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Sábado, 25 de enero de 2014
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TREVOR HORN ES UNO DE LOS PRODUCTORES ESTRELLAS DEL POP INGLES

El hombre que inventó los ochenta

Fue cantante de Yes, pero después lo atrajo estar del otro lado del vidrio. Y no le fue nada mal: su dúo Buggles explotó con “Video kill the radio star”, con su sello ZTT sacó a Frankie Goes to Hollywood, trabajó con Seal, Belle & Sebastian, t.A.T.u. y Robbie Williams.

Por Pierre Perrone *
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El primer lanzamiento de ZTT, el sello de Horn, fue “Relax”, de Frankie Goes to Hollywood.

“Supuestamente, yo inventé los ochentas. Pero los ochentas hubieran sucedido sin mí”, dice Trevor Horn entre un rapto de genuinas carcajadas, al responder la pregunta que tantas veces le han hecho. Sin embargo, no se puede discutir el hecho de que el productor detrás de The Art of Noise, Frankie Goes To Hollywood y el revolucionario sello ZTT –que actualmente celebra su 30º aniversario– le dio forma y un paisaje sonoro no sólo a la década, sino también a mucha de la música que se escucha hoy.

Buggles, el dúo de electropop de Horn, probó ser tan clarividente que su hit “Video killed the radio star” (que llegó al número uno en varios países del mundo), se convirtió en el primer video emitido por MTV cuando se lanzó en Estados Unidos, en agosto de 1981. “Con Buggles teníamos una visión integral: una banda de fantasía imaginada por una computadora. En ese momento estaba leyendo a J. G. Ballard”, recuerda el productor sobre la canción que se convirtió en piedra de toque para la cultura pop, versionada por Erasure y The Feeling, utilizada como referencia por Robbie Williams en su disco Reality killed the video star –producido por Horn– y sampleada por will.i.am y Nicki Minaj en su hit de 2010 “Check it out”. El resonante éxito de Buggles fue el salto de Horn al estrellato pop, pero él era músico desde mucho antes, desde que dejó Durham y se mudó a Londres en 1970, con 21 años. Tocó para el director de orquesta Ray McVay y giró con la estrella disco inglesa Tina Charles, célebre por el single “I love to love”. “Aprendí mucho de Biddu, su productor. Esa fue la primera vez que escuché un track de apoyo sin la voz principal. Estaba obsesionado con los estudios de grabación.”

Horn se pasó al campo de la producción luego de que él y su compañero en Buggles, Geoff Downes, pasaran buena parte de 1980 grabando y girando con la banda de rock progresivo Yes. “Cuando terminé con eso, musicalmente no tenía ningún temor. Había sido tan difícil que hizo que todo lo demás pareciera fácil”, reflexiona hoy. “Mi esposa, Jill Sinclair, sabía que yo no tenía madera de frontman. Pensó que yo debía concentrarme en ser un productor.” En 1981, Horn relanzó la carrera del dúo pop Dollar con cuatro singles brillantes: “Tenía todo el panorama en la cabeza, un pequeño mundo que ellos habitaban”. Eso resonó en los oídos del periodista Paul Morley de New Musical Express y del emergente grupo ABC, cuyo debut The Lexicon of Love fue producido por Horn. Durante las sesiones con ese grupo de Sheffield, Horn armó el equipo creativo de la tecladista, arregladora y orquestadora Anne Dudley, el ingeniero Gary Langan y JJ Jeczalik, operador del sampler Fairlight. “JJ era como un científico. No sampleaba instrumentos: sampleaba partidos de tenis, cosas que se caían, pequeñas explosiones. Me dio toda una nueva paleta de colores. Y ese equipo se convirtió en The Art of Noise.”

Horn y su equipo ayudaron a Malcolm McLaren, el ex manager de Sex Pistols, a darle forma a Duck Rock, un álbum documental que presentaba los primeros dos hits de rap inglés, “Buffalo Gals” y “Double Dutch”. Para 1983, Horn estaba reinventando a Yes para la era MTV con “Owner of a lonely heart”, agregando la batería de Alan White a la colección de samples digitales que formarían la base de “Beat Box”, el revolucionario tema incluido en el EP Into Battle with the Art Of Noise, primer lanzamiento de ZTT, el sello que formó con Sinclair y Morley. Las iniciales eran por “Zang Tuum Tumb”, un poema sonoro del fundador del Movimiento Futurista, Filippo Tommaso Marinetti.

“Quería tener más control sobre los discos que hacía. No imaginaba lo difícil que es llevar adelante un sello, incluso habiendo tenido un primer año muy exitoso”, dice hoy Horn respecto de una empresa que fue posible gracias a la sociedad con el capo de Island, Chris Blackwell, quien sencillamente le dio las llaves de los estudios Basing Street, en Notting Hill. Ahora conocidos como Sarm, todavía son la base principal de Horn.

El primer single de ZTT, “Relax” de FGTH, llegó al tope del chart inglés a fines de enero de 1984, pero le había costado un tiempo al grupo de Liverpool pasar de The Tube –el programa de TV cuya cortina también creó Horn– al célebre Top of the Pops. “Al disco le fue increíblemente y entonces tuvo que ser prohibido”, dice del consiguiente furor y la Frankiemanía que siguió con otros dos hits mundiales, “Two Tribes” y “The Power of Love”. “Holly Johnson tenía una maravillosa voz de ataque frontal. Simplemente te llegaba”, continúa el productor. “La tapa original del disco Welcome to the Pleasuredome mostraba 32 actos sexuales –los conté– y algunos no eran de la clase que se te ocurriría poner en el mercado. Pero más que nada fue divertido. Todavía somos dueños de ZTT. No se ha ido a un gran conglomerado”, dice acerca de la compañía, que está lanzando una pila de compilados para celebrar su trigésimo aniversario. Frankie se incineró brillantemente pero se peleó con Horn, mientras que el resto de Art of Noise se llevó el concepto a otro sello. La banda alemana Propaganda también dejó ZTT. “Hemos hecho las paces en la mayoría de los casos”, musita el productor, quien relanzó Art of Noise en 1999.

El estilo de Horn llegó a su pico con “Slave to the Rhythm”, de Grace Jones, a mediados de los ’80, pero él estuvo precavido de encerrarse en un rincón. “Yo era el delirante que usaba demasiados grabadores, el desmesurado”, concede. “Fui a Estados Unidos y, en lugar de ser un gran pez en una piletita, era un pez chiquito en una pileta enorme. Preferí eso.”

A comienzos de los ’90, encontró un suceso renovado con Seal, con quien ganó un Grammy como álbum del año con “Kiss from a Rose”, que lideró el chart norteamericano. “Seal es único. Nada de ese melisma, sin gimnasia vocal”, dice Horn, quien recientemente comenzó a trabajar en su sexto álbum junto al cantante británico. “Es muy poderoso. Seal está en un lugar extraño en este momento debido a su divorcio de Heidi Klum. Le hice escuchar un tema a alguien el otro día y me dijo que era la canción más triste que había escuchado”, asegura Horn. Sus dichos empáticos son indicadores de su propio estado mental desde el trágico accidente que le sucedió a su esposa en el terreno de su hogar en Oxfordshire en junio de 2006. Un perdigón de un rifle de aire comprimido disparado por su hijo Aaron, quien no se dio cuenta de que ella estaba cerca, le pegó en la nuca, le cortó una arteria y le causó daño cerebral irreversible. “No puede hablar, moverse o sonreír. La única expresión que puede mostrar es de disgusto”, ha dicho Horn. Su condición no ha cambiado.

Desde entonces, Horn se ha arrojado de cabeza a su trabajo. Está escribiendo un musical ambientado en un estudio de grabación y ha completado un nuevo álbum de Billy Idol. “Es un disco de rock’n’roll muy movilizador. Lo disfruté mucho. Fue bueno para mí”, asegura.

El mes próximo, el Music Producers Guild honrará a Horn con el prestigioso premio a la Contribución Extraordinaria a la Música del Reino Unido. “Me da la oportunidad de tocar en vivo”, dice sobre su planeada actuación con Producers, la banda que incluye a sus amigos lol Creme, de 10CC, y al ingeniero Steve Lipson, con quien él grabó el álbum Made in Basing Street, lanzado en 2012. Horn contrató a una temprana formación de All Saints para ZTT en 1994, y en su currículum se encuentran desde t.A.T.u. hasta Belle & Sebastian, vía Rod Stewart y también temas para Olly Murs, Gary Barlow y Robbie Williams juntos en “Shame” en 2010. Entonces, ¿cómo ve la actual escena musical? “Durante los últimos cinco o seis años, ha habido un alza en la composición comercial, gente que escribe canciones para vivir en lugar de alguien como Seal, que escribe canciones porque es lo que tiene en la cabeza. Dicho eso, se toca mejor porque hay mejores ayudas para aprender. Pero la música todavía se trata de los deseos y los sueños que tiene la gente, no la tecnología. La música pop tiene que ver con la comunicación. Cuando está en su mejor forma, supera a cualquier cosa.”

* The Independent, de Gran Bre-taña. Especial para Página/12.

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