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Miércoles, 17 de junio de 2015
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Illapu presentará Con sentido y razón en el ND Teatro

Parte de la memoria colectiva

El grupo chileno grabó doce versiones de temas de autores latinoamericanos, desde Víctor Jara hasta Raly Barrionuevo. “Nos representan en texto y música”, resume el cantor, compositor y multiinstrumentista Roberto Márquez.

Por Cristian Vitale
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“El disco está hecho de canciones que Illapu hubiese querido crear”, dicen los miembros del grupo.

Los Illapu se tomaron la sana atribución de jugar con diversos ritmos, géneros e improntas musicales de América latina. Su ejercicio del libre albedrío podría haber resultado un híbrido, un capricho o un atajo poco feliz en su largo trayecto. Pero salió un muy buen disco. Disfrutable y consciente. Un sólido trabajo con doce versiones de diversos músicos del continente (le pusieron Con sentido y razón) que la histórica agrupación chilena mostrará en el ND Teatro (Paraguay 918) el próximo viernes a las 21. “El disco está hecho de canciones que Illapu hubiese querido crear, pero que fueron hechas por personas que admiramos, cuyo trabajo sirvió de motivación para rescatar un mensaje que viene de muy atrás en el tiempo o de muy lejos en la geografía, pero que conserva su fuerza, su frescura y su vigencia”, introduce uno de los fundadores del grupo, Roberto Márquez. Los recreados tienen nombre, apellido e historia, claro. Está Silvio Rodríguez, de quien tomaron una noble versión de “El necio”. Está Víctor Jara (cuándo no), revivido y redivivo por tres (“Manifiesto”, “Los estudiantes”, “La partida”). Están Víctor Heredia y Luzmila Carpio (“Sobreviviendo” y “Yanapariwayku”). Está Jorge Drexler (“Aquellos tiempos”) y está, entre otros, Raly Barrionuevo, con su chacarera del exilio. “Hemos buscado temas que nos representen en texto y música”, resume el cantor, compositor y multiinstrumentista de la agrupación originada hace casi cuarenta y cinco años en Antofagasta, ciudad colgada en las alturas del norte de Chile.

–¿Cuánto de sentido y cuánto de razón hay en el trabajo? ¿Por qué lo denominaron así?

–Las canciones son nuestra reflexión frente a la pérdida de sentido del mundo que nos toca a nivel afectivo, aun cuando no sea la realidad que vivimos cotidianamente. El disco tiene una empatía espontánea con la realidad de los pueblos originarios, la condición de vida desmedrada de los trabajadores desde Aysén hasta Arica, de los pescadores, de los mineros y de todos los que son víctimas de un modelo económico en el que la acumulación de la riqueza material es el único objetivo.

–¿Y por qué decidieron tornar visible este mundo de injusticias a través de versiones de otros y no de composiciones propias?

–Quisimos reunir los temas que habitan en el subconsciente del grupo, canciones que reverberan en nuestra memoria por su potencia lírica y su belleza musical, con las cuales nos sentimos identificados plenamente. Son canciones que nos tocaron en lo más profundo en algún momento y lo que hicimos fue vestirlas con nuestro ropaje. Gracias a este espíritu, logramos que convivan armónicamente ideas, melodías y sonoridades totalmente diversas.

–Habrá costado tomar doce entre los mil temas que podrían dar con tal fin. ¿Bajo qué parámetros operó la selección?

–Uno de los parámetros fue que la canción hubiese resistido al paso del tiempo, y conservado la fuerza y la claridad del mensaje en una época donde se evita decir las cosas por su nombre y se privilegia un lenguaje ambiguo, buscando casi siempre la conveniencia.

–¿Por qué “ganó” Víctor Jara en la elección? Hicieron tres temas suyos.

–Porque sus canciones tienen la nitidez de lo verdadero y lo incombustible de un mensaje que no pierde fuerza. En cien años, Jara va a seguir siendo un referente como lo es hoy para los jóvenes chilenos, que se han convertido en una reserva moral de la sociedad, y no están dispuestos a aceptar las reglas del juego impuestas para conveniencia de los que miran a Chile como un negocio. En sus propias palabras: “Canto que ha sido valiente, siempre será canción nueva”.

–¿Y en qué sentido piensa “Sobreviviendo” hoy? Porque Víctor Heredia la compuso en un contexto diferente de éste, al menos en la parte de Latinoamérica que pugna por su soberanía.

–“Sobreviviendo” fue escrita como una reflexión sobre lo terrible de la guerra y hoy vemos que la guerra es una expresión más, si no la más retorcida del libre mercado... En ese sentido la pensamos. Las ganancias vinculadas con la carrera armamentista, a las oportunidades que ofrece la devastación de países enteros reconstruidos repartiendo beneficios entre inversionistas transnacionales están tan vigentes hoy como cuando esta canción fue escrita, sin negar los esfuerzos que existen hoy para ir contra eso, claro.

–Tal vez enganche con lo que acaba de decir la necesidad de recrear “El necio”, de Silvio Rodríguez, en el sentido que se necesitan altas dosis de necedad para mantener lo que se ha logrado en el continente, en términos de autodeterminación y soberanía durante todos estos años. ¿Acuerda?

–La palabra necedad encierra una connotación peyorativa para referirse a la consecuencia entre lo que se predica y lo que se hace. Por eso, más bien creemos que para conservar la dignidad como personas y como pueblo se debe también cultivar y proteger la consecuencia. Hoy en día hay una crisis de consecuencia global que se ve a nivel personal, colectivo, empresarial y gubernamental; la honestidad y la justicia se vuelven más amenazantes que nunca. Si quieres tener enemigos, sólo basta decir lo que piensas. “El necio” está hecho de esa realidad y nos interpreta plenamente.

–¿Por qué la decisión de abrir el disco con “Aquellos tiempos”, de Drexler? ¿En qué sentido determina o predetermina el resto?

–En que en él se dio la cruza espontánea de la concepción musical y lírica de Drexler, y del bagaje de las mixturas musicales sobre las que el Illapu ha experimentado donde el candombe, de la mano del negro José, tiene mucha importancia... Tanta, que fue capaz de meternos profundamente en el corazón de nuestro pueblo. Ese fue un punto importante a considerar para que fuera la canción que abriera el disco. Este candombe, con la mirada de su autor y nuestra fusión, nos permite un alto vuelo en la exploración de sonoridades que hacen incluso un guiño a expresiones más lejanas de nosotros, como la música electrónica.

–La versión de “Nuestro mensaje”, del grupo Che Joven, caía de madura. Es algo por lo que ustedes vienen bregando hace mucho tiempo.

–Cuando la escuchamos, sentimos que era lo que queríamos cantar acerca de la nación mapuche, ya que desde la historia del joven kona Matías Catrileo retrata con un hermoso lirismo una realidad terrible y dolorosa. Esta hermosa canción, construida desde la cosmovisión mapuche de Marino Coliqueo, nos permitió adentrarnos aún más en la espiritualidad mapuche, de la cual la música es la más visible de sus expresiones.

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