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Martes, 25 de noviembre de 2014
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El libro Film Comment, una antología se presenta hoy en el Festival de Mar del Plata

Compromiso con películas y autores

Editado por el Festival a propuesta del crítico español Manuel Yáñez Murillo, el trabajo reúne 30 artículos de 26 plumas que pasaron por la publicación neoyorquina. Entre ellas, las de Andrew Sarris, Jonathan Rosenbaum, Jim Hoberman, Kent Jones y Scott Foundas.

Por Ezequiel Boetti
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Polyester es uno de los films analizados en el capítulo “Made in USA - Autores como nosotros”.
Desde Mar del Plata

@El Festival de Mar del Plata es un viejito piola, moderno y sabio que en 60 años y 29 ediciones aprendió que lo importante no está en la frivolidad de la alfombra roja sino en la exhibición de cientos de películas de todos los modelos narrativos posibles. Pero también que es menester educar la mirada del espectador, facilitándole herramientas favorables al análisis y reflexión de todo aquello que se ve en pantalla. En ese sentido, Mar del Plata será el corolario de un año pletórico de publicaciones dedicadas al cine. Desde proyectos ya comentados en estas páginas (la colectiva Revista de cine, la antología Hacerse la crítica: Pampa bárbara, la revista cordobesa Cinéfilo), pasando por Hacia lo que vendrá. Escritos desde el cine, de Fernando Pujato, y el recién salido del horno Todo lo que necesitás saber sobre cine, de Leonardo D’Espósito, el mundillo editorial aportará una buena dosis de interés a las actividades paralelas con ni más ni menos que ¡quince! presentaciones y charlas alusivas, todas debidamente notificadas en la imprescindible grilla de programación.

Una de ellas se realizará hoy a las 15 en el Punto de Encuentro. Editado por el Festival a partir de un emprendimiento del crítico español Manuel Yáñez Murillo, conocido por la comunidad cinéfila local gracias a sus columnas en el sitio Otroscines.com, Film Comment, una antología aúna 30 artículos de 26 plumas que han pasado por la publicación neoyorquina desde su fundación, en 1962, hasta la actualidad. Plumas que son fundamentales para entender lo ocurrido con la crítica angloparlante durante la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI. ¿Ejemplos? Andrew Sarris (cuyo libro The american cinema es una piedra fundacional del arribo a este lado del Atlántico Norte de la concepción francesa de autorismo), Jonathan Rosenbaum, Jim Hoberman, Kent Jones y Scott Foundas, a quien el año pasado Mar del Plata le dedicó uno de sus libros.

El libro está dividido en cuatro capítulos, cada uno con un objeto de estudio concreto. El primero es “Made in USA - Print the legend” y se centra en el cine clásico (Ford, Hawks, Welles, Lubitsch) y en las formas en que la “crítica estadounidense imprimió, sobre todo en los años ’70, la leyenda de la era dorada de su cinematografía”, tal como afirma el español en el prólogo. Le sigue “Made in USA - Autores como nosotros”, destinado a focalizar en las obras emblemáticas de un conjunto de realizadores contemporáneos (Polyester, Una historia violenta, Moulin Rouge, Mulholland Drive, Bastardos sin gloria). El tercero, “De puertas afuera”, agrupa textos cuyas miradas están centradas en el cine foráneo, dejando entrever así la fascinación ante nombres poco habitués a cuadrar sus obras dentro de los cánones tradicionales de los relatos de la industria norteamericana, como Luis Buñuel, Pedro Costa, Romuald Karmakar o Wong Kar-Wai. En ese sentido, la elección de un orden temático antes que cronológico deja entrever las variaciones sufridas en el cine global, pero sobre todo las mutaciones en la mirada de la crítica ante su emergencia.

“La historia de Film Comment da cuenta de los grandes movimientos de la crítica estadounidense”, afirma Yáñez Murillo ante Página/12, y ejemplifica: “En los años ’70, por ejemplo, se concentró en la reevaluación del cine clásico de Hollywood, para lo cual encontró apoyo en una lectura personal de la Teoría del Autor, importada de Francia. Luego, en los ‘80, se aproximó a la industria sin llegar a perder su sello de identidad: la combinación de rigor analítico y espíritu lúdico. Y, por último, los años ’90 trajeron unos aires de cambio que pasaron por una atención más sistemática al panorama del cine global. Aunque en Film Comment los ‘Nuevo Cine’ europeos de los ’70 y el cine clásico japonés siempre tuvieron reservado un lugar privilegiado, fue a partir de los ’90 cuando lo foráneo pasó a ocupar un lugar central. Eso de la mano de autores como Takeshi Kitano, Wong Kar-Wai, Abbas Kiarostami, Claire Denis, Olivier Assayas, Jia Zhang-ke o Lucrecia Martel. Así fue reajustando sus objetivos de forma más o menos natural, sin brechas o giros demasiado violentos o traumáticos”. La frutilla del postre está a cargo del apartado “Radicales libres”, un salpicado de análisis de géneros, apuntes teóricos, diarios cinéfilos y reflexiones acerca de la crítica.

–En el prólogo usted afirma que la antología “demuestra que la crítica de Estados Unidos no sabe escribir sin pensar en su lector”. ¿A qué se refiere con eso?

–Me refiero sobre todo a que los textos suelen tener un componente lúdico que aspira a interpelar al lector mediante provocaciones, juegos de palabras, retos intelectuales, giros irónicos... Creo que la revista apela continuamente a lo que llamaría una sensibilidad primigenia del espectador de cine, algo que todos podemos compartir en mayor o menor medida. En varios momentos de la historia de la crítica de cine, sobre todo cuando se impusieron ciertos dogmas teóricos, la escritura se volvió ensimismada, proclive al soliloquio ombliguista. Film Comment consiguió esquivar esas tendencias y nunca cayó en las redes de la crítica estructuralista, o en la semiótica o el psicoanálisis. Sus críticos nunca perdieron el compromiso con las películas y sus autores, y de esa manera nunca se alejaron del lector.

–Es sabido que el cine ha tenido enormes cambios en los últimos años, incluso en su mismo formato, que pasó del análogo al digital. ¿De qué forma la revista se fue adaptando?

–A mediados de los ’90, la revista apostó deliberadamente por ampliar su ámbito de trabajo al panorama del cine global. Gavin Smith, el actual editor, entendió que no era viable mantener al cine estadounidense como el único eje vertebrador de la revista, y en su primer número en ese puesto le dio la tapa a Bella tarea, de Claire Denis. En lo referente a las últimas transformaciones del cine, la revista ha dedicado varios artículos al cine digital y también al 3D. Y, en paralelo, Film Comment ha ido ampliando su oferta de material online (www.filmcomment.com). Hace poco más de un año, dos jóvenes miembros del staff (Violet Lucca y Nicolas Rapold) han inyectado nueva vida a la web de la revista publicando críticas de estrenos y columnas semanales.

–Más allá de eso, aún mantiene su formato papel. ¿Los cambios en el paradigma de lectura generados por Internet –mayor velocidad, menos profundidad– influyeron en la idea de usar “las palabras como armas arrojadizas y la escritura como ejercicio lúdico” que usted menciona en el prólogo?

–La revista ha experimenta cambios de diseño a lo largo de toda su historia y es cierto que en las últimas dos décadas sus artículos han tendido a acortarse, aunque sin llegar a los extremos sufridos por la crítica en la prensa generalista de casi todo el mundo. No descarto que el mayor “dinamismo” del formato actual de la revista tenga algo que ver con los nuevos paradigmas de lectura, más allá de que, por ejemplo, a mediados de la década pasada se publicó un artículo de casi veinte páginas de Paul Schrader titulado “Canon Fodder”. Hoy no es habitual encontrar artículos de más de cinco páginas, mientras que en los ’70 Robin Wood o Raymond Durgnat solían extenderse más allá de las diez páginas.

–La revista pasó a ser propiedad de la Film Society del Lincoln Center en 1972. ¿Eso condicionó la mirada general sobre el cine en general, y de Hollywood en particular?

–Desde su venta, Film Comment ha mantenido una distancia prudencial respecto de su “casa madre”. Y si bien es cierto que la celebración del New York Film Festival o del festival New Films/New Directors, ambos organizados por la Film Society, suelen gozar de una amplia cobertura en la revista, podría decirse algo parecido del tratamiento que recibe en la revista el Festival de Cannes. Film Comment ha conseguido mantener un saludable estatuto de independencia.

Para anotar en la agenda

La nómina es grande y el espacio, escaso. Aquí, entonces, algunas de las presentaciones más destacadas, que ya incluyeron ayer la Revista de cine, lanzada por la Universidad del Cine, con Juan Villegas y Rodrigo Moreno, y Todo lo que necesitás saber sobre el cine, de Leonardo D’Espósito, publicado por la editorial Paidós.

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