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Martes, 24 de junio de 2014
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Entrevista a Carmen Guarini e Inés de Oliveira Cézar

Un cambio que no se detiene

Las dos cineastas coordinan el ciclo “Mujeres detrás de la cámara”, de la entidad Directores Argentinos Cinematográficos. Ambas afirman que, si bien ahora sus congéneres pueden acceder más fácilmente a la dirección, las decisiones todavía están en manos masculinas.

Por Oscar Ranzani
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En los encuentros coordinados por Guarini y De Oliveira Cézar se analiza la obra de las invitadas.

La entidad Directores Argentinos Cinematográficos (DAC) inició hace dos años una serie de encuentros de cineastas con el público. El primero que se concretó fue sobre géneros cinematográficos, y el segundo estuvo enfocado específicamente sobre realizadores. “Generalmente venía dándose una presencia mayormente masculina. Entonces decidimos este año hacer un ciclo con directoras, además por el enorme crecimiento de las mujeres en el cine”, cuenta Carmen Guarini, coordinadora junto a Inés de Oliveira Cézar de “Mujeres detrás de la cámara”, la tercera edición de encuentros con profesionales del cine. Presentado por DAC los últimos miércoles de cada mes, el ciclo comenzó en abril y continuará hasta noviembre. El próximo encuentro contará con la presencia de la cineasta Anahí Berneri –que hace unas semanas estrenó su cuarto film, Aire libre– y se llevará a cabo mañana a las 19 en el Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543). Berneri será entrevistada por la periodista María Iribarren. La entrada es gratuita y aquellos que estén interesados, pero no puedan concurrir, podrán seguir la transmisión en vivo por Internet a través de www.directoresav.com.ar

En cuanto a los criterios que tuvieron en cuenta para convocar a las cineastas, Guarini destaca que este primer año decidieron invitar a “directoras que tienen películas realizadas y que, además, están ahora en plena actividad estrenando y también de cara a nuevos proyectos”. Pero la idea es continuar el año próximo con el resto, porque hay muchas cineastas en condiciones de participar. “Nos parece importante enfatizar esta presencia de la mujer que está tan poco visibilizada, y creo que tiene que ver con que, en general, el mundo de las decisiones pasa por una mirada más masculina, aun dentro del cine”, analiza Guarini en la entrevista con Página/12, de la que también participa De Oliveira Cézar. Guarini aclara que en los encuentros el tema no es el género, ni la mirada femenina. “No son encuentros para debatir la temática de la presencia de la mujer en el cine. Se habla de la obra de cada una. Ellas mismas cuentan sus experiencias y se analizan sus películas. Es muy enriquecedor también para el público, que tiene la oportunidad de intervenir y de preguntar durante estos encuentros.”

–Ambas tienen una sólida trayectoria como cineastas. ¿Cómo era hacer cine para las mujeres cuando ustedes empezaron y cómo es ahora?

Carmen Guarini: –Yo empecé a trabajar en los años ’80, cuando la presencia de la mujer en la dirección de cine era mínima. Recién empezaban algunas directoras a aflorar, aun en el terreno del documental. Incluso el documental era incipiente. Además, en mi caso, por trabajar con un codirector, Marcelo Céspedes, me costó muchísimo más poder tener visibilidad como directora. Y esto era algo que también venía de la crítica cinematográfica, de los periodistas. Entonces fue complejo. Después, esa visibilidad se dio por la prepotencia del trabajo y también porque Marcelo se dedicó más a la producción, y yo continué en la realización. Pero era duro.

Inés de Oliveira Cézar: –Empecé en los ’90 y también era duro, más para empezar. Para arrancar con una primera película era duro porque estaba todo este mundo de hombres muy instalado en el cine. Era lo que mandaba. Básicamente, los equipos estaban armados por hombres, ya fuera el departamento de producción, la asistencia de dirección... En todos los rubros técnicos había mayoría de hombres. Y casi en el año 2000 todavía era un continente básicamente masculino.

–¿Qué cambios favorecieron esta apertura para las mujeres?

I. de O. C.: –Como dice Carmen, por un lado fue la prepotencia del trabajo porque, de repente, empezamos a ser un montón y esto fue una cosa que, me parece, se impuso de hecho. No es que hubo una habilitación sino que empezó a suceder.

C. G.: –También hay una cuestión que tiene que ver con la modificación tecnológica y con las escuelas de cine.

I. de O. C.: –El avance de la tecnología también mejoró mucho en los rubros técnicos.

C. G.: –Permitió que las mujeres pudieran tener otro acceso y, de a poco, ir entrando también en la realización. Me acuerdo de que antes los lugares para las mujeres eran los de contadora de negativos y vestuarista. Es decir, los roles de la mujer culturalmente dados se desplazaban hacia las áreas técnicas, pero en ciertas áreas no entraban. Poco a poco empezó a haber productoras mujeres, asistentes de producción, guionistas. Pero la realización empezó con mucha fuerza a fines de los ’90.

–Y usted mencionaba recién a las escuelas que fueron una cantera de directoras...

C. G.: –Sí, y siguen siendo una cantera enorme. Lo que pasa es que, si bien hay una presencia en esos niveles, las mujeres a veces no llegan a los niveles de dirección: por ejemplo, en casas de producción, en festivales, en los canales de televisión; es decir, en los lugares de decisión. No llegan a donde hay que decidir económicamente la producción cinematográfica. Esto es algo que se discutió hace poco en Cannes porque hubo un foro sobre la presencia de la mujer en el audiovisual, organizado por una asociación europea de mujeres del audiovisual.

–Desde el punto de vista de la realización, ¿creen que ya hay un espacio consolidado para la mujer en el mundo cinematográfico argentino?

I. de O. C.: –Creo que sí.

C. G.: –Desde la dirección, sí. Ahora, la presencia es una cosa que se sigue peleando, por ejemplo, en los festivales.

I. de O. C.: –Pero hay un reconocimiento, hay un lugar. Me parece que es otro mundo. De diez años atrás a esta parte, el cambio fue enorme.

C. G.: –Podemos contar más de cincuenta mujeres que tienen entre dos y tres largometrajes.

–De acuerdo con sus experiencias en festivales internacionales, ¿cómo notan el panorama en otros países?

C. G.: –En este momento, en América latina están apareciendo muchísimas mujeres cineastas, de Perú, Ecuador, Chile, Uruguay. Creo que es un fenómeno mundial.

I. de O. C.: –Igual, creo que la Argentina fue pionera, fue un modelo fuerte con el tema de la instalación de la mujer como realizadora. En América latina fuimos punta de lanza. Doy clases en la FUC y, del universo de alumnos que tengo en la carrera de dirección, hay muchísimos estudiantes latinoamericanos que vienen de Colombia, Ecuador, Chile; incluso algunos de Europa. Y hay muchísimas mujeres. Hay un enorme continente de mujeres que vienen de diferentes lugares desde hace siete años.

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