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Sábado, 5 de mayo de 2012
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JUSTICE SE PRESENTARA ESTA NOCHE EN EL UMF

“No nos preocupa hacer bailar”

El dúo francés, notable por su house con base rockera, actuará en el festival junto a varios artistas de las escenas electrónicas.

Por Luis Paz
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Gaspard Augé y Xavier de Rosnay, las dos cabezas de Justice.

La única razón de que Justice exista en esta era es que la tecnología le permite hacer su música. No se trata de una aventurada conclusión de parte del periodista, del delirio cósmico de un crítico ni del comentario de un analista en sistemas, sino de la convicción que los franceses Gaspard Augé y Xavier de Rosnay, los miembros de este notable dúo de house con base rockera, admiten frente a Página/12. “Es algo de lo más curioso, porque en nuestra era, cuando nosotros éramos jóvenes, la tecnología tenía otro lugar: mientras crecíamos, el acceso a la música era algo distinto; más pasional, porque no era tan fácil conseguirla ni estaba tan disponible como ahora. ¡Teníamos que ahorrar si queríamos un disco!”, se emociona Augé. Ahorro y emoción son, también, los dos lados de la ecuación que les acercarán a las cerca de 25 mil personas que agotaron las entradas para el UMF, ciclo debutante y recientemente importado que se desarrollará esta noche en el Dique 1 de Puerto Madero con la presencia de algunos de los artistas más destacados de las escenas electrónicas: John Digweed, Kaskade, Modeselektor, Christopher Lawrence y otros 18 artistas.

–¿Eso significa que están en desacuerdo con la relación que hoy se traza con la tecnología o que están contentos de que así se dé ahora?

–Estamos absolutamente contentos de que los jóvenes de hoy tengan un acceso tan temprano a la tecnología, porque eso los está volviendo una generación creativa que comparte y esparce las cosas más rápido que nunca.

El dúo parisiense tuvo su aparición –con su debut Cross, en 2007– como un fenómeno crossover entre el rock y la electrónica, a la manera de sus conciudadanos Daft Punk, aunque menores por unos años y generacionalmente distintos: curtidos en la era de los DJ superestrellas, el nuevo auge del diseño gráfico en el cambio de milenio y el quiebre en la industria mainstream tradicional del rock. Con Audio, video, disco, su lanzamiento más reciente (también editado en el país), Justice se encaramó en la nueva ola del progressive house tendiendo un nuevo puente sobre las estructuras del rock progresivo: “Tan sólo tratamos de hacer nuestra propia visión de la música pop de esta era. Lo que queremos es combinar emociones simples, desde las melancólicas hasta las épicas. Generacionalmente, estamos muy influidos por el peso de las imágenes, las pinturas y las películas. Casi cualquier forma de arte pop puede dispararnos una idea que genere una nueva canción de Justice”. Y las nuevas canciones de Justice han disparado hacia todos lados, incluidas las películas, series y videojuegos: aparecen en el DJ Hero, el juego de acción y rol Assa-ssin’s Creed II, en el de carreras Need For Speed Undercover y en el hitazo Grand Teft Auto IV.

Su mistura fina es tan conmocionante que a menudo les ocurre que en los boliches de rock el público baila, y en los festivales electrónicos, hace pogo. O algo parecido. Ningún problema con eso, ni con presentarse en las fiestas privadas de Christian Dior y Louis Vuitton, para Augé: “Estamos muy felices de que la gente no ‘baile’ en nuestros shows, necesariamente, pero reaccione de una manera más primitiva, porque consideramos que nunca hicimos música bailable. Nunca fue una preocupación hacer que la gente baile; lo que sí intentamos siempre fue tocar a la gente en un nivel emocional”. Tal es el caso de lo que ocurrió cuando, en diciembre de 2009, pasaron música en el local porteño La Trastienda Club: el público tomó el tablado por asalto e hizo mosh en la pista de baile, como si se tratase del lugar de encuentro de la cultura hardcore con la de los DJ, el ingreso del punk a un (al menos por esa noche) boliche de música bailable emplazado en San Telmo. “Fue una fiesta genial: me acuerdo de las chicas bailando en corpiño en el escenario. La gente que fue se divirtió mucho y ése es el ingrediente principal para una gran fiesta”, se alborota Augé un poco más.

–Dice que Justice no hace música bailable y, de hecho, a diferencia del paseo por consignas comunes en festivales electrónicos, ustedes proponen una lírica más cercana a la del rock. ¿Tiene que ver con su origen afectivo?

–En verdad, tiene que ver con la idea de ser evocativos. Queremos que nuestras letras sean universales, sin caer en la estupidez y enfatizando el sentimiento general de cada canción. La relación con el rock progresivo viene más por el lado de la libertad en términos de estructuras y tiempos, pero de ninguna manera quisimos hacer un disco demostrativo y efusivo como eran los del rock progresivo. Preferimos la idea de una música amplia.

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