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Jueves, 17 de enero de 2013
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ACIERTOS Y DEBILIDADES

Juego de ajedrez

Por Horacio Bernades

En una escena clave de Tesis sobre un homicidio, film que aspira a suceder a El secreto de sus ojos en t茅rminos de repercusi贸n local e internacional, el protagonista desparrama sobre el piso de su departamento su biblioteca entera, en busca de indicios sobre una intrusi贸n. Trat谩ndose de un respetad铆simo profesor de Derecho, su biblioteca es su tesoro. Que la ponga patas arriba indica que su obsesi贸n devino desesperaci贸n, y la desesperaci贸n, autodestrucci贸n. Como forma de comunicar la sensaci贸n de v茅rtigo que lo invade, la c谩mara gira en c铆rculos sobre 茅l, dibujando as铆 la forma de su encierro. La escena remite claramente a una de las mejores del cine de Brian de Palma y, tal vez, del cine estadounidense de comienzos de los 鈥80 in toto: aquella de Blow Out (1982) en la que, por razones semejantes, un sonidista desesperado desenrollaba cada una de sus cintas. La matriz de ambas escenas es, seguramente, aquella de La conversaci贸n (1972), en la que otro t茅cnico en sonido destrozaba prolijamente hasta el 煤ltimo rinc贸n de su casa.

Las de las pel铆culas de Coppola y De Palma son escenas culminantes, en las que el estado de disoluci贸n interna de los protagonistas se ve potenciado al m谩ximo por la puesta en escena. La de Tesis sobre un homicidio no lo es, y en esa falta reside buena parte de las razones que dejan al nuevo film de Ricardo Dar铆n en una media agua. Un policial en el que Dar铆n hace de abogado (retirado, en este caso), coproducido por Tornasol Films, por la parte espa帽ola, y Haddock Films y Telefe por la argentina, con un actor espa帽ol (argentino, con larga radicaci贸n en Espa帽a, en esta ocasi贸n): est谩 a la vista el modelo que se apuesta a reproducir.

Con barba y canas, Roberto Berm煤dez (Dar铆n) no es un profesor cualquiera. Dicta seminarios de posgrado, acaba de publicar un libro titulado La estructura de la justicia, es uno de esos tipos rodeados de un aura de respeto. 鈥淗ay que prever hasta los imprevistos鈥, le reprocha a un alumno que llega tarde a la primera clase. T铆pico escamoteo de policial, unas escenas m谩s adelante el espectador se entera de que a ese aparente desconocido, Berm煤dez lo conoce largamente. Argentino con acento espa帽ol, Gonzalo Ruiz Cordera (Alberto Ammann, nacido en Buenos Aires, emigrado junto a sus padres en tiempos de dictadura y ganador de un Goya por el drama carcelario Celda 211) es hijo de un viejo amigo suyo y volvi贸 especialmente para cursar ese seminario con 茅l.

En alguna de las clases, Berm煤dez har谩 referencia a la idea del N茅mesis, el enemigo al que se envidia y se quiere emular. Casi al mismo tiempo, una chica aparece brutalmente muerta 鈥搕ras haber sido violada con particular sadismo鈥 en el estacionamiento de la facultad, justo debajo de la ventana del aula donde Berm煤dez dicta su seminario. Un par de indicios comienzan a hacer pensar al profesor que el asesino podr铆a no ser otro que Gonzalo, inici谩ndose entre ambos una suerte de ajedrez intelectual, en el que lo que est谩 en juego es tanto una teor铆a del derecho como demostrar qui茅n es m谩s brillante de los dos. Algo as铆 como el famoso caso de Leopold y Loeb, cuyo intento de probar en los hechos que el crimen perfecto era posible, Hitchcock recre贸 en Fest铆n diab贸lico o La soga.

Las simetr铆as terminar谩n de manifestarse cuando ambos traben relaci贸n con la hermana de la chica asesinada (la bonita Calu Rivero, conocida por sus papeles en televisi贸n). Relaci贸n que da lugar a un motivo cl谩sico del policial de las 煤ltimas d茅cadas: el del 鈥渂ueno鈥, que al usar a la chica como carnada demuestra no ser tan distinto del 鈥渕alo鈥. Dirigida por Hern谩n Goldfrid sobre gui贸n de Patricio Vega, en base a una novela de Diego Paszkowski (Goldfrid y Vega ya hab铆an hecho t谩ndem en la muy buena comedia M煤sica en espera), uno de los puntos d茅biles de Tesis de un homicidio es que tanto las subtramas como los personajes secundarios dan la sensaci贸n de 鈥減asar鈥 por la trama, cumpliendo, en el mejor de los casos, la mera condici贸n de funciones del relato. Es el caso del personaje de Fabi谩n Arenillas, que no s贸lo es el mejor amigo del protagonista, sino que encima est谩 casado con su ex mujer. Lo cual debi贸 haberle dado un peso que no tiene.

A la ex de Berm煤dez (Mara Bestelli), se la usa en su car谩cter de psic贸loga, como quien hace una consulta. Otro tanto podr铆a decirse del juez a cargo (Arturo Puig, nuevamente s贸lido en un papel dram谩tico) y del subcomisario que investiga el caso (Antonio Ugo, en su 煤ltimo papel), limitado cada uno de ellos a dos o tres escenas. Es como si el horizonte del film se redujera a poner las fichas en su lugar, en vez de trabajarlas en volumen. Al igual que los protagonistas, la propia pel铆cula parece m谩s interesada en el ajedrez 鈥搇a tesis y su demostraci贸n鈥 que en las piezas, las v铆ctimas del homicidio. Tambi茅n en este punto bastar铆a recordar la angustia que embargaba el personaje de James Stewart en Fest铆n diab贸lico, y compararla con la mera preocupaci贸n del profesor Berm煤dez, para percibir por d贸nde pasa la diferencia.

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