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Viernes, 28 de marzo de 2008
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DETALLES Y ENTRETELONES DE LA FIESTA DE LA INDUSTRIA MUSICAL

En busca de la legitimación

La entrega de premios pareció estar menos guiada que otros años por los intereses del show business. Curiosidades y sorpresas.

Por Karina Micheletto
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Cerati y Santaolalla, dos de las figuras presentes.

La décima edición de los premios Gardel, el galardón que organiza la industria local del disco, tuvo sus grandes ganadores y sus múltiples perdedores. El ganador mayor fue Andrés Calamaro que, además de obtener su segundo Gardel de Oro como mejor disco del año, se llevó los premios al Mejor Artista de Rock, Mejor Canción, Mejor Diseño de Portada y Mejor Video. Gustavo Santaolalla y los púberes de Patito Feo fueron otros de los que subieron más de una vez a recibir galardones. Seguida desde el teatro, la ceremonia no pudo sortear la lentitud de la entrega de todos los años. La televisión, claro, logró editar los momentos más soporíferos y hasta mostrar un teatro que parecía lleno por completo, y no a medio llenar.

Ya desde las 7 de la tarde, en la entrada del Gran Rex el tránsito marchaba lento por la acumulación de fans que se agolpaban para largarle un gritito a su ídolo. Los más gritados de la noche: Coti Sorokin y Sergio Denis. Los más vistosos: el cantante de Massacre, Wallas, luciendo unas calzas animal print en rojo que marcaban bien todo lo fofo. Y el bailantero Pablo Lescano, haciendo su ingreso en cueros, a bordo de una 4x4 con un gran tigre dibujado en el capot. Ya adentro del teatro, desde el ahora cantante Osvaldo Laport hasta Charly Alberti, desde la ex Bandana Lourdes hasta Leo Maslíah, dieron el presente en la fiesta de la música. Y todos sus representantes, y todos los representantes de la industria discográfica, en esta gran oportunidad para hacer sociales.

Esta vez, la tendencia general de los ganadores de las ternas (fueron 41 categorías en total) pareció inclinarse más a la corrección política que otros años. Ya no se vieron correspondencias tan lineales entre los más vendedores y los más ganadores en todos los rubros. En el folklore, por ejemplo, sorprendió que el excelente trío que conforman Juan Falú, Rodolfo Sánchez y Willy González se llevara dos estatuillas, ganándoles a grupos multipromocionados desde la industria como Los Nocheros. Claro que las situaciones de ternas extrañas, integrada por gente que no sabe dónde acomodar en una materia siempre móvil, que se sigue resistiendo a los casilleros, como la música, tuvo las ternas graciosas de todos los años: un solo ejemplo, la de “Mejor Album Artista Testimonial” integrada por ¡Facundo Cabral, Iván Noble y Jaime Roos! Ganó, finalmente, el uruguayo.

Varios de los premiados no asistieron a recibir sus premios, y algunos llamaron la atención por diversos motivos. Los Piojos, por ejemplo, que ganaron como Mejor Album Artista de Rock, en un simpático recurso mandaron al escenario a sus madres, cinco señoras de lo menos piojosas, que dedicaron el premio “a todos los piojosos”. Cacho Castaña no pudo ir a recibir su distinción como Mejor Album Artista Romántico/Melódico, y el señor que mandó en su lugar explicó que Cacho estaba “muy, muy enfermo”, sin aclarar nada más. La santafesina Dalila, ganadora como Mejor Album Artista Femenina Tropical, tampoco pudo llegar, “por los piquetes”, según explicó el representante de la discográfica que subió en su lugar. Y muchos se preguntaron si la compañía no llegó a una vaquita para bancar el pasaje de avión, al menos como reconocimiento a la chica que les daba esta alegría. Queda claro que son tiempos duros para la industria.

Otros premios importantes: el Gardel a la Trayectoria, entregado a Les Luthiers, generó el único aplauso de pie de la noche. Soda Stereo fue nombrado “Personalidad del año” y en unos días tendrá su fiesta aparte en honor a la mención. Y hubo un doble Gardel Solidario: para Tango por los chicos, un disco a beneficio de La Casa de la Cultura de la Calle, dirigida por Gastón Pauls, y Tierra firme, el proyecto que surgió de talleres musicales en barrios carenciados y que fue distribuido en forma gratuita por Página/12 (ver aparte). Las menciones especiales al CD y DVD más vendido y al truetone nacional más descargado (no olvidar que la fiesta estaba auspiciada por una empresa de telefonía celular) hablan de un estado de cosas: se las llevó todas Patito Feo. Al agradecer su premio, Andrés Calamaro marcó posición al hablar de la desaparición del disco: “No queremos vivir de las propinas de las multinacionales de celulares ni de las cerveceras brasileñas. Esto ya no va a cambiar, pero tampoco nadie sale a protestar con el teflón a favor de la cultura”.

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