Pasaron colas que fueron noticia, entradas agotadas en tiempo record, reventas infladas en Internet. El reciente 鈥渇en贸meno Sabina鈥 se materializ贸 el s谩bado pasado, en el primero de los conciertos del andaluz en Buenos Aires, en un recital at铆pico: un hombre que propon铆a 鈥渉acer de cuenta que estamos en un bar, con una copita鈥, provisto de un pu帽ado de canciones que giran en torno de todas las formas de amor, frente a una multitud enfervorizada que no par贸 de saltar y cantar cada uno de sus temas, de principio a fin, en un estadio repleto. Vista desde las plateas, la masa que se mov铆a primero en medio del agobio del calor, y despu茅s desafiando las primeras lluvias de la tormenta, respond铆a m谩s bien a los c贸digos del aguante de un recital de rock chab贸n, aunque con menos banderas y sin bengalas. La tormenta lleg贸, implacable, y cort贸 toda posibilidad de aguante extra: Sabina tuvo que cortar el recital cuando faltaba una media hora de repertorio. En la hora cincuenta que dur贸 el concierto, hubo tiempo para una selecci贸n de cl谩sicos, primero en versi贸n rock acelerada y, m谩s calmos, en una segunda parte. Y para que las 35 mil personas que llenaron la Bombonera le demostraran al cantante que, a esta altura, lo siguen como a una estrella de rock.
Muchas de las escenas art铆sticas de la Bombonera se repitieron de los shows de principios de a帽o en el teatro Gran Rex, aunque esta vez, claro, el marco de la Bombonera repleta lo cambi贸 todo. All铆 estaba, nuevamente, la troupe de Sabina en ese escenario de puerto, con un gran barco de fondo que anunciaba con su sirena una partida importante. Valijas en mano, los primeros en llegar al escenario fueron los integrantes de la banda (Pancho Varona, Antonio Garc铆a de Diego y Pedro Barcel贸, m谩s las recientes incorporaciones: Helen de Quiroga, Jaime As煤a y Francisco Beneyto). Con un fondo valseado de 鈥淵 nos dieron las diez鈥, apareci贸 finalmente el pasajero esperado, luciendo su cl谩sico bomb铆n, bast贸n en mano, despertando el griter铆o general. Otra vez, cuando la letra de 鈥淎hora que鈥 (este tema lento, que ahora est谩 siendo saltado como el m谩s furioso ska) dice: 鈥淎hora que estoy m谩s vivo de lo que estoy鈥, desata la ovaci贸n. S铆: el efecto Sabina encierra, en parte, la celebraci贸n por ver vivo a aquel que podr铆a no estarlo.
鈥淏uenas noches, Bombonera, buenas noches, Buenos Aires, buenas noches, Argentina鈥, salud贸 el andaluz. Lo que sigui贸 no tuvo que ver con la presentaci贸n de un disco 鈥搒贸lo se incluyeron dos temas de su 煤ltimo CD, Alivio de luto鈥. Secundado por su banda de siempre, s贸lida y a su servicio, el repertorio propuesto fue el de una antolog铆a que reuni贸 cl谩sicos como 鈥淢entiras piadosas鈥, 鈥淨ui茅n me ha robado el mes de abril鈥, 鈥淐on la frente marchita鈥, 鈥淐onductores suicidas鈥 y una referencia concreta a la Bombonera, 鈥淒ieguitos y mafaldas鈥. Todo muy acelerado, como empujado por la exaltaci贸n de la gente. Al mismo Sabina debe haberle parecido mucho tanta excitaci贸n contenida y largada as铆, toda junta, enfrente de s铆. En dos oportunidades pidi贸 calma: 鈥淓sto intenta ser una fiesta, as铆 que tratemos de cuidarnos todos un poquito, evitemos accidentes鈥, dijo. Entre tema y tema recit贸 unas cuartetas que aludieron, claro, a La Boca y a Maradona, pero tambi茅n a su amigo Castello, Pappo, Fangio, Discepol铆n, Borges, los 30 mil desaparecidos, 鈥渆l fantasma de la ESMA鈥, 鈥渆l duelo por Croma帽贸n鈥.
Tras la presentaci贸n de la cantante Helen de Quiroga 鈥揺n medio de la gira reemplaz贸 a Olga Rom谩n, 鈥渜ue qued贸 muy pre帽ada鈥, seg煤n explic贸 Sabina鈥 se propuso bajar el acelere rockero y all铆 fue donde Sabina encontr贸 su mejor forma. Hubo tiempo para 鈥淐alle melancol铆a鈥, 鈥淧谩jaros de Portugal鈥, del 煤ltimo disco, 鈥淯na canci贸n para la Magdalena鈥, y no mucho m谩s. El viento ya hab铆a volado la pantalla (donde se iban proyectando diferentes im谩genes y videos), que fue recauchutada como se pudo. Pero para cuando lleg贸 鈥淩uido鈥 el viento empez贸 a llegar con remolinos y las gotas de lluvia a golpear con fuerza. Lejos de amilanarse, el p煤blico se excit贸 m谩s: 鈥淓ste es el aguante鈥, dec铆an a su modo. 鈥淢e quedar铆a empap谩ndome hasta la muerte, pero me cuentan que hay serios peligros con las guitarras enchufadas. Nos vamos un ratito, a ver qu茅 pasa鈥, alcanz贸 a decir Sabina, a las doce menos diez de la noche. No pas贸 nada m谩s, en lo que a m煤sica respecta. Adem谩s de cortar el show, la tormenta inund贸 las salidas de la cancha y el barrio de La Boca, y por un par de horas fue toda una proeza encontrar un colectivo o un taxi dispuestos a trasladar pasajeros por la zona.
Al cierre de esta edici贸n, la Bombonera volv铆a a lucir repleta, como en el mejor de los cl谩sicos futboleros. El de anoche fue el 煤ltimo de los recitales de Sabina en la Argentina. De all铆, el andaluz partir谩 a Santiago de Chile, punto final de una recargada gira de 130 conciertos. Sabina ya avis贸 a los chilenos que se preparen: 鈥淰amos a quemar Santiago, Charly Garc铆a va a parecer una monja al lado nuestro鈥. Hacia all铆 parte la gira Carretera y top manta, un nombre que alude en broma a la venta de cd ilegales. Hasta la pr贸xima partida del buque de este pirata, que deja Buenos Aires transformado en una estrella de rock a la que se le rinde aguante.
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