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Jueves, 7 de agosto de 2014
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Juntos... pero no tanto, o la espiral descendente de Rob Reiner

Para palmearle la cabeza al espectador

Por Ezequiel Boetti

¿Hasta cuándo le durará a Rob Reiner el rótulo de buen hacedor de comedias? Es cierto que hace treinta años dirigió This is Spinal Tap, hace veinticinco la icónica Cuando Harry conoció a Sally y, a fines del siglo pasado, la menos mediática pero igualmente sólida comedia dramática Nuestro amor, pero desde entonces sus películas circulan –cuando lo hacen, ya que muchas de ellas no han llegado a la cartelera nacional ni al mercado hogareño– sonámbulas, sin alma, aquejadas por una pérdida total de la capacidad para aprehender el zeitgeist de los vínculos emocionales. Es que Reiner parece haber perdido todo: capacidad para el timing, para la sorpresa, para la provocación, para la tomadura de pelo (¿qué otra cosa era Spinal Tap?) y por sobre todo para la creencia humanista en los contornos de un personaje. La consecuencia fue el empantanamiento en una sucesión de películas mediocres (Alex and Emma, Dicen por ahí) más preocupadas por palmearle la cabeza al público con un brío de esperanza meliflua que por robarle cualquier atisbo de una sonrisa. Allí está la crepuscular Antes de partir, anterior estreno comercial en la Argentina de su filmografía.

En esa línea se inscribe Juntos... pero no tanto. Quizá el peor título local en años, es además el punto más bajo de su espiral descendente, aunque debe reconocérsele la instauración de un nuevo subgénero dentro de las comedias geriátricas, como puede ser el de las comedias geriátricas románticas. Protagonizada por un Michael Douglas haciendo por enésima vez de viejoricocascarrabias y por una Diane Keaton cada día más alejada de aquella actriz que supo inspirar los mejores trabajos de Woody Allen, Juntos... tiene en el primero a un agente inmobiliario detestable, pero que en el fondo es pura manteca. ¿Por qué? Porque es viudo, todavía llora a su mujer y está cerrado al amor o algo así. Lo mismo que su vecina, una cantante que lagrimea a moco tendido cada vez que recuerda a su marido fallecido. Los dos inicialmente se odian, pero una de esas vueltas de guión propias de Hollywood (la aparición de una nieta de nueve años, cosa que les pasa a nueve de cada diez espectadores) hará que descubran que son tal para cual, que se amen, vivan felices y coman perdices.

Lo que habrá en el medio es un crowd pleaser erigido sobre los cimientos de una fábula esperanzadora acerca del amor en la tercera edad y las posibilidades de cambio, exhibiendo así la peor faceta del cine, aquella que lo entiende como un mero transmisor de conceptos antes que como la articulación de una cosmovisión, ideología y forma. Poblada por una sucesión de chistes apolillados, Juntos... yerra feo al confundir inocencia con tontería. Nobleza obliga, debe agradecérsele la ausencia de chistes sobre Viagra.

3-JUNTOS... PERO NO TANTO

(And so it goes,

Estados Unidos, 2014).

Dirección: Rob Reiner

Guión: Mark Andrus

Duración: 94 minutos

Intérpretes: Michael Douglas, Diane Keaton, Sterling Jerins

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