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La irreverencia de un escritor periférico –un irlandés en Estados Unidos, para más precisión– reside en la posibilidad de mostrar que puede elegir entre todas las tradiciones disponibles, sin sentir a ninguna como una sombra sobre las espaldas. “Una de las críticas que a veces recibo por parte de los lectores estadounidenses es que mis libros son parte de una sensibilidad liberal. Y tengo que decir: “sí, lo son”. Porque eso es lo que soy: un social liberal. Ellos se oponen a lo que ven como un mensaje político y social en mis libros. Para ser justo, hay veces que me paso de la raya. Si la gente te encuentra sermoneando, entonces cometiste un error –admite John Connolly–. Pero Victor Hugo una vez dijo: ‘La gente sin pan siempre tienen la razón. Los pobres siempre tienen la razón’. La novela de detective, por estar siempre del lado del vulnerable, es o debería, por su naturaleza, tener una concepción y sensibilidad liberal. Quién querría leer una novela en la que un detective actuara a favor de los ricos para aplastar a los pobres, y eso fuera un final feliz. Nadie querría leer ese libro. No sería una novela de detective”.
Esta reflexión del creador de Charlie Parker forma parte de Rastros. Entrevistas de género negro, el primer libro que publica Evaristo Editorial conjuntamente con la Biblioteca Nacional. En el prólogo, Damián Vives define al volumen como “una reunión de enfoques, de experiencias y de estilos”, que incluye 45 entrevistas a Paco Ignacio Taibo II (México), Elmer Mendoza (México), F.G.Haghenbeck (México), Mai Jia (China), Alexis Ravelo (España), Carlos Zanón (España), Víctor del Árbol (España), Andreu Martin (España), Empar Fernández (España), Dani El Rojo (España), Jorge Franco (Colombia), Gustavo Forero Quintero (Colombia), Juan Gabriel Vásquez (Colombia), Sissel-Jo Gazan (Dinamarca) y varios argentinos como Elvio Gandolfo, Ernesto Mallo, Carlos Salem, Leonardo Oyola, Kike Ferrari, Sergio Olguín, Alejandro Soifer, Guillermo Orsi, Alfredo Abarca, José María Gatti y Marcos Herrera, entre otros.
Vives, director de la revista virtual de arte y literatura Evaristo Cultural, cuenta a Página/12 que Rastros surgió a partir de la necesidad de abordar la importancia de los géneros populares. “El género negro es un vehículo efectivo para transmitir ciertas ansiedades sociales. Como reposa en la idea de crimen, está íntimamente relacionado con la idea de Estado, en el sentido que la construcción legal de lo que entendemos por justicia es una construcción social. Detrás de eso está la idea de derecho y todo andamiaje legal del derecho está vinculado con una postura filosófica. Que en los últimos años el género negro haya hecho metástasis y que todos los países estén centrando su atención en él tiene que ver con un cúmulo de ansiedades que nos están hablando de algo. Se empieza a percibir el fracaso de un sistema. Lo interesante es que no hay otra idea con qué sustituirlo. Ahí se genera un quiebre y una reflexión que para mí es interesante abordar de diferentes maneras. Desde Evaristo Cultural queremos mostrar que la literatura y las artes son políticas, son parte del pensamiento, más allá de que sean divertidas o no”. El proyecto autogestivo Evaristo Cultural devino también editorial sin dejar el formato de revista virtual. En septiembre se publicarán dos novelas: Chéjov en la nieve, de Ricardo Rojas Ayrala, una ficción sobre la noche del estreno de Las gaviotas; y En la boca del infierno, de Osvaldo Gallone, sobre el encuentro que tuvieron Aleister Crowley y Fernando Pessoa. En el catálogo que van armando paso a paso habrá además un libro de cuentos de Leonardo Oyola.
“Desde la noción de delito, el género negro contemporáneo interpela la ética del statu quo –plantea Vives en el prólogo del libro–. La sociedad es un organismo vivo en permanente evolución, entonces, ¿el derecho se arrastra o se empuja? ¿Es una carga modeladora o debe formularse para representar esa realidad mutable? ¿Qué sucede con los excluidos? ¿Es lícito pretender que acaten las reglas del juego cuando no han recibido cartas ni están sentados a la mesa? ¿Cuál es el germen de la inseguridad? ¿Existe la inseguridad jurídica? ¿Económica? ¿Cuál es la que más nos conmueve como lectores y por qué?”. Cada quien podrá bosquejar sus propias respuestas, como lo hacen Dolores Redondo, Mercedes Giuffré, Javier Sinay, Emilio Di Tata Roitberg, Javier Chiabrando, Miguel Prenz y Pablo Yoiris, entre otros. A Alexis Ravelo (Las Palmas de Gran Canaria, 1971) le interesan más los perdedores que los triunfadores. “Entiendo el género como una larga reflexión sobre la violencia a través de la ficción. Me interesa saber cuáles son los motivos, cuál es la forma en que los seres humanos ejercen la violencia: si es por gusto, porque hay algo oscuro en nosotros que nos hace entender a libertad así, o si, por el contrario, hay una serie de circunstancia que nos impelen a ejercerla”, revela el autor de Los tipos duros no leen poesía y La estrategia del pequinés, entre otras novelas. “Lo que me interesa es descorrer el telón de las convenciones sociales (que son siempre las de la clase media conservadora, la hipocresía religiosa, los diversos dispositivos del poder que construyen la moral hegemónica) y mostrar que hay un mundo que no se quiere ver”, explica Marcos Herrera. “Me parece que todos vamos y venimos entre la ‘normalidad’ y la ‘locura’. Por supuesto que me parece más interesante la locura. Ahora, si uno se queda viviendo en ‘la casa de los locos’, termina muerto. Me parece que cuando escribo soy como esos tipos que navegan en el botecito que cruza el Riachuelo hasta la Isla Maciel. La poesía, para mí, está ahí, en la orilla de enfrente de la civilización”.
* Rastros se presenta hoy a las 19 en la sala Juan L.Ortiz de la Biblioteca Nacional (Agüero 2502). Participan Claudia Piñeiro, Kike Ferrari y Ricardo Gil Lavedra.
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