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Viernes, 22 de febrero de 2013
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LILIANA MAZURE EXPLICA LA IMPORTANCIA DE LA COMPRA DEL GAUMONT

Un faro para el cine nacional

La presidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales señala que la histórica sala, que desde hace una década funciona como Espacio Incaa Km 0 y reúne a más de 400 mil espectadores al año, será completamente restaurada y reequipada.

Por Oscar Ranzani
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Para Mazure, la compra del Gaumont “significa la protección del cine y del patrimonio cultural”.

El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales compró el legendario cine Gaumont, emplazado en Rivadavia 1635, en pleno barrio de Congreso. Considerada una sala emblemática, que desde 2003 era alquilado por el Instituto como Espacio Incaa Km 0, el Gaumont está recibiendo anualmente más de 400 mil espectadores, cifra que la convierte en una verdadera vidriera del cine nacional, programado por el organismo que preside Liliana Mazure. El valor del edificio conformado por tres salas fue tasado por el Tribunal de Tasación de la Nación en 20.680.000 pesos y el Incaa terminó abonando a la empresa Sociedad Anónima Cinematográfica (SAC) –dueña del cine– la suma de 19.500.000 pesos.

“Nosotros lo veníamos alquilando hace diez años, se estaba poniendo en venta, había otros oferentes y nuestro contrato de alquiler vencía en el mes de abril”, comenta Mazure, en diálogo con Página/12. El Espacio Incaa Km 0 Gaumont había recibido la “protección estructural” por parte de una ley sancionada por la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires, a través de un proyecto que presentó el legislador del Frente para la Victoria Juan Cabandié, y que fue votada por unanimidad el 5 de julio de 2012. En la práctica, que un edificio sea catalogado con “protección estructural” significa que debe seguir conservando las características edilicias que tiene. “Para nosotros es importante porque es conservar el patrimonio cultural de la ciudad”, había señalado Cabandié a Página/12, luego de presentar el proyecto. El riesgo era “que hay iglesias que compran estos edificios que ya tienen la protección estructural y no le modifican la estructura edilicia. O sea que cumplen con la ley, pero lo destinan a otros fines”, cuenta Mazure. Pero el Estado nacional tenía prioridad de compra por haberlo alquilado durante una década.

A lo largo de los próximos dos meses, el Gaumont será sometido a una serie de refacciones. “Fundamentalmente, necesita un cambio de la cobertura; todo el techo hay que tirarlo íntegramente abajo y volver a hacerlo”, cuenta Mazure, quien agrega que en esta etapa “se va a hacer ese arreglo que es muy grande y por eso lleva sesenta días, y también la fachada: se la va a reciclar tal cual es, o sea respetando la original, pero poniéndola a nuevo”. La titular del Incaa considera que el sistema de audio del Gaumont “es bueno”. En cuanto a la imagen, en noviembre del año pasado se compró un proyector digital 2K (esto indica el nivel de definición) que actualmente se utiliza para la sala más grande, la que se encuentra en la planta baja del edificio. Pero como la tecnología avanza aceleradamente, los proyectores de mayor definición actuales son de 4K. “Vamos poner un proyector 4K en la sala 1 (la más grande) y el proyector 2K irá a la sala 2 o a la 3 (las de arriba) y se van a digitalizar ambas. O sea que van a quedar las tres salas con equipamiento de última generación”, explica Mazure.

El edificio se inauguró en 1912 bajo el nombre Cine Plaza Congreso, hasta que diez años después fue rebautizado como Cine Gaumont, en homenaje al francés León Gaumont, uno de los pioneros de la industria cinematográfica francesa. Entre 1938 y 1943, el antiguo inmueble donde funcionaba el Gaumont fue demolido y se construyó en el mismo sitio el edificio actual. En 1995, el inmueble fue intervenido y se lo dividió en tres salas, manteniéndose la más grande en la planta baja. Y en 2003, el Gaumont fue incluido en los complejos que integran el Circuito Espacios Incaa con la idea de garantizar la exhibición de películas argentinas.

“Nosotros estábamos pagando un alquiler por esta sala, así que ahora ya no, invertimos este dinero, pero la propiedad pasa a ser del Estado nacional”, indica Mazure, para quien la compra del Gaumont “significa la protección del cine, la protección del patrimonio cultural y edilicio de la ciudad de Buenos Aires”. Además de la exhibición del cine nacional, en el Gaumont se desarrollan las funciones del Cine Club Núcleo y la Semana de Cine Europeo que programa el delegado general del Festival de Cannes, Thierry Frémaux. Respecto de si tiene pensado hacer más ciclos, la funcionaria considera que “hay tantos estrenos, a los que tenemos que darles lugar, que resulta complicado lo de los ciclos”. Y agrega: “Estamos trabajando muy fuerte con los vecinos de los barrios de la ciudad de Buenos Aires para ver si podemos recuperar alguna sala más. También estamos hablando con los dueños del nuevo Arte Multiplex Belgrano porque esperamos tener ahí un Espacio Incaa, que una de las salas sea Espacio Incaa”.

Mazure entiende que “por una razón u otra, el Gaumont siempre resultó la sala emblemática y tiene que ver con todo el programa que nosotros estamos llevando adelante para resolver el problema de la exhibición en el país”. En ese sentido, explica el trabajo que se está desarrollando con las provincias y los municipios para recuperar salas, muchas de las cuales se han concretado. “Estamos ahora con el programa de digitalización de estas salas para que tengan equipamiento de última generación en 3D; también el sonido y las pantallas para que se vuelvan salas competitivas. Estamos en un convenio con Arsat para equipar y digitalizar 150 salas en todo el país. Las 50 primeras estarán digitalizadas en los próximos seis meses, que son los Espacios Incaa”, anticipa Mazure. También resalta que actualmente el Incaa está trabajando con el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) “dando créditos para la digitalización de las salas comerciales. Ya hay más de 200 salas que presentaron su pedido de crédito al Banco BICE y se están empezando a otorgar esos créditos. Así que creemos que cuando todo esté digitalizado, con ayuda del Estado (porque en este caso a algunas de las salas comerciales les vamos a dar subsidio de tasa) la exhibición tomará un camino interesante”, considera Mazure.

La presidenta del Instituto sostiene que los Espacios Incaa del país tienen diferentes propietarios. En algunos casos, son de los municipios; en otros, son sociedades españolas, francesas, italianas, y en otros pertenecen a ONG o a privados. “Nosotros generamos redes programadoras porque lo que hacemos con esas salas es darles el equipamiento y programarlas. Y también estamos, en este momento, en una red programadora de salas digitales del Mercosur con Brasil, Paraguay, Uruguay y ahora se agregó Venezuela. Es muy interesante este trabajo. El Gaumont es la punta de lanza o el lugar emblemático donde empiezan los programas y después se difunden no sólo ahora al territorio nacional, sino también a nivel regional”, considera la funcionaria. Respecto de si hay una idea de comprar más salas, Mazure admite: “Ojalá pudiéramos. Lo estamos viendo. En otro convenio del que hicimos por digitalización de salas con el Banco BICE, estamos viendo la posibilidad de que también haya créditos para la apertura de nuevas salas. Y estamos trabajando mucho con los vecinos de la ciudad para ver cómo podemos resolver la reapertura de algunas de esas salas. Antes de la reapertura hay que resolver la compra. Estamos intentándolo”, asegura.

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