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“Una mirada actual sobre el tango que se escucha, baila y respira en Buenos Aires”, propone la gente de TangoVía Buenos Aires. Como parte del trabajo que esa asociación civil viene realizando desde 2002 –y que incluye desde ediciones de discos y partituras hasta la creación de un archivo digital y de la Orquesta Escuela de Tango–, una nueva temporada tanguera en el Teatro 25 de Mayo de Villa Urquiza (Triunvirato 4444) pondrá foco en eso que enuncia TangoVía: una mirada actual sobre el género, en la que no puede faltar la tradición. La temporada, denominada Tango Doscientos Uno y producida por el Teatro General San Martín, comienza mañana a las 20.30, con la actuación de Adriana Varela, dentro de la sección ¡Mucho Maestro! Hasta fin de año hay una extensa programación, todos los miércoles, con entradas de 5 y 10 pesos: por ejemplo, la presentación del nuevo disco de Víctor Lavallén, el próximo 27 de abril, y más adelante actuaciones como las de Julio Pane, Ramiro Gallo, Pablo Mainetti, el Sexteto Mayor, la Orquesta del Tango de Buenos Aires y la Orquesta Escuela de Tango, además de las llamadas “tertulias milongueras” y “multimilongas”, que coparán distintos lugares del teatro con salas simultáneas de baile.
“Buscamos instalar la idea de que este teatro de Villa Urquiza puede funcionar como un epicentro del tango, no sólo con público del barrio”, define la apuesta el contrabajista Ignacio Varchausky, director artístico de TangoVía y programador del festival. “Queremos plantear una mirada de diversidad, abarcando las distintas facetas del género, donde puedan verse reflejados desde el tanguero más tradicional hasta el que llega al tango a través de las fusiones con otros géneros.” Como el audio de todo el ciclo se graba en multitrack digital y también se hace un registro en video, parte del ciclo del año pasado ya está mostrando sus frutos: la sección Le Grand Tango invita a tres compositores jóvenes a crear obras con la orquesta típica como herramienta, y el trabajo de Diego Schissi será editado en DVD este año. Esta temporada, algunos de los compositores invitados a trabajar especialmente para la ocasión son Abel Rogantini y Ramiro Boero.
En la animada charla con Página/12, el bandoneonista, compositor y arreglador Víctor Lavallén destaca las virtudes del bello teatro en el que actuará: “La acústica es tan perfecta que podés tocar sin micrófono. Es un lujo actuar en estas condiciones”. Que los artistas se apropien del espacio de este teatro, que tengan el mejor lugar para mostrarse, es parte del planteo del ciclo. En ese sentido, el bailarín Julio Dupláa (presente en la nota con su esposa Elsa, también compañera de milongas) insiste en su ambición: “Quiero que la milonga vuelva a los barrios. En Villa Urquiza están Sunderland y Sin Rumbo, tenemos esa suerte, pero en otros barrios no hay nada. ¡Basta de confiterías adornadas, yo quiero que vuelva la milonga como cuando éramos pibes!”, arenga.
Por lo pronto, para los bailarines, la “apropiación” del 25 de Mayo tendrá la forma de la llamada “Tertulia milonguera”, en la que un grupo de amigos milongueros de Villa Urquiza y alrededores, comandados por los Dupláa, proponen mostrar lo que hacen anónimamente en el barrio, con el escenario como pista y con una orquesta en vivo musicalizando. La “Multimilonga” será el otro plato fuerte para los bailarines: un encuentro con tres milongas simultáneas, utilizando el foyer del teatro, el escenario y el salón del primer piso. Una pista estará dedicada al tango de la época de oro, otra será para seguir el ritmo de los artistas contemporáneos y en la tercera se bailará tango electrónico.
Otras secciones como “Nueva discografía” divulgarán la creciente producción discográfica del tango actual. La sección Panorama propone bucear en la nueva escena con artistas como Tatadiós, 34 Puñaladas, Juan Pablo Navarro, Boquitas Pintadas y Horacio Avilano. También habrá producciones especiales para recordar a Carlos Gardel en junio, el Día del Bandoneón en julio y el Día del Tango en diciembre. Sobre esa tensión entre lo nuevo y la tradición que parece definir al género, y que es punto de partida de este ciclo, los artistas reunidos para la nota con Página/12 tienen diferentes miradas. “Lo tradicional no existe –postula, por ejemplo, Lavallén–. Si escuchás a Troilo, Balcarce, Pugliese o Gobbi, ¡siguen siendo modernos! Para mí, la música no es tradicional o moderna: es buena o mala.” “Sin embargo, Emilio Balcarce siempre decía que cada época tiene su repertorio. Hoy su orquesta del ’40 suena moderna, sí, pero tiene la sonoridad de esa época”, advierte Varchausky. “Hoy hay mucho lenguaje nuevo que viene desde el rock, el jazz o la música contemporánea, que también está formando al tango. Diego Schissi podría ser un ejemplo, lo que hace es muy bueno, y poco importa cuánto tiene de tango y cuánto de jazz”, observa Andrés Linetzky.
La charla sigue con los bailarines y con Lavallén contando anécdotas alrededor del “nuevo” baile de tango. Observan que hay quienes “practican karate” en lugar de bailar tango, recuerdan contrabajos rotos y atriles que volaron por los aires en virtuosas ejecuciones de escenario. Los Dupláa insisten: “¡Que vuelva al barrio la milonga!”. Parte de todas estas miradas serán puestas en escena en este Tango Doscientos Uno.
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