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Sábado, 13 de octubre de 2012
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EL FESTIVAL DE BOGOTA HOMENAJEA A GARCIA MARQUEZ Y BERTOLUCCI

Muestra amplia y variopinta

Más de 700 películas de 55 países se exhiben en estos días en el festival colombiano, que ya va por su 29ª edición. Quince largometrajes entraron a la competencia oficial, hay seis muestras de documentales y se presentará la “audiodescripción” para los ciegos.

Por Oscar Ranzani
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Juan y Eva, de Paula de Luque, es la representante argentina en la competencia bogotana.

Desde Bogotá

La ciudad donde se toman los cafés más ricos de América latina, ubicada en el centro de Colombia, es el lugar neurálgico tanto desde el aspecto político y económico como del turístico y cultural del país gobernado por Juan Manuel Santos. Con ocho millones de habitantes, Bogotá es la ciudad más poblada de Colombia. Situada a 2625 metros sobre el nivel del mar, también se la conoce como “La sabana de Bogotá”, porque su superficie es una extensa llanura en medio de la región montañosa de los Andes. Si hay algo en lo que se acerca a Buenos Aires es en la importante vida cultural que posee: una gran cantidad de museos, teatros, centros culturales y bibliotecas pueblan las calles de esta gran urbe que algunos han bautizado como la Atenas sudamericana. Y desde hace 28 años, se realiza el Festival de Cine de Bogotá, a lo largo de los cuales se han proyectado más de 15 mil películas y sólo en esta edición ha recibido más de 700 obras cinematográficas de 55 regiones del mundo.

“El festival ha sido muy cambiante desde el principio”, comenta su director, Henry Laguado, quien agrega que la muestra, en sus inicios, era sólo de cine colombiano. Luego se fueron sumando cinematografías vecinas como la ecuatoriana y del Caribe hasta que, en 1990, el Festival de Cine de Bogotá fue reconocido por la Federación Internacional de Asociaciones de Productores Cinematográficos (FIAP). “Desde ese momento, comenzamos un proceso para presentar películas de distintos países: Francia, España, Alemania, Japón, Corea, la Argentina, México, etcétera. Y hasta el año pasado tuvimos ese tipo de presencia en el festival”, subraya Laguado. La novedad de la 29º edición –que comenzó el miércoles pasado– consiste en que se agregaron diversos homenajes. Infaltable en Colombia es, entonces, un tributo al Nobel de Literatura Gabriel García Márquez por sus 85 años. El festival le dedica una muestra especial donde se presentan trece largometrajes, algunos basados en sus obras y otros que abordan su trayectoria. También habrá un homenaje al gran cineasta italiano Bernardo Bertolucci, ya que se cumplen cuarenta años del estreno de Ultimo tango en París. Pero no sólo del cine de la región se ocupa esta muestra: con motivo de los cien años de los estudios Universal, se ha programado una sección dedicada a famosas películas de Hollywood que van desde Scarface a Jurassic Park.

Laguado afirma que dentro de la programación hay “historias universales de culturas diferentes, denuncias documentadas del trato al ser humano, a la naturaleza, rescate de obras y artistas dedicados a distintas formas de expresión, animaciones que quieren humanizar la técnica de la computadora, dolorosas imágenes y milagros en la catequesis del mundo moderno, con imágenes que conmoverán la sensibilidad del espectador”. Como se desprende de sus comentarios, la programación es variada y para todos los gustos. Y la principal está agrupada en una sección competitiva de Largometrajes de Ficción, integrada por quince films de diversas regiones del mundo.

El cine argentino está representado en la competencia por Juan y Eva, que enfoca en la historia de amor que construyeron el entonces secretario de Trabajo y Previsión Social, Juan Domingo Perón, y la actriz de radioteatro María Eva Duarte, desde el momento en que se conocieron, en enero de 1944, hasta el 17 de octubre de 1945, día en que la historia indica que nació el peronismo. El rasgo más distintivo de Juan y Eva –editada en DVD por Página/12 en julio de este año– es que indaga en cómo se fue construyendo y consolidando esa relación afectiva, cuando ambos no eran todavía las figuras políticas que luego ocuparon un lugar crucial en la historia argentina. El film de Paula de Luque compite con otros de España, México, Ecuador, India, Venezuela, Polonia, Bangladesh, Alemania, Cuba y con el western chileno Sal, del argentino Diego Rougier, radicado en el país trasandino desde 2004.

Paralelamente, el cine colombiano tiene su propia muestra en un momento ideal ya que, según cuenta Laguado, “despegó gracias a la Ley de Cine y sus nuevos implementos”. “Desde 2003, cuando se sancionó, pasamos de una o dos películas al año a veinte o veinticinco.” Y el documental, un género que fue determinante en la vida política de los ’70 en buena parte del Cono Sur, viene creciendo cada vez con mayor fuerza en la región. Así lo demuestra el hecho de que sólo para este género se han programado seis secciones, donde se están exhibiendo obras cinematográficas que van desde los temas sociales más clásicos hasta nuevas problemáticas como la temática ambiental.

Otra de las novedades del Festival de Cine de Bogotá es que estableció un convenio con el Instituto Nacional para Ciegos (INCI) mediante el cual las personas con discapacidad visual podrán disfrutar de algunas películas a través de un sistema denominado “audiodescripción”, que consiste en poder describir las imágenes sin incorporar ningún tipo de interpretación subjetiva por parte del narrador ni ningún análisis desde su experiencia personal. “El INCI promueve la inclusión social, cultural y política de la población con discapacidad visual”, subraya Mary Lucía Hurtado Martínez, directora general de la institución. Esta institución ya ha trabajado en el ámbito cultural. “Por ejemplo, con el Museo Nacional de Colombia para que sea accesible y las personas puedan ir a una exposición”, cuenta Martínez Hurtado. En ese caso, se trabajó fundamentalmente el tema de la accesibilidad física y los dispositivos como, por ejemplo, que los textos también estén en Braille o que haya guías para que puedan orientar a las personas con discapacidad visual. “En el cine no habíamos incursionado. Esta es la primera experiencia que tenemos con el Festival de Bogotá, en el cual estamos iniciando un proceso que, creemos, va a ser muy fructífero y que vamos a continuar. Es un trabajo de inclusión de la población al Séptimo Arte, para que puedan disfrutarlo en igualdad de condiciones”, describe Martínez Hurtado.

El film que estrenará este formato se exhibirá en el marco del homenaje a García Márquez. “Podíamos escoger cualquier película de las que venían, pero pensamos que el cine para ciegos, de alguna manera, es realismo mágico, por eso creímos que era mejor una de García Márquez. Y El gallo de oro es una obra que está basada en la obra de Juan Rulfo, con guión de García Márquez y Carlos Fuentes”, destaca Laguado. “Por la audiodescripción que se le ha hecho, la puede ver una persona que no es ciega. Pero aquí, el que ve también va a oír cosas que quizá no había visto”, concluye el director del festival sobre una de las iniciativas más destacadas.

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