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Viernes, 31 de octubre de 2008
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ECLECTICISMO EN LA PROGRAMACION DEL FESTIVAL DE MAR DEL PLATA

Clásicos y modernos junto al mar

El perfil de la nueva edición oscila entre David Lean y Libertad Lamarque y el cine de riesgo de Albert Serra y Philippe Garrel.

Por Horacio Bernades
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Rodríguez, Mazure, Martínez Suárez y Peña, ayer, en el Hotel Castelar.

“Este va a ser el festival de los colados, porque los que no tengan plata para la entrada igual van a entrar”, anunció el realizador cinematográfico José Martínez Suárez, presidente de la 23ª edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, durante la conferencia de prensa en la que ayer se dio a conocer la programación del evento. No se sabe si la afirmación fue medio en broma o muy en serio. Lo que sí se sabe es que esta nueva edición del festival, que vuelve a celebrarse en noviembre, tras varios años de hacerlo en marzo –con Martínez Suárez en reemplazo del anterior director, Miguel Pereira–, comenzará el jueves de la semana próxima y se extenderá hasta el domingo 16. Nombrado por las autoridades del Incaa a mediados de 2007, el veterano cineasta (director de clásicos como Dar la cara, Los muchachos de antes no usaban arsénico y Noches sin lunas ni soles) contará con su viejo amigo Fernando Martín Peña como director artístico.

En la conferencia de prensa –llamó la atención que no se diera lugar a preguntas por parte del periodismo presente–, Martínez Suárez señaló que el criterio que presidió su trabajo y el de sus colaboradores fue el eclecticismo, y Peña (que hasta hace un año dirigió, durante tres ediciones, el Bafici porteño) destacó que la selección fílmica estuvo a cargo del mismo equipo de programadores que lo viene haciendo desde hace un par de años, esta vez bajo su dirección. A diferencia de ediciones previas, esta vez los programadores de Mar del Plata no se repartieron su trabajo en las distintas secciones que componen el festival: al estilo del Bafici, todos programaron todo. “Con eso buscamos darle mayor homogeneidad a la programación –fundamentó Peña– y fomentar el debate entre los programadores.” Director de la Filmoteca de Buenos Aires y conductor del programa de canal 7 Filmoteca, el director artístico del Ficmdp subrayó el carácter “de reemplazo” que tanto este festival como el Bafici vienen cumpliendo desde hace años, en relación con la cartelera cinematográfica local. No se trata de puras palabras: en ausencia de un circuito de salas de arte y ensayo, son esta clase de eventos (incluyendo el docBsAs, cuya octava edición acaba de finalizar) los que cubren esa falta.

La carpeta que se entregó al periodismo y que contiene la programación entera de esta nueva edición del Ficmdp (unos 200 largometrajes, y otro tanto entre cortos y mediometrajes) resulta sumamente tranquilizadora en cuanto al nivel y perfil del evento, que por su cambio de fecha y de autoridades había generado cierto cosquilleo. Lo primero que se supo sobre esta nueva edición, poco después de la asunción de Martínez Suárez y bastante antes de la designación de Peña como director artístico, daba a temer un retroceso, con una preeminencia de onomásticos, homenajes y otras antiguallas. Por lo que la programación definitiva permite inferir, ahora da toda la sensación de que esa tendencia quedó más que compensada, con una preeminencia de formas de cine tan distantes del museo como de la academia. Junto a los homenajes a David Lean y Libertad Lamarque, al lado de revisiones de la historia de la comicidad y del teatro en el cine argentino, aparecen, en el conjunto de la programación, autores claves de la contemporaneidad (Hirokazu Kore-eda, Kiyoshi Kurosawa, Albert Serra, Philippe Garrel, Terence Davies y un montón más), films de riesgo, propuestas radicales y mucho cine a descubrir. No por nada Peña viene del Bafici.

Una competencia internacional integrada por dieciséis películas, una latinoamericana de diez y una argentina con nueve títulos terminados en digital serán las tres secciones de cabecera, otorgando las dos últimas importantes premios. De allí en más, un Panorama en el que aparece lo último de Kitano, Agnès Varda, Jerzy Skolimowski, Andrzej Wajda, Olivier Assayas, Abel Ferrara y Julien Temple, más los aportes del italo-chileno-argentino Marco Bechis, Bill Plympton, Jia Zhangke, Alain Cavalier, Manoel de Oliveira, Gregg Araki y Jorge Sanjinés en otras secciones. Se incluye también una retrospectiva (casi) completa del gran Jean-Pierre Melville, una selección de nuevo cine independiente de los Estados Unidos, un apartado dedicado a adaptaciones de Borges a la pantalla, un work in progress, dos competencias de cortos (una nacional y una internacional) y una decena de focos sobre distintos realizadores, la mayoría de ellos de poco conocidos a muy desconocidos.

El cine argentino se verá representado por dos películas en competencia internacional (El artista, del tándem Cohn-Duprat, y Vil romance, del debutante José Campusano) y lo nuevo de Santiago Loza (realizador de Extraño), de Eva Bär & Santiago Giralt (dos de los directores de UPA!) y de Ernesto Baca (autor de la experimental Samoa) en la competencia local. Además, claro, de unas cuantas películas más, desparramadas por distintas paralelas. El festival quedará doblemente inaugurado el jueves 6. A las 18 tendrá lugar la proyección gratuita de Aniceto, de Leonardo Favio, y a las 20 se verá la película de apertura. Se trata de The Hurt Locker, de Kathryn Bigelow (Punto límite, Días extraños), que viene de presentarse en Venecia.

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