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Viernes, 10 de diciembre de 2010
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NO-FICCION EN EL FESTIVAL DEL NUEVO CINE LATINOAMERICANO DE LA HABANA

Documentalistas en acci贸n

La Batidora, radio en la escuela, del argentino Gustavo Laskier, y El edificio de los chilenos, de Macarena Aguil贸, una exiliada hija de militantes chilenos clandestinos, proponen sendas reflexiones sobre experiencias educativas fuera de norma.

Por Oscar Ranzani
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El realizador Gustavo Laskier proviene de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

Desde La Habana

La Escuela 105 de Gonz谩lez Cat谩n tiene los mismos problemas que cualquier establecimiento educativo donde asisten chicos en situaci贸n de vulnerabilidad social. Pero este colegio, a trav茅s de los docentes, alumnos, y gracias a la intervenci贸n de un equipo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), logr贸 la manera de que quienes forman parte de la instituci贸n puedan tener una herramienta de comunicaci贸n que permita unirlos m谩s, pero a la vez que d茅 cuenta de la conflictividad latente. As铆 naci贸 la radio La Batidora, que todos los viernes se emite a trav茅s de los parlantes de la escuela durante los recreos. Y quienes la integran sue帽an con que pueda emitirse al exterior. No hay un fin profesional en este proyecto, pero no porque no pueda lograrse, sino porque no es la idea, a pesar de que algunos estudiantes se mostraron interesados en seguir cursando una carrera vinculada con la radio. El registro de todo lo que sucede en este espacio comunicacional est谩 consignado en La Batidora, radio en la escuela, documental del argentino Gustavo Laskier, a煤n no estrenado en Buenos Aires y que integra la secci贸n competitiva de documentales del 32潞 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

La Batidora es el tercer documental de Laskier, quien integra el equipo de investigaci贸n de Flacso, conformado tambi茅n por fil贸sofos, cientistas de la educaci贸n y soci贸logos. La conexi贸n entre el equipo de Flacso y el colegio surgi贸 en 2007, cuando Laskier realiz贸 el documental Entrel铆neas, que segu铆a los pasos de un joven de diecisiete a帽os que hab铆a salido de un instituto de menores y que el juez hab铆a indicado que ten铆a que asistir a la escuela. Esa escuela era la 105 de Gonz谩lez Cat谩n. A partir del v铆nculo establecido, el equipo de Flacso se plante贸 realizar un proyecto comunicacional en la instituci贸n educativa y los alumnos eligieron la modalidad radial para expresarse.

鈥淓s una pel铆cula sobre la escuela鈥, sostiene Laskier en di谩logo con P谩gina/12. Y lo argumenta de la siguiente manera: 鈥淢uestra la relaci贸n entre los alumnos y los docentes, la de los alumnos con la instituci贸n, la de los docentes con la instituci贸n, con la conflictividad que siempre est谩 dando vueltas. La radio es s贸lo un dispositivo para expresarla鈥. Laskier tambi茅n menciona que, en general, en sus documentales trata de utilizar lo menos posible la entrevista a c谩mara, pero que en este caso 鈥渆ra mucho m谩s interesante lo que a los chicos les pasaba con lo que estaban haciendo que lo que hac铆an en s铆鈥.

鈥淟a idea era trabajar lo escolar y lo no escolar en la escuela. Lo no escolar es la radio, donde se ve a los pibes con mucha energ铆a, comprometidos, con muchas ganas de trabajar. Y en lo escolar vemos que no pasa demasiado: el acto de la bandera, en el que nadie canta el Himno y a nadie le interesa lo que la profesora est谩 diciendo. Eso viene a mostrar a una instituci贸n que ya no es lo que era. La instituci贸n se resiste a muchos cambios鈥, considera Laskier. De su documental se desprende que la radio permite una mayor socializaci贸n que la que genera el colegio de por s铆. 鈥淒e hecho, varios de los chicos que est谩n trabajando en la radio no van a la escuela habitualmente. Son chicos que, por alg煤n motivo disciplinario o porque no ven nada all铆 que les resulte interesante, van solamente a la radio鈥, explica el documentalista.

Otro documental que compite en el Festival de la Habana es El edificio de los chilenos, de la directora Macarena Aguil贸, quien tuvo una infancia dif铆cil: su padre, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), se mantuvo en la clandestinidad durante toda la dictadura de Augusto Pinochet, su madre estuvo un tiempo detenida y la propia cineasta, una ni帽a por entonces, fue secuestrada por una patota militar y estuvo veinti煤n d铆as desaparecida. Como puede observarse, su tremenda historia motivaba una pel铆cula. Pero no es s贸lo la suya la que cuenta su documental, sino la de un grupo de chicos, de entre dos y diecisiete a帽os de edad, que fueron criados en el exterior, cuando sus padres, militantes del MIR, decidieron realizar la Operaci贸n Retorno y regresar a Chile para combatir a la dictadura. Aguil贸 fue criada por padres sociales, desde los nueve a los doce a帽os, y a trav茅s del Proyecto Hogares, entre 1980 y 1984. 鈥淒esde que estaba en la escuela estudiando tuve la sensaci贸n de que si hab铆a alguna historia que yo ten铆a que contar era 茅sta鈥, confiesa la directora, quien menciona que antes de dedicarse a la realizaci贸n fue directora de arte y ambientaci贸n en pel铆culas de ficci贸n y que su historia y la de sus compa帽eros hab铆a quedado guardada 鈥減ero siempre fue una deuda pendiente鈥 poder contarla a trav茅s del cine.

El Proyecto Hogares naci贸 en Europa, donde viv铆an los exiliados del MIR. Cuando decidieron volver a Chile, se encontraron con que muchos de sus militantes eran mujeres que estaban criando a sus hijos. 鈥淒entro del movimiento, comenz贸 a plantearse algo que en el fondo era muy fuerte en Europa: el tema del feminismo. Y, por lo tanto, buscaron una revisi贸n dentro de su partido pol铆tico de c贸mo mirar esta militancia y tener un espacio de validaci贸n dentro de 茅sta鈥, comenta Aguil贸. Entonces, cuando surgi贸 la idea del retorno, lo primero que pensaron algunos militantes fue que regresaran los hombres y que las mujeres se quedaran con los chicos. 鈥淓ntonces, ellas empezaron a plantear que no, que tambi茅n quer铆an participar y que necesitaban tambi茅n un espacio de realizaci贸n de su militancia, as铆 como la estaba planteando el partido鈥, relata la directora. Al comienzo, algunas militantes empezaron a resolver el problema de la crianza de manera individual, dejando a los ni帽os con la abuela, con la t铆a o con distintas personas, pero luego plantearon que eso no pod铆a ser as铆 porque en el fondo, 鈥渟i hab铆a un proyecto pol铆tico, el problema que se planteaba frente a esa decisi贸n tambi茅n ten铆a que resolverse pol铆tica y colectivamente鈥. Entonces, presentaron ante el partido un proyecto de vida comunitaria con los ni帽os, que ser铆an cuidados por unos veinte adultos hasta que sus padres biol贸gicos pudieron volver por ellos. 鈥淟a idea no era s贸lo que cuidaran a los ni帽os mientras ellos volv铆an a Chile, sino que tambi茅n se planteara como un desaf铆o de desarrollo de una nueva idea de familia, en relaci贸n al tema de que ellos ven铆an a transformar la sociedad y que por lo tanto ten铆a que haber otro tipo de vinculaci贸n entre ni帽os y padres鈥, comenta Aguil贸.

El Proyecto Hogares se gest贸 en Francia y B茅lgica: all铆 se reunieron alrededor de ochenta ni帽os entre julio y agosto del 鈥80. Desde Europa, las llamadas 鈥渇amilias sociales鈥 viajaron a Cuba, donde residieron en un edificio que los cubanos mencionaban precisamente como 鈥渆l edificio de los chilenos鈥. 鈥淐ada familia social estaba constituida por un adulto, que pod铆a ser un hombre o una mujer. Y cada adulto ten铆a a cargo entre tres y seis ni帽os鈥, relata Aguil贸. 鈥淐ada familia viv铆a en un departamento, pero funcion谩bamos con una din谩mica de actividades colectivas. Todos los fines de semana se hac铆an actividades recreativas en conjunto. El cuidado del edificio tambi茅n era colectivo. Y las tareas se repart铆an entre todos鈥, recuerda Aguil贸.

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