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Viernes, 22 de abril de 2016
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COMIENZA HOY LA XI EDICION DEL FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA

Discurso entramado de voces diversas

Hoy, a las 20.30, en la sala Victoria Ocampo del Predio de la Rural, la presentación reunirá a Angela Melim (Brasil) y Coral Bracho (México) con las voces de Jorge Boccanera, Tamara Kamenszain y Diana Bellessi. El encuentro continuará hasta el domingo.

Por Silvina Friera
Boccanera, Kamenszain y Bellessi participarán de la “antología de voces” que es el festival.
Imagen: Rafael Yohai, Guadalupe Lombardo & Bernardino Avila.

La edición XI del Festival Internacional de Poesía es un verdadero lujo. La apertura, hoy a las 20.30 en la sala Victoria Ocampo del Predio de la Rural, reunirá a Angela Melim (Brasil) y Coral Bracho (México) con las voces de Jorge Boccanera, Tamara Kamenszain y Diana Bellessi. Hay muchos más invitados para escuchar hasta el próximo domingo, como Juan Manuel Roca (Colombia), Rafael Courtoisie (Uruguay), Luis Felipe Sarmento (Portugal), Elvira Hernández (Chile), Luis Glez Tosar (España), Valter Hugo Mae (Portugal), Leyla Leyla Lima (Cuba), Cristóbal Zapata (Ecuador), Vicente Cervera (España), Camila do Valle (Brasil), Yolanda Castaño (España), Horacio Eloy (Chile) y Cesáreo Sánchez (España). El concierto se completa con varios argentinos: Arturo Carrera, Teresa Arijón, Bárbara Belloc, Santiago Sylvester, Leopoldo “Teuco” Castilla, Esteban Peicovich, Alicia Genovese, Cristian Aliaga, Samuel Bossini y Carlos Battilana. Habrá una performance poética de la alemana Lydia Daher con su traductora, la poeta chilena Camila Fadda Gacitúa; y un homenaje a Rubén Darío a cargo de Ingrid Pelicori. El escritor y crítico Jorge Monteleone, nuevo coordinador del festival, cuenta que organizó esta edición con un criterio iberoamericano. “Un festival de poesía es una antología de voces. Yo hago muchas antologías, me gusta cruzar voces y crear un objeto nuevo: la discursividad entramada de voces diversas”, explica Monteleone a Página/12.

“La poesía es ritmo, oralidad; tiene la presencia del cuerpo desplazada a la dimensión rítmica. Por eso hacemos un homenaje a Rubén Darío, el gran revolucionario del ritmo de la poesía escrita en español –plantea Monteleone–. Ahora el ritmo se encarna en los propios poetas. Eso es muy raro, aunque nos parezca natural. Es muy raro escuchar la poesía en la voz de los poetas, en la presencia, en el cuerpo: 32 poetas leyendo sus poemas con los acentos de cada país, con el acento colombiano, ecuatoriano, portugués, cubano, uruguayo. Hay un plus en escuchar la encarnación de esos ritmos que me parece muy interesante. Hay que escuchar cómo lee Diana Bellessi, hay que escuchar a Juan Manuel Roca, un poeta colombiano muy importante, o a Angela Melim en portugués, que a su vez va a ser traducida por Teresa Arijón en vivo. Otro elemento que atraviesa al festival es la traducción: los poetas que leen en otra lengua van a ser traducidos. La poesía escuchada es un ejercicio de audición. Ahí aparece la impronta de la voz y qué relación hay entre la voz, el cuerpo y lo que esa poesía dice”.

–¿Escuchar las voces de los poetas es un poderoso imán para sumar más lectores a la poesía?

–Sí, es fundamental eso, porque la poesía es ritmo y dentro del ritmo está lo oral, la presencia de la voz, un componente ineludible de todo poema. No hay comunidad sin poesía, aunque en esa comunidad no haya escritura. La poesía siempre existe y puede ser exclusivamente oral. Hay un elemento muy arraigado en la poesía que es el ritmo y la oralidad; es un retorno a una zona muy profunda de lo poético: la poesía que se escucha y vibra de cuerpo a cuerpo. Ahí se produce un encantamiento, una especie de apelación que la voz en el poema convoca. No es necesario entender todo el poema porque hay una parte de lo poético que no se entiende intelectualmente. Podemos incluso no entender del todo lo que estamos escuchando y, sin embargo, estar completamente encantados por esa significancia. La significancia es el sentido entendido sensorialmente; eso se produce por el ritmo. Cuando hay una audición, eso se potencia y produce dos efectos: por un lado, redescubrimos al poeta que conocemos y leímos, o nos invita a buscarlo, porque seguramente nos va a convocar de otra manera. Muchos poetas no son conocidos por el lector de poesía por la sencilla razón de que tenemos una mala distribución de la poesía latinoamericana. Ahora, gracias a Internet, tenemos acceso a muchos poemas, pero nos perdemos el libro, que siempre es un trabajo de composición. Por eso digo que la poesía debería ser publicada enteramente por Internet, porque tenemos así un acceso mucho más fácil para algo que es tan difícil de distribuir. Los poetas deberían aprovechar muchísimo más las redes sociales, me parece que ese es el campo en donde la poesía debe progresar también.

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