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Jueves, 12 de septiembre de 2013
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Comienza hoy la Semana de Cine Vietnamita en el Gaumont

La guerra y la paz en pantalla

Hasta el próximo miércoles se podrá husmear en una filmografía prácticamente desconocida en la Argentina, con siete títulos que muestran la evolución desde los momentos del conflicto con Estados Unidos hasta el presente.

Por Ezequiel Boetti
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“Le ofrecemos al público lecturas que muestren que lo fundamental es amar la paz”, dice Thanh Xuan.

La de Vietnam es la historia de un David tumbando la prepotencia colonialista no de uno sino de tres Goliat. Sometido a los mandatos franceses desde mediados del siglo XIX hasta 1954, con un breve lapso japonés durante la Segunda Guerra Mundial, el país del sudeste asiático se apropió de la máxima de Winston Churchill haciendo del proceso emancipador un derrotero de sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas. Desalojadas las fuerzas europeas y las del Sol Naciente, y con el país ya dividido en dos, Estados Unidos metió las narices en la sinrazón de una guerra para colmo ajena. En 1973, las imágenes de sus helicópteros huyendo despavoridos de Saigón simbolizaron la inminencia del desenlace. Era el principio de un fin cuyos coletazos se extenderían hasta 1975, cuando la caída de la capital sureña marcaría un punto final definitivo. La contienda legó un tendal irreparable de heridas físicas y emocionales en los supervivientes, además de una nación en ruinas (Estados Unidos tiró más bombas allí que en toda la Segunda Guerra Mundial), pero también el placer inconmensurable de la independencia.

Ante esto, el cine, siempre atento a su contexto, sirvió de barómetro de los diferentes estadios emocionales de la sociedad que lo genera. “Nuestras películas siempre acompañaron los hechos históricos del país. Desde que se fundó el Departamento de Cine en el Ministerio de Información, las películas mostraron qué pasaba en el país, tratando de ser lo más fieles posible a las alegrías y tristezas de nuestro pueblo”, afirma el agregado cultural de la Embajada de Vietnam en la Argentina, Le Thanh Xuan. Las siete películas que componen la Semana de Cine Vietnamita, que se realizará desde hoy y hasta el próximo miércoles, siempre a las 19, en el Espacio Incaa Km 0 Gaumont (Rivadavia 1635), serán una buena oportunidad para husmear en una filmografía prácticamente desconocida en estos pagos.

Permitirá, además, aproximarse desde otra óptica a las consecuencias de una herida que aún supura tristeza por el pasado, pero también esperanza ante un futuro mejor. “La idea es marcar la evolución de nuestro cine desde los momentos más difíciles hasta hoy, con los problemas, alegrías y expectativas de la sociedad. Las siete películas muestran los aspectos que forman parte de nuestra identidad, como por ejemplo la guerra, la búsqueda de paz, la diversidad étnica y la vida de los campesinos, que son nuestros héroes desde que encabezaron las luchas de resistencia. Queremos que el pueblo argentino entienda, comprenda y comparta nuestra historia tan larga de lucha y sobrevivencia”, agrega el funcionario.

Reflexión en pantalla grande

Realizado en el marco de una serie de actividades organizadas por la Secretaría de la Cultura de la Nación con motivo de la celebración del 40º aniversario de las relaciones bilaterales de Vietnam con la Argentina, el ciclo comenzará este jueves con Paseriforme, de Nguyen Van Thong, que narra la historia de un pescador y su hija, ambos frecuentes colaboradores de la revolución durante la ocupación francesa. Dos días después será el turno de La niña de Hanoi, de Hai Ninh, cuyo eje está en la vida cotidiana en Hanoi en la etapa crepuscular de la contienda con los norteamericanos visto a través de una niña que pierde a toda su familia durante un bombardeo. Ambos films están fechados en 1962 y 1972, respectivamente, encuadrándose así en dos puntos clave de la contienda bélica.

“Entre los ’50 y ’70, en pleno conflicto, los medios internacionales se ocuparon de Vietnam, pero no sobre la base de lo real. Muchos entendieron mal las causas de la revolución por la campaña mediática hecha por los países enemigos, por lo tanto el cine era uno de los pocos medios de comunicación con los que tratábamos de reflejar objetivamente la situación bélica. En los primeros años, este cine de guerra funcionaba como instrumento de estímulo para que el pueblo siguiera luchando por la paz y la soberanía, y también para mantener el ánimo en alto de los soldados. Los periodistas y los cineastas aprovecharon los campos de batalla para filmar, así que no había muchas posibilidades de deformar la realidad. Para nosotros era un gran orgullo ver esas películas”, explica Thanh Xuan. Entre medio de ellas se verá Campo desierto (1979), en la que el documentalista Nguyen Hong Sen retrata la cotidianeidad de una pareja que debe mantener las líneas de comunicación militar con un pequeño hijo a cuestas.

Años después de la unificación de ambos países, y mientras el Partido Comunista gobernante comenzaba a adaptarse a la nueva coyuntura socioeconómica global tomando una serie de medidas para abrirse a los mercados internacionales, las películas “tuvieron que cambiar su forma para mostrar lo más fielmente posible la situación del país”, según dice el agregado cultural. “En ese momento era necesario reflejar las secuelas del conflicto con mayor madurez porque se podía ver lo que había pasado con más tranquilidad. Desde la apertura económica de 1986, el cine fue ampliando los temas de reflexión, su presencia cultural en todo el pueblo y su fama en los distintos países del bloque socialista”, completa. Uno de esos cineastas con cierto reconocimiento internacional es Dang Nhat Minh, de quien se verán tres películas. La primera de ellas, agendada para el domingo, es Octubre, ¿cuándo vendrás?, que sigue a una mujer que vuelve a su casa dispuesta a ocultarles a sus amigos y parientes, entre ellos su suegro, la muerte de su marido. Al otro día será el turno de la relación entre tres personajes atravesados por los recuerdos y la nostalgia de la tierra natal en Extrañando la campiña, mientras que el martes se proyectará La historia de Pao. Opera prima del veterano actor Ngo Quang Hai, el film se centra en la chica del título, quien debe ir en búsqueda de la mujer que la crió ante una supuesta desaparición.

El cierre estará a cargo del tercer film de Nhat Minh programado en el ciclo, No quemar. La historia está basada en el diario de una doctora de Hanoi asesinada por las fuerzas estadounidenses. Ese diario fue encontrado por un soldado norteamericano en una operación de rastrillaje, quien lo conservaría durante más de treinta años hasta finalmente entregárselo a la familia de la víctima en 2005. El espíritu conciliador de la película describe la parábola propuesta por el corpus de la muestra. Al fin y al cabo, y tal como dice Thanh Xuan, ahora el eje no está en el estímulo de una lucha libertadora ya finalizada, sino en tratar “ofrecerle al público distintas lecturas que muestren que lo fundamental es amar la paz”.

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