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Jueves, 9 de septiembre de 2010
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Hoy arranca la 35ª edición del Toronto International Film Festival

El primer trampolín para el Oscar

El TIFF recibe a Clint Eastwood, Woody Allen, Nicole Kidman, Robert DeNiro, Uma Thurman y Natalie Portman, entre una larguísima lista de estrellas: nadie quiere perderse la plataforma de lanzamiento hacia el Kodak Theater de Los Angeles.

Por Luciano Monteagudo
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Lo que más quiero, ópera prima de Delfina Castagnino, se verá en la sección Discoveries.

Desde Toronto

Treinta y cinco años no se cumplen todos los días y el Toronto International Film Festival (TIFF) –que comienza hoy y se extenderá durante once días, hasta el domingo 19– está dispuesto a tirar la casa por la ventana para celebrarlo. Más de 300 películas, entre cortos y largometrajes, forman el núcleo duro de la muestra canadiense, que desde hace años integra la primera línea de festivales de cine del mundo, a la par de Berlín, Cannes y Venecia. Directores de la talla de Takashi Miike, Jerzy Skolimowski, Jia Zhang-ke, Lee Chang-dong, Ken Loach, Apichatpong Weerasethakul y Catherine Breillat, entre muchísimos otros, presentarán personalmente sus nuevas películas, mientras que la lista de estrellas invitadas haría palidecer a la mismísima alfombra roja de la ceremonia de los Oscar de Hollywood: Clint Eastwood, Woody Allen, Nicole Kidman, Robert DeNiro, Clive Owen, Helen Mirren, Natalie Portman, Edward Norton, Catherine Deneuve, Charlotte Rampling, Kristin Scott-Thomas, Rachel Weisz, Marion Cotillard, Kevin Spacey, Matt Damon, Mickey Rourke, Keanu Reeves, Vincent Cassel, Paul Giamatti, Bill Murray, Bob Hoskins, Woody Harrelson, Jennifer Connelly, Megan Fox, Uma Thurman, Javier Bardem... Y siguen las firmas.

Pero el mayor orgullo del TIFF este año no es de carne y hueso, sino de acero, cristal y concreto: la nueva sede del festival –el sueño de la casa propia–, un impresionante complejo cinematográfico ubicado en la esquina de las calles King y John, en pleno Entertainment District, una de las zonas más cotizadas de Toronto. Construido a un costo millonario durante casi un lustro con fondos privados y aportes públicos, el TIFF Bell Lightbox (como se llama el flamante centro cultural, “una caja de luz” que carga en su nombre con la marca de telefonía celular que es su principal auspiciante) contiene cinco salas de cine de diversos tamaños, otras tantas galerías para exposiciones y videoinstalaciones, y albergará la biblioteca y hemeroteca de la Cinematheque Ontario. Hasta ahora, la Cinematheque –que también fue creada por la organización del TIFF– venía utilizando las instalaciones del Art Gallery of Ontario (AGO), pero una vez que concluya el festival piensa prolongarlo durante todo el año, con una programación de excelencia que incluya estrenos, retrospectivas y clásicos. Como para taparles la boca a aquellos que dicen que el cine en las salas ha muerto...

La fiesta oficial de apertura del Lightbox se hará recién este sábado, con música en vivo de sol a sol y corte de calles incluido, algo verdaderamente excepcional en una ciudad tan ordenada y aséptica como Toronto. Pero a partir de hoy mismo el TIFF tomará la ciudad por asalto. A diferencia de los festivales europeos, que giran alrededor de una competición internacional, el TIFF, en cambio, ha hecho de su programación una plataforma de corte horizontal, organizada en base a una serie de secciones que ordenan la amplísima oferta, que va desde el mainstream de Hollywood al indie neoyorquino pasando por el cine experimental y los grandes autores europeos.

El núcleo duro de la cinefilia no tiene de qué quejarse en Toronto, donde en Masters están las nuevas películas de Jean-Luc Godard (Film socialism), del legendario portugués Manoel de Oliveira (O estranho caso d’Angelica), del chino Jia Zhang-ke (I Wish I Knew) y del coreano Lee Chang-dong (Poetry), todas provenientes de la selección oficial de Cannes. De Venecia, que aún no concluyó del otro lado del Atlántico, llegan por correo expreso La Belle endormie, nueva incursión de la francesa Catherine Breillat en la seductora oscuridad de los cuentos infantiles; 13 Assassins, del exuberante japonés Takashi Miike, y Essential Killing, del polaco Jerzy Skolimowski, en lo que se anticipa un regreso con gloria. Y estreno absoluto en Toronto es Misterios de Lisboa, del chileno (y ciudadano del mundo) Raúl Ruiz, un melodrama de época que promete estar a la altura de lo mejor de su obra.

En Vanguard se reúnen aquellos films “que desafían las convenciones” y en Visions los que proponen una “estética radical”. Puede que la división de aguas no sea demasiado clara pero, entre una y otra sección, albergan una inmejorable selección de obras y autores off-Hollywood: The Autobiography of Nicolae Ceausescu, del rumano Andrei Ujica; Curling, del canadiense Denis Côté; The Ditch, primer film de ficción del documentalista chino Wang Bing; Le Quattro volte, del italiano Michelangelo Frammartino; Cold Fish, del japonés Siono Sion, y L.A. Zombie, del provocador Bruce LaBruce, entre una treintena de títulos. Los seguidores del cine no narrativo, el experimental y el videoarte tienen su propia sección, titulada Wavelengths, donde la longitud de onda pasa por James Benning, Peter Tscherkassky, Jonas Mekas y otros insumisos por el estilo.

El apartado Discoveries, tal como su nombre lo indica, está dedicado a primeros films y directores noveles. Allí hay una doble presencia argentina (o presencia y media): por una parte, Lo que más quiero, ópera prima de Delfina Castagnino, premiada en el último Bafici; por otra, Norberto apenas tarde, debut como realizador del actor uruguayo Daniel Hendler, una película íntegramente rodada en Montevideo, pero con aportes de coproducción argentinos. El otro argentino en Toronto es Pablo Trapero, quien junto a Martina Gusmán trae al TIFF Carancho, presente en la sección Contemporary World Cinema junto a lo nuevo de Achero Mañas, Marion Hänsel, Icíar Bollaín, Fernando Trueba, Bent Hamer, Rafi Pitts, Peter Mullan, Kelly Reichardt, Xavier Beauvois, Hong Sang-soo, Tom Tykwer y Michael Rowe, entre otros.

Las Galas y Special Presentations están casi íntegramente dedicadas a Hollywood y aledaños, aquellos títulos que aspiran ya, desde ahora nomás, a empezar a correr la carrera del Oscar. En este sentido, Toronto siempre ha sido el trampolín, la plataforma de lanzamiento para llegar en febrero al Kodak Theater de Los Angeles. Sin ir más lejos, El secreto de sus ojos tuvo su estreno internacional aquí en el TIFF, aun antes de competir en San Sebastián, de donde la película de Juan José Campanella se fue sin premios. Pero en Toronto más de uno ya pone su mira en la estatuilla dorada, empezando por el veterano Clint Eastwood, que trae como director Hereafter, un film coral alrededor de distintas historias de pérdida y muerte (un tema siempre caro a los Académicos), con un elenco encabezado por Matt Damon y la actriz francesa Cécile De France, además de la reaparición del inglés Derek Jacobi.

¿Otros “oscarizables” en Toronto? Robert Redford (The Conspirator), Michael Winterbottom (The Trip), Stephen Frears (Tamara Drewe), Guillaume Canet (Little White Lies), John Cameron Mitchell (Rabbit Hole), Darren Aronofsky (Black Swan), Mike Mills (Beginners), Tony Goldwyn (Conviction), Mark Romanek (Never Le Me Go), George Hickenlooper (Casino Jack) y Andrucha Waddington (Lope). No hay que olvidar que desde la última ceremonia rige un nuevo reglamento en la Academia de Hollywood, por el cual no cinco sino diez películas pasan a integrar ahora el rubro mayor, el de Mejor Película. Y considerando la oportunidad, nadie se quiere quedar afuera.

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