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Miércoles, 3 de agosto de 2016
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Gonzalo Bergara presentará Zalo’s Blues en Boris Club

Guitarra de blues con un poco de rock

El músico porteño se fue a Los Angeles a principios de siglo y hoy es referencia mundial del jazz gitano. Sin embargo, su noveno álbum se centra en sonidos que van del jump al country blues, con instrumentales que hacen foco en la guitarra y canciones cantadas en inglés.

Por Cristian Vitale
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“Mis primeros solos de guitarra fueron algunos de Pappo”, confiesa Bergara.

Hace diez años que vive en Los Angeles, así que hay que situarlo en un lugar distante. Además, los instrumentos que usó para grabar su noveno disco (Zalo’s Blues) son todos vintage, no pasan de la década del 60. Y pese a que las referencias puntuales van del jump al country blues, pasando por los Vaughan, BB King, Jimi Hendrix y Albert Lee, Gonzalo Bergara, el sujeto de todo esto, es un ídolo mundial del jazz gitano. ¿Por dónde empezar, entonces? Tal vez tirando la pelota afuera de la cancha. O si no, pegarle tan fuerte para que llegue hasta Rusia, donde el guitarrista y compositor se encontraba al momento de hacer esta entrevista. “Acabamos de terminar una pequeña gira de cuatro shows con mi grupo acústico The Gonzalo Bergara Quartet. Vivimos una experiencia hermosa; la calidez del público ruso será siempre inolvidable para nosotros. Fuimos recibidos con muchísimo gusto, respeto y cariño”, transmite él, que paseó sus músicas por Kaliningrado, Vologda y San Petersburgo. Y ahora lo hará en Buenos Aires. En el Boris Club (Gorriti 5568), para más precisión, hoy a las 21.30.

Lo hará para mostrar ante público “propio” las doce piezas trotamundos del flamante disco que, además de los rasgos antedichos, tienen una particularidad: todos los cantados están en inglés. “Lo que pasa es que crecí escuchando toda música en ese idioma: blues, rock, todo en ingles. Y la verdad es que prefiero para esa música la sonoridad de esa lengua. Hicimos un disco que me interesaba presentar en el mundo, no solo en la Argentina, y creemos que el inglés se presta mas. Además, me influyeron mucho las voces de Jeff Buckley, Elmore James y Sam Cooke”, justifica el cantante, compositor y guitarrista. “Es cierto que mis primeros solos de guitarra fueron algunos de Pappo. Siempre le tuve mucho cariño a su música y me parece que, de alguna manera, el nombre viene de sus discos. Por eso, es un disco muy de guitarra de blues con un poco de rock. Está muy centrado en la búsqueda de buenos sonidos de guitarra, y tratando de lograr un sonido muy poderoso entre tres”, insiste Bergara, que nació en la Buenos Aires de 1980. Que armó –a la Pappo´s Blues– el trío Texas Flood hasta que, un año antes de que terminara el siglo, migró a Estados Unidos.

“Me fui a los 19 años para buscar oportunidades musicales que no encontraba en Buenos Aires. Estuve diez años en Los Angeles como ciudad base, pero viajando casi sin parar. Así encontré la oportunidad de tocar también casi sin parar y de conocer músicos muy buenos”, cuenta sobre sus experiencias como violero de la cantante de blues Janiva Magness y el armoniquista Lynwood Slim. También del guitarrista John Jorgenson, hasta que en 2008, ya bien fogueado, armó su cuarteto Gypsy Jazz, que lo puso en un lugar de privilegio dentro del género universalizado por el gran Django Reinhardt. “Me llevo súper bien con ambos géneros, porque entre los dos tengo un amplio lenguaje. Un lenguaje que se torna casi inagotable, porque cuando uno no me inspira, lo hace el otro. Me siento muy afortunado de tocar ambos y haberlos estudiado lo suficiente como para hacer los discos y las giras que hago”, sostiene Bergara, que lleva un prolífico trayecto no solo discográfico: totaliza unos ciento cincuenta shows repartidos por Canadá, Francia, Singapur, Inglaterra, Escocia, Irlanda, Alemania, España, Italia, Croacia, Hungría, Colombia, Panamá, Holanda, Bélgica, Suiza y Suecia, entre otros lares. “Mi mayor pasión es escribir música. Mis discos tienen más de cincuenta piezas originales, y hay diferencias enormes entre una y otra. No hay nada que me haga sentir más completo que esa búsqueda”, autorreferencia el guitarrista, elegido como lo mejor que le ha sucedido al gipsy jazz de los últimos veinte años, según la mirada de los organizadores del festival de Samois, Francia.

–¿Qué es la guitarra eléctrica para su vida?

–En realidad, tengo la vida dividida entre la guitarra eléctrica y la acústica. Creo que lo mejor es que cuando me agoto de una sonoridad siempre tengo la otra, y esto me mantiene siempre muy entretenido e inspirado.

–La pregunta es por la centralidad que le da a la eléctrica en todo Zalo’s Blues. La misma importancia, se intuye, que los equipos vintage que usó para grabarlo.

–La verdad es que hay muchos mitos entre instrumentos viejos y nuevos: que si son mejores, que si vale la pena pagar lo que valen, etcétera. Nosotros encontramos que con amplificadores e instrumentos viejos logramos ese sonido que buscamos todas nuestras vidas, y eso está bárbaro. Alcanza y sobra.

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