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Jueves, 3 de julio de 2008
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Election, del realizador hongkonés Johnny To

Nuevos tiempos en la mafia

El director es conocido por llevar a cabo una curiosa cruza de estilos que pueden convivir alegremente en el mismo film. Pero esta vez se decantó por una historia de gangsters que se desarrolla al estilo clásico, con diez minutos finales para el recuerdo.

Por Luciano Monteagudo
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Election tiene una segunda parte que se estrenará aquí en un par de semanas.

Después de casi una década circulando por las secciones paralelas del circuito de festivales internacionales (incluido el Bafici, que muy tempranamente, siete años atrás, le dedicó uno de sus primeros focos), el director hongkonés Johnny To llegó a la competencia oficial de Cannes –el Mount Everest del cine– con Election (2005), una película que no hizo sino desconcertar a sus seguidores más fieles, aquellos que lo venían siguiendo a lo largo de casi medio centenar de títulos de acción en copias piratas sacadas de videoclubes del barrio chino.

Acostumbrado a mezclar el policial puro y duro con la comedia lunática y el melodrama romántico –alternando los distintos géneros o directamente mezclándolos en una sola película–, en Election Johnny To decidió apartarse deliberadamente de ese mix tan común en Asia como difícil de imponer en Occidente y se prueba en un estilo mucho más reposado y realista, con el que demuestra que también es capaz de narrar como un consumado cineasta clásico.

Más allá de lo que pueda hacer pensar la primera media hora de película, en la que To va entrelazando media docena de historias paralelas girando alrededor de un único eje, el núcleo temático de Election es tan simple como su título. En una de las legendarias Tríadas que agrupan a la mafia china ha llegado el momento de la elección de nuevas autoridades y la lucha es casi tan reñida como lo fue la de Hillary Clinton y Barack Obama. Se ocupa de aclararlo en la película algún policía que parece bien informado en la materia: las Tríadas tienen una historia democrática mucho más firme y enraizada que la mayoría de los países de la región, porque desde hace casi un siglo tienen elecciones cada dos años para renovar los cargos dirigentes y, en determinados círculos, se vota incluso a mano alzada, como en una asamblea gremial.

Claro que, según plantea el film de Johnny To, la mafia china ya no es lo que era. Ahora, como en todos los campos, la codicia económica y la ambición de poder han ido desplazando a los viejos códigos que solían respetar los venerables Tíos, unos gordos casi tan ominosos como los de la CGT. Estos veteranos todavía sacan a pasear al perrito a la calle, tienen a sus esposas jugando al mahjong en la habitación de al lado y a sus pies juegan y gritan sus nietos. Pero mientras sorben un humeante tazón de noodles todavía se empeñan en decidir el futuro de los negocios turbios de la ciudad.

Lo que no les resulta nada fácil, porque los dos candidatos en pugna despiertan una guerra sin cuartel: por un lado, está el sereno Lok (Simon Yam), un padre de familia ejemplar, que cena en casa con su hijo por más que lo persiga la policía; por otro, se hace notar Big D. (Tony Leung Ka Fai), que muestra desde un comienzo su costado psicopático y sus modales de nuevo rico, sobornando Tíos y sobrinos para ganar la elección. Cuando Lok se asegura por escaso margen la mayoría de las voluntades, con su promesa de respeto y reparto equitativo del dinero sucio, Big D. no sólo se cobra venganza en varios de los venerables: también se lanza a la búsqueda desesperada de la Cabeza del Dragón, un bastón de ébano tallado que desde la oscura noche de los tiempos tiene para la Tríada un valor simbólico de mando.

Casi como un desafío, Johnny To hizo de Election un film de gangsters donde deliberadamente casi no se ve ni se dispara una sola arma de fuego. Esto no implica que el film esté exento de violencia. El impulsivo Big D. apela a su imaginación para cobrarse sus deudas y habrá más de una escena en la que quizá será necesario cerrar los ojos. Pero conviene tenerlos bien abiertos en los diez minutos finales, un tour de force de esos que han convertido a Johnny To en el Brian De Palma asiático, un director de un virtuosismo formal casi sin parangones.

Para quienes se queden con ganas de más, a esta Election le sigue Election 2, que se estrenará un par de semanas después y cuyo nivel de calidad es equivalente o más alto aún que el de la primera parte. El lanzamiento local de ambas, sin embargo, debe recordarse que es en soporte DVD, lo cual muy probablemente disminuya el impacto visual de los films, rodados en pantalla ancha y con una sofisticada fotografía, plena de contrastes y significativos claroscuros.

8-ELECTION

(Hak se wui, Hong Kong/2005).

Dirección: Johnny To.

Guión: Yau Nai-hoi y Yip Tin-shing.

Fotografía: Cheng Siu-keung.

Música: Lo Tayu.

Intérpretes: Simon Yam, Tony Leung Ka Fai, Louis Koo, Nick Cheung, Lam Ka Tung.

Estreno en soporte DVD únicamente en los cines Arteplex Centro y Arteplex Belgrano.

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