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Jueves, 27 de enero de 2011
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Tres monos, del turco Nuri Bilge Ceylan

Postales negras del Bósforo

El director de Lejano y Climas vuelve a sus temas de siempre –la incomunicación, los círculos viciosos en las relaciones–, pero adolece de la complejidad de sentido de sus films anteriores y queda prisionero del formalismo que siempre rondó su obra.

Por Luciano Monteagudo
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El de Tres monos es un mundo cerrado, asfixiante.

No es el único, por cierto (parece injusto que el cine de Zeki Demirkubuz, por ejemplo, no sea más conocido fuera de su país), pero Nuri Bilge Ceylan es el director turco con mayor reconocimiento internacional, incluida la Argentina, donde hasta ahora se han conocido todos sus films. En la Sala Lugones se descubrió su primer largo, El pequeño pueblo / Kasaba (1997), y el Bafici lo premió como mejor director por Nubes de mayo (1999), un film muy inspirado por el cine de Abbas Kiarostami, que incluso llegó a disfrutar de un módico estreno comercial en Buenos Aires. Posteriormente, llegaría su consagración en Cannes con Lejano / Uzak (2002), que obtuvo el Gran Premio del Jurado y también se vio en el Bafici. No se puede decir que Climas –premio de la crítica en Cannes 2006– haya estado a la altura de la obra previa del director, pero era sin duda un film sólido, pleno de ideas y de una impactante estética visual, producto de su rodaje en el sistema digital de alta definición (HD). Con Tres monos (otra Palma de Cannes, esta vez al mejor director de la edición 2008) Bilge Ceylan vuelve a sus temas de siempre –la incomunicación, los círculos viciosos en las relaciones–, pero adolece de la complejidad de sentido de sus films anteriores y queda prisionero del formalismo que siempre rondó peligrosamente su obra.

La primera media hora del film es ejemplar, por su capacidad de síntesis y por sus sabias elipsis, que van haciendo avanzar la trama sin necesidad de dar demasiadas explicaciones, dejando trabajar al espectador. Un auto, una ruta desolada en la noche profunda, un accidente. El conductor que atropella a un peatón y huye es un candidato político en plena campaña electoral. Dice que no puede permitirse el escándalo y le propone a su chofer (que esa noche estaba de franco) que asuma toda la responsabilidad. “Será como máximo un año de cárcel y a la salida te espera una buena recompensa”, dice el corrupto Servet (Ercan Kesal). Para el sumiso Eyup (Yavuz Bingol) no parece haber otras opciones. Acepta con tanta resignación como rapidez. Quizás piense que eso es lo mejor para su mujer (Hatice Aslan) y su hijo Ismail (Ahmet Rifat Sungar). Pero nada será tan fácil como se creía.

El de la familia de Eyrup es un mundo cerrado, hecho de rutinas agobiantes, de cosas no dichas, de deseos insatisfechos, de pequeños secretos tras las puertas. El hijo hace rato que ha dejado de ser adolescente, pero se sigue comportando como tal: sólo parece salir de su apatía cuando lo tienta la violencia. Y está acostumbrado a tomar siempre el camino más corto, como ese atajo que usa diariamente para cruzar las vías del ferrocarril y que se intuye una metáfora de su vida. La madre es una mujer madura pero aún bella, que parece haber vivido a la sombra de su marido y de su hijo, sin que nadie tenga en cuenta sus sueños y deseos, tan simples quizás como la canción romántica que ha elegido como ringtone para su teléfono celular.

Un poco a la manera de El malentendido, de Albert Camus (cierta sombra de existencialismo ya asomaba en Climas), al comienzo todo hace pensar en una estructura de tragedia clásica, donde el destino de los personajes se ve en constante tensión con sus afectos. Pero sin embargo el film de Ceylan va inclinándose paulatinamente por un melodrama asordinado, con rasgos de film noir. No habría nada de malo en esto (al fin y al cabo El cartero siempre llama dos veces –la novela de James M. Cain, tantas veces filmada– era una tragedia contemporánea) si no fuera porque el director se va dejando tentar por un formalismo vacío y antiguo. Se regodea con las posibilidades que le da el registro digital para estilizar la imagen, apela a la cámara lenta y a la disociación del sonido, no puede evitar caer en la trabajada postal cada vez que encuadra planos generales en el estrecho del Bósforo. Es como si una brillante superficie de papel satinado se impusiera por sobre la profunda oscuridad de su tema.

6-TRES MONOS

(Üç maymun, Turquía-Francia-Italia/2008).

Dirección: Nuri Bilge Ceylan.

Guión: Ebru Ceylan, Nuri Bilge Ceylan y Ercan Kesal.

Fotografía: Gökhan Tiryaki.

Intérpretes: Yavuz Bingol, Hatice Aslan, Rifat Sungar, Ercan Kesal, Cafer Köse y Gürkan Aydin.

Estreno únicamente en dvd ampliado en las salas Arteplex Centro, Belgrano y Villa del Parque.

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