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Jueves, 11 de julio de 2013
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UNA PELICULA INUSUAL, MAGNIFICA E HIPNOTICA

Laberinto de luces y sombras

Post tenebras lux est谩 filmada con una exquisitez formal y una potencia narrativa tal que es una tentaci贸n ponerse a describir en detalle cada una de las escenas que la componen. Un relato signado por la culpa, en donde el deseo es el motor de la acci贸n.

Por Juan Pablo Cinelli
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Reygadas se asoma al abismo social de un pa铆s que responde antes a un orden de castas que de clases.

Atardece y una nena de no m谩s de dos a帽os corre sola por el campo. No se trata del campo pampeano, porque hay monta帽as con bosques densos, que interrumpen y enmarcan el plano. Ese detalle vuelve a la escena 鈥揻ilmada en el infrecuente formato de 4:3, con una lente biselada que provoca un efecto de duplicaci贸n circular en la periferia del cuadro鈥 inesperadamente opresiva, agoraf贸bica. M谩s all谩 de eso no hay diferencias: hay vacas, perros, y caballos que corren y que a su vez son corridos por los perros que ladran y les lanzan tarascones. La nena camina entre los animales y va nombrando en su embrionaria lengua todo lo que ve: vaca, caballo, perro... Pero tambi茅n dice mam谩, pap谩, Eleazar, mientras mira 鈥搉o mucho, pero lo hace鈥 a algo o alguien que permanece fuera de campo: 驴realmente est谩 sola? El cielo enrojece, cae la noche, se acerca una tormenta y ella sigue ah铆, entre animales que le son enormes pero no ajenos y parece feliz. En la oscuridad los rayos recortan su silueta contra el cielo, mientras su voz se pierde entre los truenos. Despacio, de a una, sobre el fondo negro van apareciendo las tres palabras que componen el t铆tulo del opus cuatro del mexicano Carlos Reygadas: no hay forma de que una pel铆cula pueda empezar de manera m谩s conmovedora y sutilmente intimidante.

Post tenebras lux est谩 filmada con una exquisitez formal y una potencia narrativa tal que es una tentaci贸n ponerse a describir en detalle cada una de las escenas que la componen. Sin embargo ese trabajo representar铆a el camino f谩cil, mucho menos arduo que intentar realizar una sinopsis eficiente de ella. Del mismo modo en que es m谩s c贸modo intentar reducir su estructura dram谩tica a la categor铆a de 鈥渆xperiencia on铆rica鈥, que buscar al menos una l铆nea de sentido para su imbricada red de textos cinematogr谩ficos. No es que est茅 mal pensarla como una pesadilla recurrente y c铆clica, porque sin dudas tambi茅n es eso. La clave reside justamente ah铆: en su inabarcable arquitectura cinematogr谩fica.

La pel铆cula expone de manera central, pero no lineal, momentos de la historia familiar de Juan, Natalia y sus hijitos Eleazar y Ruth (la nena del comienzo). Luego de un despertar id铆lico, Juan muestra signos claros de un temperamento bipolar, capaz de ser un padre amoroso pero tambi茅n el m谩s brutal inquisidor. La familia se ha mudado al campo en busca de una paz y un equilibrio que, sin embargo, Juan no consigue encontrar. Luego de un perturbador e inexplicable arranque de violencia contra una de sus perras, 茅l asiste al grupo de Alcoh贸licos An贸nimos que sus vecinos pobres sostienen en un rancho de chapa y cart贸n, y confesar谩 su adicci贸n a la pornograf铆a virtual. Tambi茅n se ver谩 a Juan y a su familia en una fiesta de la aristocracia mexicana m谩s rancia, en donde una abuela reparte sobrecitos con d贸lares entre sus nietos, dese谩ndoles un feliz destino de empresarios. O se ver谩 a Juan y Natalia en una org铆a ritual que se lleva a cabo en unas catacumbas ubicadas en alguna parte de la Europa franc贸fona y en la cual nadie parece conectar demasiado con los otros; o sosteniendo una tensa discusi贸n sotto voce que apenas es capaz de contener la evidente violencia que en ella subyace. Pero en Post tenebras lux tambi茅n hay lugar para mucho m谩s que una saga familiar. Hay un diablo definitivamente macho, rojo y fluorescente, que por las noches se cuela en las casas con su cajita de herramientas para hacer su trabajo. Un le帽ador muy sociable que abandon贸 a su familia y un terrateniente que detesta a la suya y para quien tumbar un 谩rbol tiene el mismo peso simb贸lico que la cabeza de caballo en El padrino.

Reygadas construye un laberinto dispuesto en forma de vi帽etas intercaladas, una encrucijada que revela diferentes caminos pasibles de ser encadenados. Los abismos sociales de un pa铆s que responde antes a un orden de castas que de clases. Un relato signado por la culpa y una mirada m谩s bien moral que 茅tica, en donde el mero deseo es el motor de la acci贸n. La escena de la org铆a es evidente respecto de esa tensi贸n entre deseo y culpa que la pel铆cula nunca consigue resolver, y que acaba en regulares estallidos de violencia. Una violencia que tambi茅n puede provenir del choque cultural que da origen al M茅xico actual, entre el mundo occidental y cristiano contra ese otro, original y ancestral. Un choque en donde el sacrifico humano, tan caro a ambas culturas, parece ser el punto de impacto. Post tenebras lux es una pel铆cula inusual, magn铆fica y a la vez despreciable e hipn贸tica, digna de un director que no acostumbra hacerle las cosas f谩ciles a espectadores c贸modos o caprichosos. Por supuesto que se le puede volver a achacar a Reygadas el pecado de saberse virtuoso y no disimularlo. Pero esa profusi贸n de virtuosismo no es sino otra de las m谩scaras que el exceso se calza aqu铆 para salir a escena. Al final, ser谩 la tierra la que se ti帽a de rojo, cerrando un ciclo que se abrir谩 de nuevo, igual que la noche sucede al d铆a y la luz s贸lo nace en la oscuridad.

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