Esta cuarta entrega de la saga de Misión Imposible es el tipo de pelÃcula que habla con bastante claridad de una de las ideas hegemónicas (palabra abusada pero, en este caso, oportuna) acerca de cómo se concibe el hacer cine en la actualidad. Según esta idea, la hipertrofia es lo importante: más grande, más caro, más moderno. Y más copias: si bien no es un record, ni mucho menos, MI4 sale al ruedo con 125 copias, fiel al estilo de las majors de aplastar espectadores y competencia con un único golpe. Claro que esta enumeración, hecha al principio del texto, puede predisponer al lector a pensar que se la hace en sentido negativo, pero lo cierto es que, más allá de la técnica de asfixia que representa tal cantidad de copias, la cosa no es necesariamente asÃ. De hecho la grandilocuencia es lo más destacado del film dirigido por Brad Bird, famoso por haber realizado un par de los buenos tÃtulos (aunque no los mejores) que Pixar tiene para ofrecer.
El argumento, rutinario desde lo narrativo, no agrega demasiado a la saga, aunque tenga la inteligencia inicial de amagar con un enfrentamiento anacrónico entre los EE.UU. y Rusia, para desviar muy rápidamente hacia las más en boga conspiraciones globales. Lo que no ha cambiado, desde James Bond hasta acá, es el terror nuclear como miedo supremo para asustar a los paranoicos del mundo. La pelÃcula arranca con una espectacular escena de escape por parte de uno de los agentes de la IMF (en castellano, Fuerza de Misiones Imposibles, o algo asÃ), corriendo y saltando por los techos de una estación ferroviaria en Budapest, muy parecida a Retiro. Pero el agente al fin es eliminado por una hermosa asesina rubia, que se lleva el maletÃn en cuestión (siempre hay uno dando vueltas en la pelÃcula). El agente morirá al rato en brazos de una compañera enamorada. La escena condensa en pocos minutos la estructura que luego replicará la pelÃcula completa: secuencias de acción sin aliento a las que sólo las muertes –que son varias– o las partes sentimentales, que no faltan, les permiten detenerse a tomar aire. A ese comienzo le sucede el rescate del agente Ethan Hunt (Tom Cruise), preso en una cárcel del este europeo por matar a unos croatas implicados en el asesinato de su esposa, y la posterior asignación de una nueva Misión Imposible.
Un punto favorable de la pelÃcula es el equilibrio del elenco. Al histórico Cruise, la estrella, se le suma la atlética Paula Patton; el comediante británico Simon Pegg, que aquà como partenaire rinde mucho más que como protagonista en la mayorÃa de sus pelÃculas, y el gran Jeremy Renner, todos ellos integrantes del equipo de Hunt. En el papel del villano aparece Michael Nyqvist, actor sueco que interpretó al protagonista de la trilogÃa Millennium original. Su personaje, un polÃtico psicópata que cree que la guerra atómica es un paso inevitable y necesario en la cadena evolutiva del ser humano, apenas es desarrollado y tiene muy pocos minutos en pantalla. Una lástima, porque su cara encaja en el papel a la perfección y la pelÃcula deja ir la oportunidad. El relato no se detiene: el equipo fracasa en una misión para robar información sobre los códigos de lanzamientos del arsenal nuclear ruso en el mismÃsimo Kremlin, la organización pasa a la clandestinidad y asà los héroes devienen perseguidos. Enseguida, una nueva misión para salvar al mundo y recuperar el honor perdido.
MI4 es una pelÃcula que se ve con todo el cuerpo, tan eficaces son las coreografÃas y el desarrollo de sus inventivas escenas de acción. El vértigo, la adrenalina y la tensión son reales y se trasladan al espectador con eficiencia. Incluso el humor, trabajo que recae sobre todo en Pegg, funciona bastante bien. Sin embargo, al terminar la proyección queda la sensación bastante concreta de que semejante arsenal desplegado no es sino otro de los trucos de la IMF, un plan de evasión destinado a distraer a la platea, para que nadie note que la historia que se de-sarrolla soterrada entre tanta ampulosidad digital es sumamente convencional, con pocas sorpresas verdaderas más allá de lo efectista y que, además, ya ha sido contada demasiadas veces. Una vez más hacer mucho ruido, aunque el ruido sea agradable, no alcanza para ocultar la escasez de nueces.
6-MISION IMPOSIBLE 4
Mission: Imposible
Estados Unidos, 2011.
Dirección: Brad Bird.
Guión: Josh Appelbaum y André Nemec.
Música: Michael Giacchino.
FotografÃa: Robert Elswit.
Intérpretes: Tom Cruise, Jeremmy Renner, Simon Pegg, Paula Patton, Michael Nyqvist.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.