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Sábado, 11 de enero de 2014
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HOY SE REALIZA EL FESTIVAL DEL SELLO ART-MENU EN CIUDAD CULTURAL KONEX

Canciones urbanas y mezcla de géneros

Me Darás Mil Hijos, Falsos Profetas, Cruz Maldonado y Ale Balbis se presentarán a partir de las 18. Aunque cada banda tiene su propia identidad, comparten haber construido su obra desde el rock con influencias del tango y los ritmos latinoamericanos.

Por Sergio Sánchez
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Fernández, Elizalde, Baiardi y Barderi, parte de las músicos que tocarán en el Konex.

En épocas en que las bandas de estadio están en vías de extinción, surgen escenas que aglutinan a músicos con estéticas afines y organizan al público disperso que antes desembocaba en un mismo espacio. La masividad le dio paso a la fragmentación. Una de esas escenas es la que confluye en el sello independiente ART-Menú y que tiene en sus filas a Me Darás Mil Hijos, Cruz Maldonado, Falsos Profetas y Alejandro Balbis, entre otros. Ellos protagonizarán hoy en Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131) el primer festival del sello. “Hace tiempo que venimos con la idea de hacer un festival, pero siempre nos pasaba que el ámbito nos parecía que no era el adecuado, hasta que apareció el Konex –explica Fabián “Pelu” Romero, director del sello–. A través de los años, el plantel del sello se fue formando con artistas que hacen canciones urbanas y que mezclan los géneros sin ningún tipo de problemas. Cada uno se fue cruzando con el otro de manera natural. Por alguna razón trabajamos con estas bandas: hay una escena, un lugar que no ocuparon otros.” Además subirán al escenario artistas invitados y amigos: Belén Conte, Pat Malanca, Sonia Alvarez y Nahuel Lobos. La cita es a las 18 y no se suspende por lluvia.

Si bien cada banda tiene una búsqueda propia, todas comparten, al menos, un aspecto: construyeron su obra desde el rock, pero se abrieron camino a otros géneros y se dejaron influir por las músicas urbanas. “Es inherente incluir lo latinoamericano, el tango –entiende Mariano Fernández, vocalista de Me Darás Mil Hijos–. Es algo natural que tiene que ver con la identidad. El rumbo latinoamericano es tan amplio como el rock. Si bien venimos del rock, crecimos en este contexto. Creo que hay una búsqueda hacia la canción popular.” Diego Baiardi, cantante de Cruz Maldonado, coincide con la idea de música popular. Y Nicolás Barderi, bajista de Falsos Profetas, suma: “En nuestro caso, no buscamos géneros en particular sino que pensamos cómo vestir la canción”.

Nadie puede negar que la industria musical (y todas las industrias culturales) se encuentra en una transición. Internet, claro, colaboró ampliamente. Entonces, una pregunta cae de madura: ¿qué pasa con la crisis del disco? “Somos bandas que no sufrimos tanto la crisis, porque cuando empezamos a sacar discos la industria discográfica ya estaba casi destruida –considera Martín Elizalde, vocalista de Falsos Profetas–. Grabar discos afuera, por ejemplo, fue una realidad que no vivimos. La autogestión fue nuestra realidad: nos dimos cuenta de que si la banda no trabaja, no pasa nada. La unión hace la fuerza. Y este festival es una muestra de eso. Mientras más gente haya empujando para el mismo lado, todo es más llevadero.”

Mariano Fernández: –Lo que para las discográficas es una crisis, que es esta transición, para la autogestión y la independencia es un abanico de oportunidades. La apertura que permite Internet, los celulares y otros canales, son oportunidades. A nosotros no nos golpea esta crisis porque nunca estuvimos dentro del mainstream, o estuvimos quince minutos. Nuestra experiencia en una compañía no fue buena. La crisis para nosotros significa un cambio, algo positivo. El momento crítico es para los que se la llevaban con pala, decidían qué diez grupos vivían de esto y el resto que se curtiera. De hecho, cuando estuvimos en una compañía no ganábamos plata. Entonces, todo esto obliga a la autogestión, a renovarse y actualizarse sobre los nuevos canales de comunicación, que son accesibles para todos. La crisis para nosotros es libertad.

Fabián Romero: –Nuestro punto de venta más fuerte es el show en vivo. La industria es una serpiente que se muerde la cola constantemente: no puede ser que gane más plata el disquero que el artista, es un delirio.

–Entonces, ¿qué papel juega hoy el disco físico? ¿Adoptó otro sentido?

Diego Baiardi: –Es un objeto maravilloso. Tener el disco es tener un poquito del artista.

M. F.: –Nosotros seguimos pen-sando un orden de temas. Hay un concepto y una línea pensada. En ese sentido, gracias a ART-Menú pudimos hacer una edición limitada preciosa (N. de R.: se refiere a Santo Remedio). Pero es un canal más. Probablemente el disco tiene más escuchas en Bandcamp que discos vendidos, pero, por lo menos por ahora, sigue teniendo sentido. Y más en la Argentina, donde todavía el tema de la descarga paga está muy verde. El que compra el disco en un recital sabe que está apoyando. El disco no se graba gratis. Aunque hoy hay páginas de Internet buenísimas para financiar discos.

F. R.: –El disco sigue siendo, como objeto, la foto del artista en ese momento. Los músicos no escriben las mismas canciones cuando tienen 20 que cuando tienen 30 o 40. ¿Por qué se juntan las canciones? Si no fueran conceptos tan fuertes, se editarían temas sueltos, canción por canción. En cambio, el disco siempre tiene un concepto. Por eso nosotros como sello ponemos toda la energía para que ese concepto esté reflejado en el arte de tapa, en el diseño, en el orden de las canciones. Trabajamos en todas las instancias de la producción para que ese disco tenga consistencia. Todavía el artista trabaja con esa cabeza. Son etapas de los artistas y eso hay que respetarlo.

Martín Elizalde: –De hecho, los quiebres musicales y generacionales suelen ser por un disco, no por temas en particular.

En la última década, los recitales masivos, cuya convocatoria estaba a cargo de una sola banda (La Renga, Los Piojos, Viejas Locas, Bersuit, por citar algunos ejemplos), parecieron ceder paso a ciclos y festivales autogestionados por los propios artistas. “En lo personal, no me gusta el rock de estadio, porque no sé qué está haciendo el artista; no lo veo transpirar, no sé lo que canta”, resalta Pelu Romero. “El estadio separa a la gente, no es el ámbito para escuchar música sino para ver un espectáculo.” Ellos entienden que el diálogo con el público sucede en lugares más pequeños. Dice Fernández: “Este festival no tiene la necesidad de conquistar más públicos sino que tiene que ver con celebrar el presente de todos estos grupos. Si bien como músicos queremos llegar a la mayor cantidad de gente posible, este encuentro tiene otro objetivo: juntarnos para hacer mejores cosas”. “También es la oportunidad para tocar con bandas que admiramos y que pertenecen a la misma generación –afirma Baiardi–. Nos conocemos hace un montón de años y estamos trabajando todos en el mismo lugar.”

–Ante el cambio en los modos de producción y circulación de la música, ¿cómo ven el panorama de la música argentina?

M. E.: –A diferencia de lo que sucedía a principios de este milenio, cuando la tecnología empezó a permitir que pudieras grabar un disco en tu casa, ahora hay muchas propuestas interesantes. En algunos casos faltaba encauzar el laburo que hacían otros, como el rol del productor. Pero hoy hay muchos músicos de nuestra generación que están empezando a producir a las bandas nuevas. Hay una contención artística a la hora de grabar, una figura que hace algunos años no existía. Es necesario que te den los lineamientos básicos. La independencia está generando esos espacios que hasta hace poco estaban vacíos, pero que siempre estuvieron en la industria. Esta subindustria está cada vez más equipada y, por ende, el nivel artístico es mejor.

M. F.: –También el conocimiento técnico es cada vez mejor. La facilidad de grabar un disco en tu casa obliga a los pibes a formarse.

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