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Jueves, 5 de noviembre de 2015
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007 SPECTRE, DE SAM MENDES, CON DANIEL CRAIG, CHRISTOPH WALTZ Y LEA SEYDOUX

Los diamantes siguen siendo eternos

Aun sin alcanzar la cima de Skyfall, la pel铆cula anterior de la serie, y la mejor de la era Craig, Spectre vuelve a demostrar que con el director Sam Mendes la franquicia recobr贸 su rumbo y es capaz de volver a los or铆genes sin por eso volverse anacr贸nica.

Por Luciano Monteagudo
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En Skyfall, su cuarta pel铆cula como 007, Daniel Craig ya sabe c贸mo pedir sus Martinis.

Parec铆a dif铆cil superar a 007 - Operaci贸n Skyfall (2012), la aventura inmediatamente anterior de la franquicia Bond, que sin duda fue la mejor de la era Daniel Craig. Y de hecho 007 Spectre no lo consigue. Pero hay que reconocer que tuvo que venir el director Sam Mendes 鈥揺l mismo de la sobrevalorada Belleza americana鈥 para volver a poner las cosas en su lugar con este par de ases, que reparan el da帽o causado por Casino Royale (2006) y Quantum of Solace (2008), donde Bond parec铆a cualquier otra cosa 鈥揹esde el esp铆a Jason Bourne hasta un burdo remedo de Bruce Willis en Duro de matar鈥 antes que el cl谩sico, inoxidable agente secreto al servicio de Su Majestad brit谩nica.

Los veteranos de la saga seguir谩n (seguiremos) insistiendo en que el actual Bond no tiene, ni de lejos, la displicente elegancia de Sean Connery, que parec铆a nacido para ese papel. Aunque finalmente habr谩 que admitir que Daniel Craig aprendi贸 a pedir sus Martinis (agitados, no revueltos) y a sentirse c贸modo al volante de los Aston Martin que el MI6 pone a su disposici贸n, ya sea el legendario modelo 1964 de Goldfinger que resucit贸 en Skyfall o en el prototipo de tres millones de libras esterlinas que ahora deja 鈥渆stacionado鈥 en el T铆ber, despu茅s de una espectacular persecuci贸n nocturna por las laber铆nticas calles de Roma.

Si hay algo que Spectre recupera, incluso en detrimento de una mayor consistencia argumental, es toda una serie de gui帽os y referencias a motivos cl谩sicos de la serie, que hab铆an resurgido en el film anterior, que aqu铆 se incrementan y que para los seguidores no pasar谩n inadvertidos. Empezando por el t铆tulo mismo de la pel铆cula, que recobra el nombre de la siniestra organizaci贸n dedicada al Mal absoluto imaginada por Ian Fleming, el autor de las novelas originales, y que no pudo ser utilizado durante d茅cadas por liosos conflictos legales. Y con Spectre vuelve Blofeld, el N煤mero Uno de la organizaci贸n, archienemigo at谩vico de Bond, a tal punto que aqu铆 el ej茅rcito de cinco guionistas no tuvo mejor idea que emparentarlo con el h茅roe, para hacerle un pasado m谩s oscuro.

Se dir铆a que ese toque esquizoide y, parad贸jicamente, el propio Blofeld (tambi茅n conocido como Franz Oberhauser) son lo menos interesante de 007 Spectre. A su vez, que Blofeld haya quedado a cargo del actor austr铆aco Christoph Waltz es una tautolog铆a de casting. 驴Por qu茅 convocar a Waltz para que remede a su coronel Hans Landa de Bastardos sin gloria de Tarantino? Ese villano ya est谩, ya se hizo y su repetici贸n in煤til, viciosa, no agrega nada a la brillante galer铆a de enemigos que supo ganarse Bond desde el inaugural y sat谩nico Doctor No, m谩s de medio siglo atr谩s.

Bajo la direcci贸n de Mendes (que en la apertura de rigor, ahora en M茅xico, se permite citar el famoso plano-secuencia inicial de Sed de mal, de Orson Welles), otros personajes, antes secundarios, ahora han ganado un sorpresivo, bienvenido protagonismo y se convierten en fieles aliados de Bond, adem谩s de adaptarse a los tiempos que corren. En la piel de la morocha Naomie Harris, la secretaria Moneypenny ya no anda suspirando de deseo por los pasillos, y el experto en gadgets Q dej贸 de ser un viejo cascarrabias y ahora, encarnado por Ben Whishaw, es un joven nerd tan r谩pido con las computadoras como con las r茅plicas verbales (鈥淟e dije que me devolviera el auto en una sola pieza, no que me trajera apenas una鈥, le recrimina a Bond). Y muerto el rey, viva el rey: su superior M ahora es Ralph Fiennes, pero Judy Dench se las ingenia para mandar un mensaje de ultratumba. 鈥淟a muerte no le iba impedir hacer su trabajo鈥, constata 007.

驴Y las famosas 鈥渃hicas鈥 Bond? En principio, hay apenas una, la francesa L茅a Seydoux, que puede llevar a 007 tanto a la tumba como al altar, lo cual para Bond no suele ser una buena se帽al. La otra es una mujer hecha y derecha, la italiana Monica Bellucci, suerte de viuda negra con quien Bond tiene un fugaz affaire que sirve de excusa para pasear con 茅l y su Aston Martin por Roma, siempre a toda velocidad, como sucede adem谩s en Londres o en T谩nger, por citar algunos puntos de inter茅s que toca el tour Spectre.

Quien quiera buscarlo, podr谩 ver en la trama de este nuevo Bond la influencia de las revelaciones de Edward Snowden sobre los peligros del espionaje inform谩tico a escala planetaria. Pero como siempre sucede, lo mejor en estos casos es dejarse llevar por los recuerdos y asociaciones (la mole letal de Spectre evoca tanto al Jaws de La esp铆a que me am贸 como al OddJob de Dedos de oro; la pelea a golpes de pu帽o en el tren remite a la de De Rusia con amor, etc. etc.) y abandonarse a las superficies de placer de una fantas铆a tan masculina como infantil, donde pareciera que para recorrer el mundo no hacen falta dinero, valijas ni pasaportes, que siempre habr谩 a mano un smoking reci茅n planchado para ir a cenar muy bien acompa帽ado antes de que empiece la acci贸n.

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