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La actriz francesa Marie-France Pisier fue hallada muerta ayer, a los 66 años, en su domicilio en Saint Cyr sur Mer, localidad del sur de Francia. Pero las causas de su muerte aún no son claras: la Justicia francesa abrió una investigación, porque el cuerpo de Pisier fue encontrado por su marido de madrugada en la piscina de la casa, aunque la fiscalía de Toulón consideró que ello no significa que la muerte fuera resultado de alguna “acción criminal”. Los primeros indicios tampoco hacen sospechar que la actriz estuviera atravesando un período depresivo, ya que “tenía proyectos profesionales y había confirmado su presencia en el Festival de Cannes en mayo para asistir a la presentación de un documental sobre su amigo, el actor Jean-Paul Belmondo”, precisaron los encargados de la investigación.
Al conocerse la noticia de la muerte, se sucedieron en Francia las reacciones en el mundo del cine y también de la política: el jefe de Estado, Nicolas Sarkozy, dijo sentir “tristeza” y puso el acento en que la actriz era “la suprema elegancia que nace de la más perfecta simplicidad”. En tanto, el ministro de Cultura, Frédéric Mitterrand, lamentó la desaparición de “una mujer de carácter, cuyo encanto y juego tan sutil han marcado el cine francés”.
Pisier había nacido en Dalat, Argelia, el 10 de mayo de 1944, durante la ocupación francesa, y en tres ocasiones fue distinguida con el César como mejor actriz secundaria por Recuerdos de Francia (1974), Primo, prima (1975) y El engaño (1976). Pero antes, tras una breve carrera teatral, había llegado al cine como novia del personaje de Jean-Pierre Léaud en Antoine y Colette, de François Truffaut, dentro del film en episodios El amor a los 20 años (1962). Curiosamente volvió a interpretar el papel en El amor en fuga, con la que Truffaut cerró la saga del personaje Antoine Doinel en 1979, y era la causa por la cual el protagonista abandona definitivamente a su esposa (Claude Jade).
Después de participar en varias películas de género, en 1975 consiguió su primer papel importante en Primo, prima (1975), de Jean-Charles Tacchella, donde era la tercera en discordia con los protagonistas Marie-Christine Barrault y Victor Lanoux. También participó de un ensayo literario-cinematográfico de Alain Robbe-Grillet, Trans-Europa Express (1966), con Jean-Louis Trintignant, y fue Charlotte en Las hermanas Brontë (1979), de André Téchiné, junto a Isabelle Adjani e Isabelle Huppert. Más tarde se la pudo ver en Desnudas y adorables (1981), con Samantha Eggar y la dirección de Roger Vadim, y en El as de ases (1982), de Gérard Oury, también con Belmondo.
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