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Miércoles, 19 de noviembre de 2014
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Mauro y Pablo Cardozo y la presentación de su disco Donde nace la canción

“Es búsqueda, constancia y libertad”

Ser hermanos, dicen, les permitió entender “que las diferencias existen y hay que saber convivir con eso”. En el concierto de mañana se darán el gusto de tocar con varios invitados ilustres.

Por Cristian Vitale
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El Dúo Cardozo, claro, nació tocando en la casa familiar.

“El dúo nació de tocar en casa”, dicen. Origen clavado, entonces, el de Mauro y Pablo Cardozo, hermanos de sangre y música, que pegaron el salto desde aquel ímpetu hogareño y primal, a un presente promisorio que los encuentra a punto de mostrar Donde nace la canción, su primer disco de canciones propias. De insistir con un concierto que en su primera fase los encontró como anfitriones de Liliana Herrero, Juan Falú, Lilián Saba, Marcelo Chiodi, Mono Fontana y Silvia Iriondo, entre varios otros. “Ha sido un antes y un después para nosotros. Hemos atravesado momentos de emoción tan grandes quizá nunca vividos en un escenario. El ensamble con ellos fue el pico más alto en este estado emocional... damos gracias infinitas al universo por haber compartido el proyecto con ellos”, argumentan ambos, sobre un suceso que se repetirá mañana a las 21 en Espacio Tucumán (Suipacha 140). Y no es para menos. No es usual que un disco debut reúna semejante elenco. No, a menos que se espíen ciertos detalles. Que se contemple que uno y otro llevan un buen tiempo invertido en perfeccionar sus guitarras. En meterse en las entrañas de contrapuntos y armonías. En impregnarse de músicas de cámara, sin evitar ese baño de realidad que implican las músicas populares.

“Aunque nos formamos dentro de un marco académico clásico, siempre sentimos inclinación por la música popular”, ratifica Mauro, y abre la cancha. Incorpora al dúo, nacido “oficialmente” en 1993, en un cosmos musical que no desconfía de milongas, candombes o reminiscencias electrónicas. Más bien lo contrario. “Nos armamos un repertorio instrumental de música rioplatense y folclórica, para salir a tocar. Y salimos”, resume Pablo, sobre el minuto cero de un devenir que, a la fecha, suma doce giras por Europa, participaciones en La música que viene (ciclo impulsado por el Fondo Nacional de las Artes), el festival Guitarras del Mundo y un disco previo –de versiones instrumentales y ajenas– llamado Guitarra Hermana. “Lo bueno de ser hermanos es que nos conocemos mucho. Podemos no estar de acuerdo en algunas cosas, pero sabemos que nunca nos vamos a herir y que las diferencias existen y hay que saber convivir con eso. Aprendimos a decirnos las cosas”, sostiene Mauro, sobre una convivencia que empezó en una casa humilde.

Era un barrio crisol cultural. Un mosaico de gentes de provincia y países limítrofes, que introdujo a los hermanos en un mundo musical poblado de ritmos tucumanos, chaqueños, correntinos, santiagueños y uruguayos. “Era realmente increíble y muy curioso –evoca Mauro–; recuerdo las guitarreadas de los chaqueños de los domingos, ¡era mortal! También cada uno traía sus costumbres, por ejemplo los tucumanos plantaban caña de azúcar y nos pasábamos las tardes cortando y mordiendo caña. Algunos tenían la costumbre de criar animales y a fin de año se los manyaban. Hay una canción del disco que se llama ‘Llanto de jabalí’ y recuerda a la traumática escena, cuando una vez sacrificando a un ‘chancho jabalí’ –así le decían– se les zafó en el entrevero y el animal escapó del terreno y corrió gritando y ensangrentado por la calle, varias cuadras. Tremendo.”

–¿Es la canción preferida?

Pablo Cardozo: –No necesariamente. “Milonga de las comarcas” y “Brujo cantor” son nuestras preferidas. Nos gusta la visualidad de las letras, aquellas que resumen un paisaje o un estado de ánimo fácil de percibir en las audiciones y de aquella sonoridad acorde con esa imagen o ese sentimiento.

–¿Dónde empieza la canción, entonces?

Mauro Cardozo: –En la necesidad propia del decir las imágenes del pensamiento, del disfrute por resumir nuestro conocimiento en la guitarra volcado al servicio de la voz cantada y en aquella intimidad de los ensayos instrumentales, donde sentíamos el cercamiento con la poesía y la música de los grandes referentes de la música popular. Ahí nace. Después es todo búsqueda, constancia y libertad.

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