Imprimir|Regresar a la nota
Sábado, 9 de noviembre de 2013
logo espectaculos
ENTREVISTA A KRIS PEARN Y CODY CAMERON, DIRECTORES DE LLUVIA DE HAMBURGUESAS 2

“Amamos la animación tradicional”

Aunque son veteranos de la animación, con la segunda parte de la saga debutaron al comando de una producción para la pantalla grande. El film, cuyo subtítulo es La venganza de las sobras, se estrenó el jueves pasado en la cartelera porteña.

Por Ezequiel Boetti
“Esta película habla de a quiénes pertenece la comida en el mundo”, dicen Pearn y Cameron.

Parecen distintos, pero se complementan a la perfección. Kris Pearn responde con seriedad. Cody Cameron, en cambio, tiene la punta de la lengua siempre cargada con una chanza a su compañero. La velocidad supersónica de la verba de ambos encuentra su germen en el entusiasmo por la presentación de Lluvia de hamburguesas 2: La venganza de las sobras, debut de los veteranos animadores al comando de una producción para la pantalla grande (el segundo había dirigido Open season 3 para el mercado hogareño), que llegó a la cartelera argentina el último jueves. Si bien es inferior a su predecesor, el film mantiene inalterable su voluntad de realizar una operatoria similar a la de Toy Story con los juguetes, poniendo objetos inanimados al servicio de un mundo vívido, palpable e imperado por una lógica surgida de las particularidades de una inventiva coherente y nunca caprichosa.

La historia comienza justo después del desenlace de la que inició la saga, con el joven Flint haciendo un breve racconto de lo ocurrido hasta entonces. Esto es, la invención de una máquina capaz de convertir agua en comida, el posterior descontrol de la tecnología y el flirteo devenido affaire con la bonita heroína de turno, una meteoróloga tanto o más nerd que él. Justo después de prometerse que construirán un laboratorio juntos, aparecerá en escena un maquiavélico científico gastronómico con la firme decisión de reclutar al joven talento. Claro que sus intereses son mucho menos nobles que lo que aparentan. “Me parece que la primera trataba de los norteamericanos como integrantes de una sociedad consumista. Acá se habla de a quiénes pertenece la comida en el mundo. Eso nos abrió todo un espectro nuevo para trabajar, encarnado principalmente en el personaje Chester V, que tiene como único objetivo ganar dinero lucrando con las necesidades de los demás”, afirma Pearn, quien ya había trabajado en el equipo técnico de Reyes de las olas y Amigos salvajes, entre otras.

–Si bien ambos estuvieron involucrados en el desarrollo artístico de la primera película, la dirección no recayó en ustedes sino en Phil Lord y Chris Miller. ¿Les resultó complejo asumir el mando?

Kris Pearn: –No fue difícil ya que decidimos dejarlo fluir. Trabajamos con mucha gente que habíamos llegado a conocer muy bien por la cantidad de tiempo compartido en el desarrollo de la primera película. Hay que tener en cuenta que ese proceso nos había llevado más de cuatro años, y éste casi tres y medio. Hubo también muchas conversaciones entre los dos proyectos, lo que nos dio la oportunidad de implementar muchos monstruos y elementos que habían quedado afuera.

–Un detalle particular del film es la forma caricaturesca de los personajes, algo que va en contra de gran parte de la animación digital, que suele tender a la búsqueda de realismo. ¿Por qué decidieron hacerlo de esa forma?

K. P.: –Para Lluvia de hamburguesas habíamos prestado mucha atención a Los Muppets y aquí, después de muchas conversaciones, decidimos seguir con ese estilo. Teníamos los mismos directores de animación, por lo que no había motivos para no mantenernos fieles en ese aspecto.

Cody Cameron: –Creo que eso se da porque ambos venimos del mundo de la animación tradicional y nos interesa aprovechar las posibilidades físicas de esa disciplina. Ese origen también hace que los dos tengamos muy incorporado el amor por el lápiz y el papel, más allá del respeto por la computadora y todas las facilidades que genera.

–Pasaron cuatro años desde el primer film, lo que es casi una eternidad en términos de tecnología digital. ¿De qué manera esos avances permitieron incluir nuevos elementos en la animación?

K. P.: –Si se mira con atención, hay algunos detalles particulares en las escenas grupales. Es muy caro hacer personajes nuevos en la animación digital, entonces creamos cinco tipos de cuerpos para mujeres y cinco para hombres, y después los fusionamos para crear miles de personajes distintos. Se forma un mundo visualmente muy rico.

C. C.: –La computadora funciona de un modo automático, pero cuando se aplica el 3D se ve que los personajes se “aplastan” y se hacen más planos, lo que da por momentos una imagen parecida a una pintura, que era lo que nosotros estábamos buscando.

–En ese sentido, aquí se aprovecha el 3D para crear una profundidad de campo en lugar de intentar “salirse” de la pantalla. ¿Cómo trabajaron ese aspecto?

C. C.: –Tuvimos un largo proceso. En principio, hicimos mucho trabajo de composición de imágenes. Nuestra filosofía era trabajarlas como si estuviéramos dentro de una caja de zapatos, con todo un marco negro alrededor, un centro iluminado con la escena y pocos momentos en que la acción “saliera” de la pantalla. Fuimos muy cuidadosos en ese sentido para no generar dolores de cabeza. Sé que los anteojos son muy incómodos, pero buscamos que el público estuviera confortable mientras veía la película. El encargado del 3D trabajó cuadro por cuadro, así que podemos decir que el resultado está muy cuidado en ese sentido.

–En los créditos iniciales se lee que Lluvia de hamburguesas 2 es una película “hecha por muchas personas”. Suele ser un gesto poco usual en Hollywood el reconocer el trabajo grupal.

K. P.: –Es que realmente fue así. A algunos directores les gusta poner “una película de”, pero acá hubo colaboraciones de tantas personas que nos parecía una injusticia dejarlas de lado.

C. C.: –También lo hicimos porque era nuestra primera película. Quizá la segunda sea solamente nuestra.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.