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Viernes, 18 de octubre de 2013
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QUILAPAYUN E INTI ILLIMANI ACTUARAN EN BUENOS AIRES

“Chile avanza sin olvidar y eso es muy esperanzador”

Los históricos Eduardo Carrasco y Horacio Salinas admiten que les hubiera gustado presentar juntas a las bandas que lideran, como sucedió en otros países latinoamericanos, y dicen que sólo se trató de un problema de agendas. “Será una tarea pendiente”, prometen.

Por Cristian Vitale
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Los históricos Inti Illimani actuarán el 26 en el ND Teatro.

Algo andaría mal si, durante el año del 40º aniversario del golpe militar en Chile y con ambos grupos aún vigentes, Quilapayún e Inti Illimani no se dieran una vuelta por la Argentina para mantener la memoria en verbo presente. El potencial explica, feliz y precisamente, sus presencias. No juntos y a la vez –como sí lo han hecho en otras partes de América latina–, pero sí con una misma intención, igual lugar (ND Teatro, Paraguay 918) y apenas con una semana de distancia. Unos, los dirigidos por el histórico Eduardo Carrasco, mañana, sábado 19 de octubre, y otros, bajo el comando de otro viejo batallador del canto popular –Horacio Salinas–, el sábado 26. “Será una tarea pendiente –admite Carrasco a Página/12, desde algún lugar de México–, porque el espectáculo Inti-Quila ya se ha transformado en un clásico de la Nueva Canción. Lo hemos presentado en muchos países y siempre con el mismo éxito... La verdad es que nos encanta subirnos al escenario con el Inti y hacer música juntos. Y aunque esta vez no coincidieron las fechas, está claro que es algo que tendremos que llevar muy luego a la Argentina”, señala el único fundador que le queda a Quilapayún, tras un enorme proceso histórico que, en más de 45 años, atravesó alegrías, exilios, persecuciones, decenas de discos, divisiones internas, reconocimiento internacional, y clásicos instalados en el imaginario de una América latina unida... igual que Inti Illimani. “Son problemas de calendarios a veces incompatibles. Solo eso, lamentablemente”, es la explicación que da Salinas, sobre las fechas separadas, de parte del Inti histórico.

–No habrá fecha conjunta, pero sí una frase contundente que los identifica y une de hecho. “Patria, luz y bandera, de los puños alzados, volverás a florecer, volverás a renacer”, la cita del tema “Mi patria”, de Quilapayún, tal vez sea una buena excusa para explicar el momento.

Eduardo Carrasco: –Sí. Esta es una de nuestras canciones más emblemáticas de la época del exilio. Para nosotros sigue teniendo validez, en la medida en que lo que perdimos con el golpe militar todavía no se ha recuperado. Tampoco hemos podido transitar definitivamente por el Chile democrático por el que tanto hemos luchado. En el Chile actual hemos dejado muchas tareas pendientes. La transición chilena ha sido una transición pactada y eso ha dificultado mucho que se instale una sociedad donde haya justicia, verdad y reconciliación. Imagine que recién el presidente Piñera ha terminado con los privilegios carcelarios de los militares culpables de asesinatos y torturas. Felizmente, en estos meses ha comenzado a surgir una nueva conciencia ciudadana y probablemente se abra por fin la posibilidad de entrar en una nueva fase de nuestra historia nacional. Entonces, a lo mejor esa canción ya no se haga necesaria. Por el momento, no hay que olvidarla.

Horacio Salinas: –La cita es, sin dudar, una imagen poética que nos habla de cuán profundo y sentido fue el espíritu de cambio en la época de Allende y cuánto de aquello es un valor e ideario permanente, pese a la brutalidad de la respuesta que hemos sufrido por parte del medioevo político que fatiga mucho en rendirse.

–¿Cómo los moviliza internamente este 40º aniversario del golpe en Chile?

E. C.: –Nada diferente de lo que movilizó a nuestros conciudadanos. El deseo de cambios definitivos que permitan en Chile una sociedad más justa y solidaria, que supere el “sálvese quien pueda” que ha significado durante todos estos años la implantación de una política extremadamente neoliberal. Hay muchos signos esperanzadores y probablemente los próximos años serán una época en que la ciudadanía imponga sus reivindicaciones, superando la situación actual en la que la clase política ha sido impotente para representar los anhelos de nuestra población. Nuestro país avanza sin olvidar y eso es muy esperanzador.

H. S.: –En nuestro caso, creo que pasa por el sentido de poner en la agenda de los chilenos una reflexión histórica. También la necesidad de verdad y justicia como premisas básicas de una posibilidad de reconciliación. Y poner de relieve la verdadera dimensión del drama y el terror de la dictadura que aún es desconocido en sus pormenores más crueles, por sectores importantes de las nuevas generaciones... Conocer y asumir el carácter de la represión de la que fue capaz la dictadura, digo. Es una herida profunda e inaceptable en nuestra historia que un sector reaccionario quiere hacer pasar como normal o adecuado el insulto que recibieron quienes luchamos por una vida más justa, verdadera y quienes no nos rendimos. De ahí este doble significado del golpe; la nobleza del Allende demócrata y, de otra parte, la barbarie de la que somos capaces con tal de defender privilegios. Sabemos que el cancionero que nació en los años ’60 y luego durante la Unidad Popular habla fuertemente de esto. Creo que recordar esas canciones más aquellas nacidas durante el exilio muestra todo un homenaje a nuestros pueblos, valerosos por lo demás.

E. C.: –Lo especial también está en volver a cantar en la Argentina. Es un país que amamos y que siempre ha sido receptivo a nuestro trabajo. Haremos un recital en el que se escuchen las canciones de siempre y las que hemos venido haciendo en los últimos tiempos. Incorporaremos también elementos poéticos que desde hace algún tiempo han caracterizado nuestros recitales. No renegamos de nuestros lazos con el pasado, pero no andamos con un ataúd a la rastra. Seguimos haciendo cosas nuevas.

Lo nuevo de Quilapayún pasa por los discos Siempre, Solistas y Encuentros, este último a publicarse en breve en Chile y la Argentina, y en el que el grupo mueve el tablero y les abre puertas a músicos de las nuevas generaciones como Alvaro Henríquez de Los Tres, los Chancho En Piedra, Colombina Parra, Mauricio Redoles, Manuel García, Anita Tijoux, Camila Moreno, Carlos Cabezas, Osvaldo Torres y Ramuntcho Matta. “Hicimos música juntos y mezclamos la música del Quilapayún con músicas de géneros actuales como el rock, el hip hop y el pop. Es un disco que ha llamado mucho la atención en Chile y está siendo esperado por los medios como una forma de renovación de nuestra música”, informa Carrasco. “Creo que nuestra experiencia dio muchos frutos, no solamente en nuestro país sino también en otros países latinoamericanos. Una de las canciones de Encuentros está dedicada a una mariposa que unos entomólogos mexicanos bautizaron con el nombre de ‘Quilapayunia’. Creo que somos el único grupo artístico que tiene una mariposa. Desde ese momento la Quilapayunia está acoplada al logo de nuestro grupo. Cuando partimos de vuelta de nuestros últimos recitales dejamos a nuestra mariposita volando por los cielos de México. En nuestro país, la mejor prueba de nuestra vigencia es que los mejores exponentes de la música actual chilena han trabajado con nosotros en nuestro último disco.”

Lo nuevo de Inti Illimani, en tanto, fue a trabajo compartido con el cantaor flamenco Diego el Cigala y la talentosa peruana Eva Ayllón. “Este trabajo es por amor a las tradiciones y finalmente a los rasgos que subrayan bellas características de los pueblos. Es una de las pasiones que dan sentido a nuestra vida artística y hay que decir que en el caso de estos dos discos vimos satisfecho un sueño con los talentos de Diego y Eva”, cuenta Salinas.

–¿Van por más ahora?

E. C.: –Sí, claro. Estamos preparando un trabajo sobre canciones de amor compuestas por Patricio Manns en los años ’60. Magníficos textos y espléndidas músicas de nuestro querido poeta y músico. Todo visto con el cedazo de la instrumentación actual del grupo y los cambios (en la continuidad) que nos va otorgando la vida.

H. S.: –En nuestro caso, somos un poco rehenes de nuestra propia creación y eso es a veces una dificultad. Pero más entretenido es el desafío de crear pensando que todo empezó antes de ayer, pues creo que la música del Inti es una sola y su historia la posibilidad de escuchar los fragmentos en el tiempo.

–¿Qué les dice el Inti histórico a las nuevas generaciones?

H. S.: –Tampoco lo sé fehacientemente. Nosotros hemos querido mostrar cómo nos gusta la música de la comunidad, de la aldea, del carnaval y también aquella de la pesadumbre en la existencia humana. No creo que seamos algo más que una referencia cariñosa, pues el arte no es de imitar sino de sorprender siempre con saltos y nuevos caminos llenos de novedades. Quizá si hemos querido decir que siempre habrá una buena música si estamos con el corazón puesto entre la gente y curiosos de la infinita y rica identidad de nuestros pueblos.

Además de haber editado en conjunto un CD-DVD homenaje a Víctor Jara, con la presencia de Joan Jara, Quilapayún e Inti Illimani también coincidieron con un recital en conjunto en el Teatro Coliseo de México. “Fue maravilloso. Llenar el Coliseo de México no es tarea fácil y encontrarse con un público con el que tenemos lazos de cariño y que se ha apropiado de nuestra música con profundidad y afecto es una bellísima experiencia. Los mexicanos han seguido de muy cerca la música chilena desde sus inicios y hay toda una historia de amistad y solidaridad de los mexicanos con las luchas del pueblo chileno que es conmovedor constatarla una vez más. Los personajes de Allende, Neruda y Víctor Jara están arraigados en México como héroes propios”, señala Carrasco. “Coincido –tercia Salinas–. Desde la música en conjunto, los recitales resultaron muy buenos y emotivos. Sumar las voces con los Quilas es una acción musical poderosa. Creo que ambas bandas dan un panorama intenso de la música que nació en Chile en los ’60 y que cambió el cancionero nacional.”

–¿Qué significa Quilapayún para Inti Illimani?

H. S.: –Bueno, ellos fueron los primeros que levantaron su canto coral cantando las heridas y clamando justicia. Quilapayún son un poema que a veces se susurra y en otros momentos es un grito liberador.

–¿E Inti Illimani para Quilapayún?

E. C: –Un grupo de grandes artistas, exponentes de una bellísima musicalidad que ha tenido una historia muy cercana a la nuestra y que le ha entregado un aporte inestimable a la música chilena y latinoamericana. Los consideramos nuestros hermanos y tenemos con ellos relaciones de amistad y camaradería que se han sabido mantener a través de los años.

Todas las flores que se tiran el Inti Illimani histórico y el Quilapayún de Carrasco se convierten en munición pesada cuando se trata de abordar las divisiones internas que, también, sufrieron ambas agrupaciones. En el caso de Quilapayún, hay una facción liderada por Rodolfo Parada que acaba de sacar el disco Absolutamente Quilapayún, y que, por cuestión de derechos y jurisdicciones, pueden publicitar en la Argentina como tal, pero no en Francia, por ejemplo, donde la Justicia falló a favor de la facción Carrasco. “No creo que pueda hablarse de una división, cuando en realidad el único integrante que podría ser considerado histórico de ese grupo es el propio Parada. Todos los demás integrantes históricos están en nuestro grupo: Carlos Quezada, Hernán Gómez, Hugo Lagos, Guillermo García y yo mismo. Si a eso sumamos a Ismael Oddó que canta con nosotros desde el 2003, hijo de Willy, que murió trágicamente en el 1992, tenemos a todos los integrantes que hicieron el Luna Park en Buenos Aires en 1983, a todos los que trabajamos con Víctor Jara, a todos lo que hicimos la campaña de Allende en 1970 y a todos los que vivimos quince años de exilio hasta 1988. Los que cantan con Parada no tienen nada que ver con nuestra historia y existen como parásitos de nuestro trabajo histórico, artístico y creativo”, se descarga, largo y tendido, el director de Quilapayún.

–¿Y en el caso de Inti?

H. S.: –Creo que es un divorcio definitivo. No veo alguna poderosa razón artística para que reeditemos algo que se fracturó malamente y además en la actualidad el Inti Illimani histórico transita por senderos musicales que hacen difícil volver al pasado. Y luego, este divorcio se produce porque existen dos modos de entender qué es el Inti Illimani, problema casi filosófico que se resuelve en parte escuchando a los dos grupos: el Inti Illimani Histórico y el Nuevo Inti Illimani de (Jorge) Coulón.

E. C.: –Todo esto es complicado de entender para los argentinos que no han seguido de cerca este problema, pero en Chile y en Francia esto ya está resuelto. La mejor prueba de esto en Chile han sido nuestros recitales Quilapayún en Grande de hace unas pocas semanas, que se vieron triplicados debido al gran interés que despertaron en el público. Estas disputas nos han hecho un gran daño, pero finalmente nuestro público no se equivoca, nos ha entregado su apoyo desde un comienzo. Y digamos que en la Argentina ha ocurrido algo semejante: ese grupo ha intentado dos veces presentarse en teatros argentinos y han tenido que anular los espectáculos por falta de público. A nosotros no nos ha ocurrido lo mismo. Lamentablemente, hay medios que se han dejado sorprender. Entendemos que esto ha ocurrido debido al interés que ha habido siempre en la Argentina por el Quilapayún. Nosotros somos los inventores de Transandinia y a nosotros Transandinia nunca nos dejará botados. Transandinia unida jamás será vencida... ¡Que cada cual haga lo propio!

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