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Martes, 24 de enero de 2012
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El Festival de Cosquín cobra otra vida en sus calles, al margen del show oficial

Más allá de la plaza Próspero Molina

Catorce peñas alrededor y, en las cercanías del escenario mayor, balnearios y un puñado de restaurantes son el punto de partida para noches de baile y comida regional. Los artistas “bajan” a guitarrear más distendidos y a codearse de cerca con la gente.

Por Pablo Donadio
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La gran mayoría de los visitantes no va al escenario grande, salvo a ver a algún artista puntual.
Desde Cosquín

“Desde el ’68 que vivo las peñas. En mis 51 años, no sabés a los capos que vi... En este escenario disfruté a Cafrune, y escuché cantar al gran Atahualpa Yupanqui”, rememora Freddy Gabriel Kedikian. El Armenio, como le llaman amigos y clientes más viejos, atiende la parrilla de la avenida mayor y el río, a dos cuadras de la plaza-estadio Próspero Molina. En un asado de media, relata historias para un libro de esta tierra que tanto ama, y asegura que no hay problema en recibir a cada vez más visitantes, producto del crecimiento exponencial del festival: “Los turistas son muy bien recibidos, aunque nunca falta uno que te pide parrillada, pero sin chorizo ni morcilla, y en vez de tira, pollo. O sea, quieren pollo a la parrilla”, bromea. Y agrega: “Igual algunos artistas son peores. Me han llegado a pedir cosas imposibles, como un huevo frito arriba de una chaucha. ¿En vertical? No, no... a caballo, hijo”.

La movida de las peñas no suele ser complementaria al show central sino muchas veces lateral. La gran mayoría de los visitantes no va al escenario grande, salvo a ver a algún artista puntual. Allí influyen también los costos de la entrada (en general equivale a la de dos peñas) y sobre todo la imposibilidad de bailar, ya que el espectáculo en la Próspero se disfruta sentado, y apenas algunos valientes se atreven a una chacarera a las apuradas, antes de que los encargados de seguridad los hagan sentar. La cosa se divide en dos: las mañanas son para recuperar la energía gastada la noche anterior, así que el día comienza tras el almuerzo, sobre todo en el río Cosquín, escenario del Festival Callejero, que concursa año a año para estar sobre las tablas mayores. Entonces se asiste a verdaderas peñas itinerantes, que visitan costaneras y balnearios como La Toma o La Subniveladora, y ciudades y pueblos lindantes como Bialet Masse o Santa María de Punilla, hasta ya entrada la noche. Allí arrancan las peñas en restaurantes, clubes y escuelas, con una entrada popular que ronda los $ 25, y garantiza shows tan fuertes como los de la programación oficial.

De hecho, en la mayoría de ellas, los artistas se anuncian “después de tocar en el escenario”, ya que una vez finalizada esa presentación “bajan” a las peñas a guitarrear más distendidos y a codearse de cerca con la gente. También está el caso de los que no sólo van a tocar sino que animan las propias peñas. Uno de ellos es el del chayero Sergio Galleguillo, presente en el Salón Sukeena. Otro, el de una familia bien musiquera, Los Carabajal, que también estarán en el festival, pero han montado su propia peña en el Club Tiro Federal.

Para muchos, la mejor música se escucha en el Salón Herradura, lugar de La Salamanca, donde ayer Bruno Arias vistió de colores norteños la madrugada: el jujeño tocó de las 5 a las 8 todas las canciones de su disco nuevo, Kolla en la ciudad, e hizo bailar a grandes y chicos al ritmo de bailecitos, cuecas, carnavalitos, sayas y tinkus. “No hay nada más lindo que venir a ver a los amigos y colegas a un ambiente tan familiar como el de estas peñas”, decía Juan Cruz Romero Moreno, del conjunto bonaerense Allichay, fernet en mano y aludiendo al tremendo show de Arias, fundido en un abrazo con la mitad de la peña. Tomás Lipán, Franco Luciani, Demi Carabajal, José Simón, el Cuervo Pajón, Javier Caminos, Milena Salamanca, Rubén Patagonia y Francisco Lanfré son algunos de los nombres destacados en la filial local de la famosa peña platense.

Asimismo, la de Los Manseros (Club Independiente), la de Nando El Salteño (Consejo de la Mujer), La Peña Oficial (Centro de Congresos y Convenciones), La Callejera (Sociedad Española), La Fisura (Club Tiro Federal Pedro Ortiz) y la de La Casa de Emerger (peatonal San Martín y Corrientes), son ideales no sólo para gastar suela en zapateo y zarandeo sino para disfrutar de ballets y compañías artísticas, mientras se saborean humitas, tamales, locros y empanaditas caseras.

Después de la presentación de ayer del Dúo Coplanacu y Peteco Carabajal como destacados, el tridente santiagueño se completa hoy con otro de los artistas que más se esperan: Raly Barrionuevo. Asimismo, la tensión por las calles y la caravana de “cuarte-folks” que van llegando desde distintos puntos de la Docta, explican lo que ocurrirá por la noche. La gran sorpresa del festival se hará presente hoy con Los 4 de Córdoba, aparentemente al cierre del espectáculo: Carlos “La Mona” Jiménez volverá al mítico escenario para concluir un show que quedó trunco hace 25 años. Facundo Toro, Marcelo Mitre, Cuty y Roberto Carabajal, Nacho y Daniel, Los Manseros Santiagueños y Roxana Carabajal, son otros nombres destacados de la quinta luna coscoína que, sin dudas, dará que hablar.

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