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Jueves, 14 de junio de 2012
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Malyevados grabó Vuelta al mundo, que está disponible sólo a través de la web

“Hoy el escenario es claramente otro”

La banda, que propone una interesante mixtura de ritmos, da la opción de pagar por la descarga o bajarlo gratis.

Por Karina Micheletto
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Malyevados se presentará hoy, a las 21, en el Teatro del Viejo Mercado.

Suele ocurrir que la música más difícil de definir –o, más precisamente, de clasificar, en ese afán de signos inevitable del periodismo– resulta la más interesante. El trabajo de Malyevados pone en ese brete al intento, siempre ineficaz, de hablar de música, al tiempo que hace sonar una novedosa marca en letra y música propias. El ex Pequeña Orquesta Reincidentes Santiago Pedroncini, Alejo Villarino, Antonio Oyuela y Claudio Rinaldi conforman Malyevados. Una banda acústica con una original formación que incluye guitarra y banjo, acordeón y ukelele, bandoneón y trompeta, con un estilo propio en canciones que remiten a variados ritmos e influencias. Acaban de sacar su tercer disco, Vuelta al mundo, un trabajo que sólo está disponible a través de la web. Tanto las canciones como el arte de tapa se bajan desde www.malyeva dos.com.ar, y a quien va a realizar la descarga se le ofrece la opción de hacerlo gratis, o pagando la suma que considere. Hoy, a las 21, Malyevados se presentará en el Teatro del Viejo Mercado (Lavalle 3177), con el dúo de Guillermo Pesoa y Gustavo Alvarez como invitados.

Malyevados reconoce en su prehistoria un dúo de tango con guitarras, conformado por Alejo Villarino y Claudio Rinaldi, con buena repercusión allá por 2002. Separado de Pequeña Orquesta, se sumó luego Santiago Pedroncini, y la ampliación a un cuarteto con bandoneón y trombón, ya interpretando composiciones propias, devino en la grabación de Lisboa en 2006. Allí comenzaban a aparecer las búsquedas hacia otros ritmos y fusiones. Cuando cambiaron trombón por trompeta, banjo y ukelele apareció Malyevados, en 2010, y también el estilo que suena ya encaminado en este Vuelta al mundo. Así conformado, en Malyevados suenan guitarra, banjo, acordeón, ukelele, bandoneón, trompeta, y también garrafas y chapas como propuesta percusiva. Y suena una música en la que se distingue la “herencia” de Pequeña Orquesta, abierta a los muchos puertos del mundo, pero que tiene un desarrollo propio bien marcado en su sonoridad acústica y su trabajo instrumental, en cierta atmósfera inquietante, y cierto fondo tanguero que sigue acompañando a la banda, como otra marca.

“Cuando hacíamos tango, nos gustaba el estilo clásico de los tangos con guitarras de los años ’20. Algunos letristas como Manzi, Expósito, García Jiménez y Celedonio Flores nos tenían ocupados tratando de acercarnos a sus canciones. Rescatábamos el tango reo, por eso el nombre del grupo”, recuerdan ellos. “Como la voluntad creativa a veces se vuelve inaguantable, empezamos a tener la necesidad de meternos con nuestras propias obras. Allí es donde el tango nos empezó a quedar a un costado de lo que buscábamos. Entonces empezaron las primeras melodías, desprendiéndose del tango como género, y algunos ritmos, revisitando los propios orígenes del tango. La inclusión del bandoneón y los vientos terminó por definir el estilo de Malyevados, con poesía más actual y fusión de estilos. Visitas a otros puertos. Historias de pasión, de tristeza, de alegría, de belleza, de encuentros y despedidas.”

El disco que ofrecen a sólo un click de distancia muestra ese espíritu en “Se va”, el tema que abre el trabajo, en logradas atmósferas como la de “No existe”, en el trabajo instrumental propuesto entre la guitarra, el banjo, el acordeón y bandoneón, la trompeta, en un clima siempre melancólico, denso aunque parezca proponer seguir el ritmo marcado, como en “Media ventana”. Las partidas y las despedidas, más que los encuentros, parecen ser la marca poética en los puertos propuestos.

–¿Por qué decidieron ofrecer el disco sólo por Internet y dejando librada la opción de pagarlo o tomarlo gratis?

Alejo Villarino: –Es una decisión que tiene que ver con el momento actual de la venta de discos, tan cambiante. La verdad es que a mí me sigue gustando comprar discos, cuando hay algo que me gusta. Pero la realidad es que cada vez se vende menos, mientras que la inversión para hacer el disco sigue siendo importante. Entonces, nos pareció interesante decir: bueno, pongamos el esfuerzo en grabar bien el disco, producirlo, lograr la mejor calidad posible, pero no lo fabriquemos. Hoy el escenario es claramente otro: también es cierto que hoy es más fácil y accesible grabar que hace veinte años, pero hay tanta propuesta que uno tiene que tratar de ver dónde se sitúa desde un lugar independiente como el nuestro. Por eso es interesante ir probando, descubriendo cómo es hoy por hoy esto de grabar un disco. Acorazado Potemkin ya lo hizo de esta forma, y le fue muy bien.

–¿Y a ustedes cómo les fue?

–Hasta ahora muy bien, lo lanzamos a mediados de abril y ya llevamos unas mil descargas, seguro llegó a más gente de la que hubiera llegado en el formato convencional en este tiempo. Y sin difusión, fue algo que se generó sólo por las redes. Al menos, mucha gente lo bajó, después habrá qué ver cómo sigue, porque es distinta esta relación que la que se establece con el objeto disco. Ahí sí reconozco que hay una cuestión generacional: como músico me sigue pasando que si no tengo el objeto en la mano, en un punto siento que no grabé un disco. Y toda la información de la grabación me sigue pareciendo muy importante. Por eso en esta edición nos preocupamos porque esté todo el arte del disco. ¡Ahí mostramos el viejazo!

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