludiaron un cierre a todo trapo con un cl谩sico propio y otro ajeno. Primero Don鈥檛 Look Back in Anger, y luego el inoxidable My Generation, aquella declaraci贸n de principios de The Who que el grupo, tan af铆n a golpear duro a sus connacionales, sin embargo hizo propia con naturalidad.
As铆 lleg贸 el ep铆logo de una fiesta que, para los fans ac茅rrimos, hab铆a comenzado a las 14 cuando los m煤sicos firmaron aut贸grafos en el Musimundo de Santa Fe y Callao, provocando un inesperado piquete britpop en la avenida. S贸lo fueron 140 quienes tuvieron la suerte de llevarse las firmas: un recuerdo valioso, ya que los Oasis dijeron no haber firmado aut贸grafos en los pasados diez a帽os. En la conferencia de prensa posterior, los Gallagher desmintieron que estuvieran enemistados entre ellos al punto de no hablarse y aclararon que 鈥渓as peleas que tenemos son t铆picas de hermanos, pero no nos vamos a separar nunca鈥. Y cuando se les pregunt贸 acerca de su visita a la Argentina, remataron: 鈥淪贸lo conocemos el f煤tbol y a Maradona鈥. Lo dem谩s fue una larga diatriba contra la escena brit谩nica actual 鈥揷ayeron Blur, Gorillaz y Babyshambles鈥, algunos apuntes sobre el Mundial de Alemania (Liam opin贸 que har铆a un buen papel... Trinidad y Tobago), alg煤n piropo de Liam a la periodista Carla Ritrovato y una selecci贸n de gestos sobradores. Lejos de esa parodia, la verdad, esa a la que los Gallagher aconsejan no creer, estuvo sobre el escenario del Campo de Polo.
Informe: Alina Mazzaferro.
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