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Sábado, 14 de septiembre de 2013
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HOY COMIENZA UN NUEVO FESTIVAL DE DOCUMENTALES EN LA CIUDAD

Un encuentro con distintas formas de narrar el mundo

A lo largo de nueve días, el Festival Internacional de Cine Documental de Buenos Aires (Fidba) presentará estrenos de primera línea, retrospectivas, cursos, seminarios y masterclasses. Hoy se inician las actividades del llamado Fidba Campus.

Por Horacio Bernades
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Boxing Club, de Víctor Cruz, participa de la competencia argentina.

A partir de hoy, la ciudad de Buenos Aires no tendrá un festival de documentales de punta, sino dos. Al ya tradicional, consagrado y prestigioso DocBuenosAires, que el mes próximo celebrará su 13ª edición, se suma ahora el Festival Internacional de Cine Documental de Buenos Aires (Fidba), que presentará, a lo largo de nueve días, estrenos de primera línea, retrospectivas, invitados internacionales, cursos, seminarios y masterclasses. Con Mario Durrieu como director artístico y Walter Tiepelmann como director de Programación, entre sus apoyos oficiales el Fidba cuenta con los de la Secretaría de Cultura, el Incaa y el Ministerio de Relaciones Exteriores, así como de varios festivales internacionales dedicados al rubro. Hoy se inician las actividades del llamado Fidba Campus y el miércoles 18 arrancan el Fidba Forum, el Fidba Labs y la programación del festival, que se desplegará en el Centro Cultural San Martín, los Espacios Incaa, el Centro Cultural para la Memoria Haroldo Conti, el cine Cosmos-UBA y el Museo del Libro y de la Lengua, dependiente de la Biblioteca Nacional. Todo ello, hasta el domingo 22 de septiembre y sumando casi cien películas en total.

“Si va a haber dos festivales de documentales, ¿no sería preferible que no se encimaran?”, preguntará el lector y no le faltará razón. Un centenar de documentales en septiembre y una cifra semejante un mes más tarde no parece la repartición más racional en relación con el calendario anual. Pero alguien decía que lo óptimo es enemigo de lo posible, y lo posible habrá sido organizar el Fidba para esta fecha. Lo cierto es que, en los papeles al menos, este nuevo festival de documentales –que, a diferencia del DocBuenosAires, muestra no competitiva, presenta no una sino tres competencias, con treinta películas en total– pinta de sumo interés. De modo semejante al Festival de Mar del Plata, las tres competencias del Fidba serán una internacional, integrada por catorce títulos; una iberoamericana, con ocho concursantes, y una argentina, con seis competidoras. Entre las paralelas, tres retrospectivas (hermanos Heymann, Lech Kowalski y Kim Longinotto) y una serie de focos, que le harán lugar no sólo a representantes estrictos del cine de lo real, sino a toda clase de cruces, desde el ensayo hasta las artes performáticas, pasando por la ficción y el videoarte.

Documentales que sean cine

“El festival aspira a poner en cuestión una cierta idea de ‘lo documental’ que se vincula con un cine de urgencia, despreocupado por la forma y el uso de los recursos con que el documental contaba, apropiados y banalizados por ese monstruo que es la televisión. CNN dice que un reportaje es un documental, Discovery o, peor aún, un reportaje en un noticiero se convirtieron, de la mano de la crisis del periodismo, en ‘documentales’.” El que habla es Walter Tiepelmann, director de programación del Fidba, formado en la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, una de las instituciones de punta del documental de creación en el mundo entero. “La palabra cine, que antes iba siempre antes de la palabra documental, fue borrada, y la identidad de éste se volvió difusa”, completa Tiepelmann.

“Quizá fue ese proceso de apropiación el que produjo como respuesta, no sólo a nivel local, que muchos de los cineastas más novedosos, provocadores y creativos se vieran atraídos por la búsqueda de nuevas formas de narrar el mundo, desde su propia mirada. El punto de vista, la enunciación del yo, el recorte que cada uno de los realizadores que participan del Fidba practica en sus películas son una clara muestra de esto. Por eso los elegimos.” Entre los elegidos, el camboyano Rithy Panh, por poner un ejemplo. Ampliamente conocido en la Argentina gracias al Bafici y al propio DocBuenosAires, el tema obsesionante de Panh es el exterminio cometido en su país por el Khmer Rouge y sobre todo su líder, Pol Pot, en la segunda mitad de los ’70. Sobre ese tema gira su obra casi por completo, tal como demuestra su opus magnum hasta la fecha, S-21, la máquina roja de matar, vista en la edición 2004 del Bafici. The Missing Picture, el film más reciente de Panh, ganador de la sección Un Certain Regard en la última edición de Cannes, no es la excepción.

Lo novedoso es que esta vez Panh, ilustrando esa búsqueda de los programadores del Fidba por fomentar los cruces estéticos y disciplinarios, yuxtaponga el material de archivo con su propia voz en off y ésta con figuras de plastilina, que le sirven para poner en escena la historia de su país. The Missing Picture (o L’image manquante, según el idioma que se elija para designarla) será la encargada para inaugurar el Ficdba, el miércoles 18, a las 20, en una de las salas del Bajoplaza del Centro Cultural San Martín.

Competencias

El de Rithy Panh no es, por cierto, el único nombre conocido que presentará la programación del Fidba. En Competencia Internacional aparecen varios habitués del Bafici, del Festival de Mar del Plata y del DocBuenosAires, como el polaco (con residencia en Nueva York y París) Lech Kowalski, el chileno José Luis Torres Leiva y la británica Kim Longinotto. Todos ellos compiten, como es obvio, con sus films más recientes.

De los seis participantes de la Competencia Argentina, cuatro cuentan con antecedentes. Tal vez la más reputada montajista del campo documental (editó Los próximos pasados, Café de los Maestros, Fotografías y La chica del sur, entre otras), luego de su ópera prima en la realización, El tiempo y la sangre (2004), Alejandra Almirón vuelve a abordar los años ’70 de forma sesgada. En Equipo verde, sus recuerdos del secundario la reconectan con las luchas políticas de la época. Con Unidad 25 (2008), Alejo Hoijman se hizo un nombre dentro del documental. En El ojo del tiburón da un paso más en términos de pura observación, dejando que su cámara siga los pasos de dos chicos del Caribe nicaragüense. Después de participar del rodaje de La noche de las cámaras despiertas (2002) e incursionar con solidez en el cine de ficción con El perseguidor (2009), Víctor Cruz filma, en Boxing Club, el día a día de los aspirantes a zafar a base de jabs y directos al plexo. En Huellas, Miguel Colombo viaja hacia el lejano noroeste, en busca de cierto secreto cuidadosamente enterrado por su propia familia, encontrando uno peor.

El resto es material a descubrir. Como debe ser en todo festival que se pretenda de avanzada. Parece sensato prestarle atención, en la Competencia Internacional, a Agora que?, donde Joaquim Pinto escribe el diario de su tratamiento contra el VIH, durante un año; Los aparecidos, de Andreas Bolm, sobre la vejez de una pareja de ex hippies rurales; Time Goes By Like a Roaring Lion, donde Philipp Hartman deja constancia de su “cronofobia” o terror al paso del tiempo; Temperature at Night, donde el taiwanés Huang Yin-Yu recuerda las relaciones homosexuales que sostuvo durante su servicio militar. Las meras sinopsis ratifican a la primera persona como uno de los protagonistas centrales del documental contemporáneo y de esta primera edición del Fidba. En la Competencia Iberoamericana, El alcalde aborda la guerra de narcocarteles que tiñe de rojo al México contemporáneo; la española Dios sabe, las secuelas de dos terremotos que asolaron la pequeña aldea de Lorca; la ecuatoriana Y en el centro de la tierra había fuego, el encuentro entre una nonagenaria exiliada del nazismo y el realizador, cuyo abuelo fue nazi, y En busca de un lugar común, la vida cotidiana en la favela de Rocinha, una de las más gigantescas de Río de Janeiro.

Retros

Protagonistas de una de las tres retrospectivas que presenta la primera edición del Fidba, los hermanos Barak y Tomer Heymann relacionan sin cesar, a lo largo de una obra enteramente dedicada al pasado y presente de Israel, lo macro y lo micro, lo general y lo particular. Bridge over the Wadi (2006) deja constancia de la experiencia, por parte de un grupo de padres árabes y judíos, de llevar adelante una escuela binacional y bilingüe para sus hijos. Paper Dolls (2006) explora por dentro una comunidad de travestis filipinos, ilegalmente radicados en Israel. I Shot My Love (2010) testimonia el viaje de Tomer Heymann a Alemania, setenta años después de que su abuelo huyera de allí, y su relación con un hombre (alemán) del que se enamora. En The Queen Has No Crown (2011), la familia Heymann discute la decisión de tres de los hijos de dejar Israel para radicarse en Estados Unidos, mientras que Life in Stills, del mismo año, narra el viaje de una mujer casi centenaria y su nieto, en procura de salvar un archivo de fotos que documenta la historia reciente de Israel.

The Missing Picture, del camboyano Rithy Panh, será la película de apertura..

De la realizadora británica Kim Longinotto se había visto, en alguna edición del Bafici, Sisters in Law (2005), sobre una jueza camerunesa, especializada en casos de adulterio y violencia familiar. Viajera irreductible, Longinotto presta particular atención a la situación de mujeres desfavorecidas, en los rincones más desprotegidos del globo. Así lo testimonian los cuatro films que integran la retro (gratuita, conviene destacar) que el Fidba la dedica. Tanto como su obra más reciente, que será parte de la Competencia Internacional. La retro se compone de Divorce Iranian Style (1998), que bien podría verse como precedente documental de la reciente La separación, Runaway (2001), sobre chicas fugitivas de sus familias, encerradas en un refugio iraní; The Day I Will Never Forget (2002), sobre el tema de la ablación clitoridiana en Kenia, y La revolución de los saris rosas (2011), sobre un grupo femenino que en la India se rebela contra la práctica los matrimonios forzados. En Competencia Internacional se presentará Salma (2013), sobre una joven musulmana que huyendo del mandato familiar y social llegó a ser la poeta más conocida de Tamil, en la India.

Finalmente, Lech Kowalski, con minirretro de dos películas y una tercera en Competencia Internacional. Iniciado en el cine porno y con varios documentales dedicados al punk y pospunk, de él se verán dos de las películas de una trilogía a la que puso por nombre “Wild, Wild East”. La primera es The Boot Factory (2000), sobre tres chicos punk de Cracovia, cuyas convicciones anárquicas son puestas en cuestión cuando a su fábrica casera de botas empieza a irle peligrosamente bien. La segunda, East of Paradise (2005), ganó el León al Mejor Documental en el Festival de Venecia y trata un poco sobre la mamá del realizador (incluyendo su deportación a Siberia) y otro poco sobre las experiencias del propio Lech en la Nueva York de los ’70 y ’80. La que Kowalski presenta en Competencia Internacional es Drill Baby Drill (2013), sobre la resistencia de vecinos de un pequeño pueblo polaco a... la instalación de una planta de gas, por parte de la empresa Chevron.

Focos

El irrefrenable ascenso del cine chileno se verá reflejado en dos focos del Fidba. Uno de ellos lleva por nombre “Chile íntimo”, también será con entrada gratuita y está integrado por cuatro películas, una de ellas del propio Torres Leiva (que se hará presente en el festival, además). Tal como el título indica, las cuatro abordan, desde distintas perspectivas, la temática familiar. El otro foco es el dedicado a los realizadores Bettina Perut e Iván Osnovikoff, homenajeados también en una de las últimas ediciones del Bafici y presentes aquí con tres películas de forma y estilos bien distintos. El astuto mono Pinochet contra la Moneda de los cerdos (2004) reconstruye el golpe de 1973 mediante representaciones hechas por niños. Con sus imágenes fragmentarias y discontinuas, Noticias (2009) está más cerca de lo experimental-sensorial que del documental stricto sensu, mientras que La muerte de Pinochet (2011) reconstruye ese episodio histórico a través de un puñado de testimonios. Los propios Perut y Osnovikoff presentarán las funciones.

Entre los restantes focos del Fidba habrá uno integrado por una selección de cortos procedentes de los Rencontres Internationales Paris/Madrid/Berlin, también con entrada gratuita e incluyendo uno de Apichatpong Weerasethakul. Otro compacto compilado de cortos compone el foco UnionDocs, dedicado al grupo homónimo de cineastas estadounidenses, que apuntan a imbricar lo político y lo experimental. Otra organización con un programa cinematográfico y político, dirigido en este caso a la visibilización de mujeres cineastas, es Women Make Movies, que existe desde hace cuarenta años y traerá al Fidba cuatro films. Uno de ellos, Rachel (2009), lleva la firma de Simona Bitton, realizadora de la recordada El muro (2004), sobre la empalizada construida en Israel para dejar fuera a los palestinos. Videobrasil presenta, a su turno, una breve selección de trabajos producidos en el seno de la asociación cultural homónima, que cumple treinta años de existencia. Entre las actividades especiales es de destacar la presentación de la videoinstalación La muerte trabajando, obra del destacado Lois Patiño, que se expondrá a partir del miércoles 18 en el Centro Cultural San Martín.

* Detalle completo de programación, actividades paralelas, grilla, sedes y venta de entradas en www.fidba.com.ar

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