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Viernes, 9 de mayo de 2008
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EL DIRECTOR ANDREAS VEIEL PRESENTA TRES FILMS EN EL DERHUMALC

Radiografías de la sociedad alemana

Un análisis de la violencia neonazi, una investigación sobre los vínculos entre un banquero y el Ejército Rojo y un retrato de cuatro jóvenes actores integran el foco dedicado a este realizador alemán.

Por Oscar Ranzani
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“La pregunta siempre es: ¿cuál es el núcleo político?”, dice Veil.

En la madrugada del 13 de julio de 2002 los hermanos alemanes Marco y Marcel Schönfeld y su amigo Sebastián Fink decidieron maltratar a Marinus Schöberl, un adolescente de tan sólo 16 años. Los jóvenes neonazis fueron mucho más lejos y lo mataron de una patada en la nuca. El cuerpo de la víctima fue hallado cuatro meses más tarde en un pozo. Los tres victimarios fueron condenados. Todos, incluso la víctima, eran originarios de Potzlow, un pueblo ubicado a 60 kilómetros de Berlín. Sobre este hecho que conmocionó a la opinión pública germana, el dramaturgo y director de cine Andres Veiel concibió una obra de teatro que después él mismo adaptó al cine: el resultado es Der Kick (La patada), una ficción narrada con sólo dos actores (un hombre y una mujer) que intercambian roles en una puesta en escena modesta pero impactante por su contenido, que transmite violencia sin necesidad de efectos especiales y que reproduce las declaraciones durante los interrogatorios en el juicio. Der Kick podrá verse en la retrospectiva de Veiel programada por el Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos DerHumALC junto a otras dos películas suyas: Black Box BRD y Pasión por actuar.

Der Kick es una ficción con rasgos documentales, “un producto híbrido”, lo define Veiel en la entrevista con Página/12. El director –que, invitado por el Goethe Institut, estará presente en las proyecciones de sus películas– señala que no haber podido realizar un documental clásico no fue por su propia elección, sino porque ninguno de los involucrados, tanto familiares y amigos de la víctima como los victimarios y amigos de éstos no estaban dispuestos a hablar frente a cámara. “Hay diferentes motivos, pero el resultado es que se negaban. Es decir, si yo no podía transitar ese camino quedaba claro que tenía que buscar una alternativa.” Fue entonces que decidió montar una obra de teatro y, entonces, en ese caso aceptaron que se utilizaran sus testimonios. “De esta manera, juntamos 1500 hojas de entrevistas. A partir de esto, creamos la obra de teatro y, luego de la obra, quise hacer una película”, cuenta.

Enemigos con similitudes

Black Box BRD indaga en dos muertes: una es la del presidente del Deutsche Bank Alfred Herrhausen, quien falleció en 1989 como consecuencia de la explosión de una bomba durante un atentado cometido por la RAF, la Fracción del Ejército Rojo, a la que Veiel reconoce no sólo como un grupo terrorista, sino también como una organización que propiciaba un cambio político y social. “Si uno observa en profundidad, hay una motivación política que muchas veces se le negó. Se lo describe como un grupo de criminales autorreferenciales. La pregunta siempre es: ¿cuál es el núcleo político? Y este núcleo está como en una fruta cubierto por una capa de paranoia.” El otro hecho sucedió el 27 de junio de 1993. Wolfgang Grams, presunto integrante de la RAF, y un agente murieron en un tiroteo, pero las investigaciones posteriores nunca aclararon las circunstancias de su muerte. El documental menciona que en una carta del 2 de diciembre de 1989 la RAF reivindicó el atentado contra Alfred Herrhausen, pero que no existen pruebas de la implicancia de Wolfgang Grams en el atentado.

Para armar este documental, Veiel hizo un casting con 200 personas que tuvieron alguna vinculación con los dos personajes a retratar. De esos 200, filmó a 45 y, finalmente, 28 aparecen en pantalla. El director reconoce que ambas biografías son parte de la historia alemana y que, por otro lado, se enfrentan enemigos imposibles de reconciliar, aunque ambos retratados también tienen puntos en común, según señala Veiel. “Lo que me sorprendió es la cohesión que hay, por un lado, de los sistemas de un banco y, por otro, de un grupo terrorista como la RAF. Ambos son sociedades elitistas. No cualquiera puede entrar, hay que tener características especiales.” Veiel dice que tanto Herrhausen como Grams “eligieron un camino muy extremista y, a través de él, se vuelven cada vez más solitarios, pierden a sus compañeros en el camino, amigos que dicen ‘ya no te puedo seguir’, ‘ya no entiendo’. Ambos mueren en extrema soledad”.

Estas dos muertes tuvieron un fuerte impacto en la opinión pública: “Es algo que a la sociedad alemana la conmovió y la ocupó bastante. Ambas muertes en términos jurídicos nunca fueron del todo aclaradas. Hasta el día de hoy no se sabe con exactitud quién fue el responsable de la muerte de Alfred Herrhausen”, señala Veiel y luego reconoce que “esto también es una gran caja negra y sabemos que en estas cajas oscuras crecen y se alimentan las teorías de conspiración: ¿existía realmente esa RAF? ¿Es un producto de los servicios? ¿Qué sabían los servicios? ¿Solamente usaron a la RAF para eliminar personas no deseadas? Pero la muerte de Wolfgang Grams tampoco nunca se aclaró. Para unos fue suicidio y para otros fue un asesinato de las tropas. Y ambas teorías se enfrentan, no hay testigos que tengan una memoria precisa”, concluye Veiel dejando más dudas que certezas.

El arte y la vida

El tercer film de Veiel que ofrecerá el DerHumALC es Die Spielwütigen (Pasión por actuar), en el que durante siete años siguió por todos los rincones a cuatro jóvenes cuya vocación les marcó el camino de iniciarse en el estudio de teatro. Este film de 2003 obtuvo el Premio del Público en el Festival de Berlín. “Tenía el gran deseo de no continuar ocupándome de temas como el Holocausto, el suicidio o el terrorismo como en mis películas anteriores. Quería encontrarme con gente joven, linda, que tenía la vida por delante”, relata Veiel, entre risas, mientras sugiere que, al mismo tiempo, tenía la sensación “de que a través de esto podía reflexionar sobre mi propio desarrollo profesional, mis influencias, mi trabajo con Kieslowski. Me interesó la pregunta del poder y de la impotencia en la relación entre docente-alumno. Especialmente en la profesión del actor, el docente tiene un poder casi ilimitado. El observa desde afuera y necesariamente siempre tiene la razón. El actor no se ve a sí mismo. Si se ve, siempre se equivoca. La crítica siempre es fundamental. El noventa por ciento de esta profesión consiste en la crítica: caminas mal, respiras mal, miras de manera equivocada, sientes mal. Toda la persona está a disposición. Es decir, el docente puede construir a una persona o la puede destruir”, analiza.

* Der Kick se exhibirá hoy a las 20 en el Teatro 25 de Mayo (Av. Triunvirato 4436). Black Box BRD podrá verse el domingo a las 20 en el C. C. Recoleta (Junín 1930) y el lunes a las 16 en el Gaumont (Rivadavia 1635). Die Spielwütigen se proyectará el miércoles 14 a las 18 en el Recoleta.

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