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Viernes, 8 de febrero de 2008
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UNA NOTABLE PRESENTACION DE ADRIAN IAIES EN NOTORIOUS

Sobre préstamos y contrabandos

Por Diego Fischerman
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Tras una presentación en cuarteto, Iaies y Zysman actuarán hoy y mañana como dúo.

El bandoneón es el mensaje, hubiera dicho McLuhan de haberse interesado en la música. Posiblemente no exista ningún otro instrumento con una capacidad connotativa tan alta. Si la gaita está emparentada con los folklores gallegos, irlandeses y escoceses, si la guitarra eléctrica remite casi indefectiblemente al rock y algunos bronces como la trompeta o el saxo encontraron en el jazz un universo donde crecer y desarrollarse, el caso de ese fuelle con una botonera a cada lado y con un asombroso sonido stereo (no suena lo mismo de un lado y del otro) es aún más contundente. Fracasado como órgano portátil en Alemania y desconocido en casi todo el resto del mundo –por lo menos hasta hace un tiempo–, fijó en el tango y en el Río de la Plata un territorio virtualmente excluyente. Es difícil no imaginar un bandoneón en cualquier tango (aun en uno sin bandoneón) y es difícil no escuchar un tango cuando toca un bandoneón (aunque toque cualquier otra cosa).

Adrián Iaies explora, desde los comienzos de su carrera, las posibilidades de conectar mundos estéticos con repertorios –y reglas– distintos. Nunca dejó de ser un pianista de jazz y, en ocasiones, como en su portentoso álbum triple Unodostres, publicado el año pasado, lo es casi en extremo. Y nunca dejó de tocar tangos aunque, por supuesto, no los toca como si fuera un músico de tango. En realidad, la discusión que Iaies plantea con su música tiene que ver con hasta qué punto los materiales definen una música. En todo caso, con materiales provenientes de un lado y procedimientos llegados de otro, lo verdaderamente interesante es que lo que Iaies propone es una música nueva, que comenta diversas tradiciones pero que no se corresponde miméticamente con ninguna de ellas. En ese sentido, la posibilidad de tocar con un bandoneonista era, para él, lógica y hasta inevitable. El suizo Michael Zysman, hijo del notable violinista argentino Daniel Zysman, es el tercero de los instrumentistas con los que juega a desdibujar los límites existentes y a edificar nuevas categorías. Y su estilo es excepcionalmente propicio. Porque Zysman no toca como un músico de tango, ni siquiera cuando toca un tango (por ejemplo en su magnífica introducción para “Mariposita”, de Anselmo Aieta). Puede presentar un tema con toda la ortodoxia que fija el canon pero, llegado el momento del desarrollo, improvisa con una libertad y con un sentido melódico y armónico –y en particular un uso del cromatismo– que lo alejan de las leyes más rígidas del género.

El trabajo de préstamos, contrabandos y mudanzas de elementos entre un género y otro aparece explicitada en la versión de “‘Round Midnight”, que Iaies y Zysman tocaron a dúo, como bis, y que reconstruye el tema de Monk –que a su vez reconstruye a Debussy– con acentuaciones piazzollianas que, después, también se diluyen en ese mundo estético que, afortunadamente, sólo puede ser designado como mundo Iaies. Otro juego de esa naturaleza es el que plantea “Astor Changes”, aunque esta vez en sentido contrario: es Monk el que insemina –y transforma– los rasgos piazzollianos. El contrabajista Pablo Aslán, un músico argentino radicado en Nueva York y frecuentemente requerido tanto por grupos de jazz como de tango o sus variantes, fue, en este caso, un partícipe privilegiado. Con un sonido pleno y un sentido melódico impecable, brilló en su interacción con el resto del grupo. Taveira, capaz de ir de la más extrema de las sutilezas a la más poderosa de las furias, es, asimismo, una parte esencial en un sonido que, en piezas como la bellísima “Emilia” o en “Valsecito para una rubia tremenda”, que cerró con gloria el concierto, llega a un nivel de homogeneidad sorprendente. Una de las cualidades de los grupos de Iaies, verificable en este cuarteto atípico, es la riqueza de texturas y la variedad de densidades que se establecen. No sólo el cuarteto se rediseña en tríos, dúos y solos, sino que los instrumentistas alternan sus roles con creatividad. Incidentalmente, hay otra virtud infrecuente: el sentido de urgencia, las ganas de transmitir algo, el entusiasmo por tocar. Es decir: la convicción.

9-ADRIAN IAIES

Músicos: Adrián Iaies (piano), Michael Zysman (bandoneón), Pablo Aslán (contrabajo) y Pepi Taveira (batería).

Lugar: Notorious, Callao 960.

Nuevas funciones: Hoy y mañana actuarán Iaies y Zysman en dúo.

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