Y un dÃa, por fin, a Peter Jackson se le acabó el curro Tolkien. O eso parece, por ahora. Después de haber sorprendido a los fanáticos de la famosa Saga del Anillo reproduciendo de manera obediente los tres libros que la componen, ahora llega La batalla de los cinco ejércitos, la tercera y última parte de su (como siempre) desmesurada adaptación de la novela El Hobbit, un volumen único que el director, pÃcaro para el negocio, decidió multiplicar por tres. Ya se sabe: todo bicho que camina se convierte en trilogÃa y las ganancias también se multiplican. De hecho las cinco pelÃculas anteriores basadas en la epopeya mÃtica del escritor británico llevan recaudados casi cinco mil millones de dólares en todo el mundo. Se espera que esta pieza que cierra la serie le haga honor al hiperbólico promedio.
Fiel a la costumbre iniciada por él mismo, La batalla de los cinco ejércitos arranca ahà donde el capÃtulo anterior habÃa cortado el hilo narrativo de manera abrupta, para continuarlo como si el hiato entre una pelÃcula y otra no existiera. Un procedimiento anticlimático al que no estarÃa mal bautizar como filmus interruptus. Es que, tal como ocurriera con los films del anillo, Jackson nunca ocultó su intención de que las tres partes funcionen como un largo relato de ocho horas. Dicho recurso permite que el episodio arranque bien arriba, haciendo que al fin tenga lugar la batalla que habÃa quedado pendiente contra Smaug, el dragón que custodia el tesoro de la montaña que los protagonistas vienen buscando. Como siempre, mucho del éxito de la pelÃcula vuelve a radicar en el despliegue de efectos digitales, herramienta que permite al director lograr proezas inesperadas, como hacer que a los 92 años el gran Christopher Lee ande peleando en escena como si se tratara de la reencarnación de otro Lee, en este caso Bruce Lee.
Pero más allá de que las dosis de heroÃsmo y las batallas legendarias se lleven buena parte (la mejor) del capÃtulo final de El Hobbit, la pelÃcula trata de otra cosa. Necesita y se esfuerza por dejar claro que quiere tratarse de otra cosa, más profunda, no pudiendo abandonarse al placer simple de la aventura por la aventura misma. Como si creyeran (falsamente) que el espÃritu aventurero no es suficiente virtud cinematográfica, sus responsables no pierden ninguna oportunidad de subrayar el mensaje de la obra de Tolkien. Empeñados en destacar la importancia de algunos valores humanos como la lealtad, la tradición, el amor, la amistad y la valentÃa por encima de la ambición o la avaricia, guionistas y director por momentos se extravÃan en pasajes de pretendido clasicismo shakespeareano en los que los personajes subrayan con sus parlamentos aquello que la acción pura ya habÃa dejado claro. Será que en el fondo Jackson confÃa más en las computadoras (que le permiten reproducir al detalle hasta lo irreproducible) que en la antigua nobleza del género épico donde un hecho valÃa por mil palabras.
The Hobbit: The Battle
of the Five Armies,
Nueva Zelanda/EE.UU., 2014
Dirección: Peter Jackson
Guión: Frank Walsh, Philippa Boynes, Guillermo del Toro y Peter Jackson, basados en la novela El Hobbit de J. R. R. Tolkien
Duración: 144 minutos
Intérpretes: Ian McKellen, Martin Freeman, Luke Evans, Orlando Bloom, Evangeline Lilly, Cate Blanchett, Christopher Lee, Hugo Weaving y otros.
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