La historia se encarnizó de manera notable con él... y hay que decir que él no hizo mucho por mejorar su imagen pública. Para los miles y miles de personas que vieron What’s love got to do with it, el film de 1993 en el que Angela Bassett representó majestuosamente a Tina Turner, Ike Turner fue un monstruo repugnante e indomable, cocainómano perdido, golpeador compulsivo y mediocre acompañante de su más talentosa mujer. Quizá su muerte, ayer en California a los 76 años, ayude a embellecer un poco semejante retrato. Según informó su compañÃa de representación Thrill Entertainment Group, el cuerpo de Ike fue hallado sin vida en su residencia de San Marcos y todo indicarÃa que murió durante el sueño. Seguramente, en el balance terminarán pesando mucho los costados más oscuros y discutibles de su personalidad, pero a pesar de todo no puede negarse la influencia del guitarrista y compositor en la historia temprana del rock and roll norteamericano.
Nacido como Izear Luster Turner Jr. el 5 de noviembre de 1931 en Clarksdale (Mississippi), Ike Turner tuvo un contacto temprano con la clase de violencia que terminarÃa ejerciendo contra Tina, cuando presenció cómo una turba de blancos racistas asesinaba a golpes a su padre. Ante semejante experiencia infantil, su refugio fue la música: siendo aún pequeño aprendió a tocar el piano y, ya adolescente, condujo un programa de radio en una emisora local. Un hobby que lo pondrÃa en contacto con las raÃces profundas de los sonidos afroamericanos, y que llevarÃa naturalmente a la fundación, a fines de los años ‘40, de los Kings of Rhythm. Quizá el grupo nunca hubiera salido del circuito de la música negra en el sur estadounidense, pero en 1951 la banda de Ike registró en los estudios Sun “Rocket 88â€, firmado por el saxofonista Jackie Brenston (lo cual desatarÃa más de una disputa por la autorÃa), y considerada por algunos biógrafos como la primera grabación de rock and roll hecho y derecho.
Envalentonado por el éxito de “Rocket 88â€, Brenston decidió abrirse de la banda de Ike... y se hundió en el olvido. De a poco, los Kings of Rhythm se hicieron un nombre oficiando de sesionistas de leyendas como Howlin’ Wolf, Otis Rush, Elmore James, Sonny Boy Williamson y Buddy Guy. Promediando los ’50, Ike tomó dos decisiones fundamentales: cambió el piano por la guitarra y contrató como cantante a una adolescente llamada Anna Mae Bullock, que pronto se convertirÃa en el centro de atención e inmejorable intérprete de canciones como “A Fool in Loveâ€, “I Idolize Youâ€, “It’s Gonna Work Out Fineâ€, “Poor Fool†y “Tra La La La Laâ€, que se metieron en el Top Ten de los charts de rhythm and blues y convirtieron a Ike & Tina Turner en una atracción nacional.
Gracias a aquel film de Brian Gibson, los pormenores de ese suceso, y del abusivo comportamiento de Ike, quedaron brutalmente expuestos. Tras el divorcio, en 1978 y tras una cadena de éxitos que incluyeron una gira con The Rolling Stones, el guitarrista fue y vino de la escena musical, intentando sin mayor éxito reflotarse a sà mismo y sufriendo innumerables problemas con la ley, generalmente relacionados con un consumo de cocaÃna que aspiró toda la fortuna acumulada: de hecho, no pudo asistir a su inducción en el Rock and Roll Hall of Fame en 2001 por estar en prisión. Lo más parecido a una revancha fue este mismo año, cuando ganó un Grammy en la categorÃa de “Mejor álbum de bluesâ€, por Risin’ With the Blues.
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