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Miércoles, 17 de noviembre de 2010
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Entrevista a Stu Cook, de Creedence Clearwater Revisited

“No somos ‘La Gioconda’ de la música”

El bajista dice que la misión del combo que comparte con el baterista Doug Clifford es mantener vivas las canciones que John Fogerty creó cuando la banda se llamaba Revival en lugar de Revisited. “Es música que unió a la gente”, asegura.

Por Luis Paz
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“Es muy mágico lo que pasa con Revisited: fue aceptado por los fans y atrajo a nuevos”, dice Cook.

“Las raíces de Creedence siempre fueron las necesidades más básicas: juntarse, ser felices en comunidad y poner a un lado los problemas, sentir cariño y aprender de los demás. El respeto, la dignidad, la compasión y la empatía son emociones vitales cuando querés hacer algo relacionado con el arte o la cultura. Nosotros pudimos hacerlo a través de la música, pero también entendemos que nuestra obra es más pop que clásica: no somos ni el David ni La Gioconda de la música.” Con la humildad como para no quedar en desventaja con otro clásico musical y con la suficiente picardía como para inscribirse en una industria a la que el agua aún deja respirar (y que, cuando la marea se retira, deja recaudar buena cantidad de provisiones), el bajista de Creedence Clearwater Revival, Stu Cook, inspecciona hasta donde el trajín de la gira de Creedence Clearwater Revisited le permite, en el intento de reducir la obra de Revival a su mínima expresión. “Con Revisited buscamos mantener viva la música de Revival, que hizo unirse a la gente. Por qué funciona es algo a lo que no le hallo respuesta”, dice.

A cuatro años y medio de su última visita a Buenos Aires, Stu Cook y el baterista Doug Clifford volverán a ofrecer, hoy a las 20, el show de Revisited en el Luna Park (Corrientes y Bouchard). “Recuerdo el de 2006, fue memorable. El Luna Park es impresionante, una sala de nivel internacional”, premia Cook. Tanto es así que cambiaron el esquema del capítulo sudamericano del tour para poder tocar allí y no en el Estadio Malvinas Argentinas. El gran cambio, para quienes estuvieron entonces, será la presencia del guitarrista Elliot Easton (de The Cars): “Elliot se sumó muy fácilmente, crecimos escuchando lo mismo y en pocos conciertos ya era parte fundamental del show”, dice Cook. El cantante John Tristao reincidirá en la tarea de reemplazar la parte vocal de Fogerty, que el año pasado publicó The Blue Ridge Rangers Rides Again. “Aunque él no esté, es muy mágico lo que pasa con Revisited: todo encaja, tuvo buena aceptación en los fans y atrajo a nuevos”, celebra Cook este después.

Es indudable que Creedence, aun siendo un grupo con tal raigambre en una tradición musical ajena, tan de las tripas rurales de Estados Unidos, es una de las bandas predilectas para toda una generación de argentinos. Pero sorprende que se trate más de una predilección de la audiencia que de una inspiración musical: pocas bandas los mencionan como influencia y no se ve a muchos intentando replicar su sonido. Cook cree no estar en condiciones de analizarlo y carece de ganas como para intentarlo ahora. Sin embargo, la negativa parece tener que ver con una modestia rural sin pretensiones analíticas, una tradición de la práctica y la relación con la cercanía o la inmensidad, la quintita o la Pachamama, sin aquellas medias tintas de las ciudades, las redes sociales y todo tipo de claustro. Algo que se confirma tan fácilmente como enumerando las referencias a Natura en las temas que Fogerty compusiera para Creedence –“Cotton Fields”, “I Heard it through the Grapevine”, “Bad Moon Rising”, “Green River” y su tándem de canciones a la lluvia– y dejándose interrumpir por Cook: “Mucha gente se ha olvidado de que el planeta está vivo. El planeta ha sido dañado, en algunos casos de un modo irreparable, pero espero que cambie esa manera de pensar y que la gente vea que la Tierra no es nuestra empleada y que la estamos explotando. Fuimos muy lejos con el uso de los recursos, tenemos que balancear”, dice, sin osar a proponer que hay que dejar de contaminar por dos años. “Ah, la política. Ya no creo en ella”.

–No creerá en la política representativa, pero lo que usted propone, acerca del planeta, es básicamente materia de política ambiental.

–Nunca les he tenido respeto a los políticos, no me parece que se trate de algo reputado. La política está causándole muchos problemas al planeta: los recursos están desapareciendo, toda forma de vida que no sea humana está extinguiéndose lentamente. En este momento de mi vida, y tengo 65, estoy muy decepcionado del proceso político, que no provee a la gente de lo que necesita. Y no se trata de que tenemos altas expectativas, sino de que están haciendo mal su trabajo y no ven que las cosas se van a acabar.

–Creedence Clearwater Revival fue un grupo muy ligado al interior estadounidense, que es como la periferia de la periferia en un país central. Cuándo viaja por el mundo, ¿siente alguna responsabilidad?

–No creo que seamos embajadores de Estados Unidos, más allá de que el country sea una raíz nuestra. En todo caso podemos ser embajadores de música y un mensaje que no tienen fronteras. Eso tal vez sea una responsabilidad. La música cambió mucho y puedo ver que no está siendo hecha para la misma gente para la que nosotros solíamos. Hay mucha música hablando del cariño. Los músicos no se toman el tiempo como para hablar de algo que apunte más allá.

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