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Jueves, 5 de noviembre de 2015
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EL GRUPO PIRAÑA PRESENTA ESTA NOCHE LARVAS (CANCIONES PARA CASTELNUOVO)

Crónicas musicales de la marginación

El disco y el espectáculo están integrados por canciones que rescatan historias de niños alojados en un reformatorio, incluidas en el libro Larvas, de Elías Castelnuovo. Melodías sugerentes, con cierto aire de tango y de orilla, para reflejar una dura realidad.

Por Karina Micheletto
Daniel Frascoli, Romina Grosso y Pedro Fernández Mouján. El show será hoy a las 21 en El Popular.
Imagen: Arnaldo Pampillón.

Siete canciones que parten de siete historias de niños alojados en un reformatorio; que parten, a su vez, del libro Larvas, de Elías Castelnuovo, uno de los más destacados miembros del Grupo Boedo, y que parten, a su vez, de la realidad que el escritor y periodista uruguayo vivió como maestro de un reformatorio, en las primeras décadas del siglo pasado. De allí partió Piraña, un grupo que reunió a Romina Grosso en la voz y las letras, Daniel Frascoli en guitarra y composición, Mauro Vignetta en clarinete, Pablo Ferrante en contrabajo y Pedro Fernández Mouján como letrista, alrededor, justamente, de estas historias de Castelnuovo. O, más precisamente, de lo que les despertaron esas historias duras, ya desde el título del libro. El resultado es Larvas (canciones para Castelnuovo), que será presentado hoy a las 21 en El Popular (Chile 2080). Canciones tan melodiosas como sugerentes, con cierto aire de tango y de orilla, un marco justo, original y potente para estas historias que son contadas desde los años 20 y 30, pero que siguen resultando perturbadoramente actuales.

Uno de los aciertos de Piraña es, justamente, encontrar el tono y crear el clima justo para abordar esa época, ese autor y esa temática, con melodías bellas y cierta sordidez mansa, cruzada por la voz de Grosso, lánguida y tierna a la vez. Las letras suman también a este clima, logran contar esas historias sin rebusques, bien plantadas. Se suma en un recitado, “desdoblando” una de las historias, Juan “Tata” Cedrón, estética y afectivamente cercano a esta propuesta (Frascoli es uno de los integrantes del Cuarteto Cedrón, y las canciones de este disco comenzaron a surgir en “el después” de su ya tradicional espectáculo El puchero misterioso y después, para consolidarse luego en el Club Atlético Piraña, de Parque Patricios, ganando allí su nombre el grupo).

Los integrantes de Piraña llegaron a Castelnuovo por un libro que editó la Biblioteca Nacional, en su colección Los Raros. “Queremos destacarlo porque es muy bueno el prólogo, es muy buena la colección. Nos parece interesante este rescate que hace la Biblioteca Nacional de un autor importante y olvidado, volviendo a ponerlo en circulación”, destacan los integrantes de Piraña.

Caruncho, Ana María, Mandinga, Amarrete, Pestolazzi, Guitarrita y Frititis son los protagonistas de las historias y las canciones de Larvas. A través de ellos Castelnuovo recrea la infancia violentada de estos chicos del Reformatorio de Niños Abandonados y Delincuentes de Olivera, en la provincia de Buenos Aires, donde el escritor había sido maestro en la década del 20. Los integrantes de Piraña cuentan que visitaron ese gran edificio, ubicado en un predio de cien hectáreas, que está siendo recuperado por el Ministerio de Desarrollo Social para diversos emprendimientos. Las fotos de arte del disco, de hecho, fueron tomadas en ese lugar donde nacieron las historias. Grosso –cantante y compositora, además de periodista, quien, desde una veta más rockera y urbana, lideró anteriormente el grupo Romina y los urbanos– fue la primera que dio con este libro, y la que lo fue pasando o regalando, entusiasmada, al resto de los integrantes. “Así apareció ‘Guitarrita’, la primera de las canciones. Y después ‘Mandinga’, que es una historia muy fuerte, porque el nene termina matando a otro en el reformatorio. Pero cuando la escribí preferí no abordar esa parte más negra de la historia, me tomé la libertad de ir por otro lado”, cuenta.

Cuando Grosso le regaló el libro a Fernández Mouján –compañero de trabajo en la Agencia Télam–, éste se sumó como letrista en otros temas. Hay letras que siguen con cierta exactitud la historia del libro, como la de Carucho, que abre el disco, cuenta el periodista. “Otras no: ‘Amarrete’, en el libro, es un pibe que no quiere a nadie, y lo único que puede hacer son negocios. Arregla cosas, es muy creativo, pero su única garantía es el dinero. En la canción traté de imaginarlo de grande, cómo sería ese Amarrete metido en la vida. Pestolazzi es un pibe que se pregunta todo el tiempo por qué mi vieja me dejó acá, la espera constantemente, hasta que un día la madre llega. La canción, finalmente, fue más centrada en la madre que en el chico. En cada caso tratamos de ver por dónde podíamos entrarle a las historias y transformarlas en algo cantable, que recuperara una poesía nuestra”, comenta.

–¿Qué encontraron en la literatura de Castelnuovo como punto de partida para el grupo y para el disco?

Romina Grosso: –Fue un descubrimiento feliz. Digo “descubrimiento” porque no lo conocíamos, tal vez nos sonaba de nombre, pero no habíamos tenido oportunidad de leerlo. Cuando esta edición de la Biblioteca llegó a mis manos, fue una conmoción: son historias tremendas, y muy actuales.

Daniel Frascoli: –Castelnuovo fue muy exitoso en su momento, el de Boedo fue el primer grupo literario en la Argentina que se propuso una literatura política. Castelnuovo y este grupo tratan de hacer una literatura que capte a la clase obrera, le disputa su público al folletín, lo quiere ganar desde la literatura. A partir de ahí surge como proyecto literario, y se convierten en escritores muy populares. Pero, a diferencia de otros integrantes como Alvaro Yunque, Castelnuovo no fue tan recordado.

Pedro Fernández Mouján: –Esa idea de rescatar un escritor olvidado, que es la misma de la colección donde apareció el libro, fue interesante para nosotros. El desafío fue transformar esas historias, que son de varias décadas atrás, en canciones que suenan hoy, pero con esa marca de origen.

–¿Y cómo encararon esa adaptación?

D. F.: –Larva es un libro tremendo, Castelnuovo buscaba mostrar el asco del capitalismo, el desastre que es esta sociedad, con esos pibes sufrientes, algunos malos, como Mandinga, con una historia tremenda atrás y tremendo él también. Y en ese sentido los suyos son relatos desgarrados, sin contemplaciones. Nosotros los tomamos con otro enfoque, más pasado por el cariño y una cierta cercanía, una dimensión afectiva, digamos, atravesada por la experiencia del peronismo que llegó después en la Argentina.

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