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Miércoles, 11 de mayo de 2016
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Celeste Helmet y su film Tierra golpeada, sobre la destitución del mandatario paraguayo

“La apertura de Lugo generó malestar”

Egresada de la Enerc, la cineasta se propuso desentrañar los manejos detrás de la Masacre de Curuguaty y el juicio político que le siguió. “El neoliberalismo empezó a jaquear al nuevo escenario con la pieza más débil, que era Paraguay”, detalla.

Por Oscar Ranzani
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“Con Lugo la gente empezó a sentir y a darse cuenta de que tiene derechos”, dice la realizadora.

Corría el año 2008 cuando el obispo y sociólogo Fernando Lugo asumió como presidente del Paraguay con una gran novedad: era el primer mandatario de ese país perteneciente a la centroizquierda. Con el apoyo de los sectores populares, Lugo logró llegar al poder e implementar una serie de medidas sociales que motivó la furia de la clase alta y de los partidos tradicionales. Durante sus cuatro años de gestión, Fernando Lugo tuvo 23 intentos de golpe de Estado, y a tan solo ocho meses de terminar su mandato, un hecho sangriento sacudió a su gobierno: la llamada Masacre de Curuguaty, un enfrentamiento entre campesinos sin tierras y policías que dejó un saldo de 16 muertos. Los parlamentarios de los partidos Colorado y Liberal culparon a Lugo por este hecho, le realizaron un juicio político por mal desempeño y el presidente fue destituido. Lo llamativo fue que la masacre ocurrió a tan solo ocho meses de las cercanas elecciones presidenciales en las que Lugo figuraba como favorito en la intención de voto. Este es el núcleo de Tierra golpeada, documental de Celeste Helmet, que se estrena mañana en el Espacio Incaa Gaumont.

La pregunta que, al principio, busca desentrañar esta graduada de Ciencias de la Comunicación y de la carrera de Guión en la Enerc es: ¿Fue un juicio político o un golpe de Estado parlamentario? A partir de ese interrogante –que con el correr del documental se va convirtiendo en certeza–, la cineasta analiza cuáles fueron los motivos que alentaron a la oposición y quiénes fueron los principales lobbistas y, por lo tanto, los mayores beneficiados de este acontecimiento que generó un quiebre en la historia latinoamericana reciente. Y algo más: Tierra golpeada también indaga en cómo las clases dominantes realizan golpes sin el uso de la fuerza militar y cómo resisten los movimientos campesinos en el histórico problema de las tierras del Paraguay.

“Estaba cursando Guión Documental en la escuela de cine y aconteció lo de Paraguay: inmediatamente decidí que esa iba a ser mi ópera prima documental”, cuenta Helmet en diálogo con Página/12. A partir de entonces, se planteó el trabajo de investigación. “Fui una semana a Asunción con una amiga y nos contactamos con distintos actores sociales haciendo entrevistas durante toda una semana”, agrega la directora. También recuerda que los miembros del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) de Paraguay les brindaron mucho material de investigación. “La investigación fue fácil: estaban muy abiertos a contar lo que pasó y a darnos todo el material que tenían.”

–Para explicar el golpe parlamentario se remonta a la historia de Paraguay, partiendo del golpe de estado de Alfredo Stroessner. ¿Cree que quedan reminiscencias de aquel suceso nefasto en la clase política paraguaya?

–Sí, porque por más que después llegó la democracia, todos los personeros del stronismo igual siguieron formando parte del Partido Colorado, que hasta que asumió Lugo fue el partido hegemónico en Paraguay. También porque lo territorial está vinculado a lo político.

–La película se llama Tierra golpeada y también analiza el conflicto histórico por las tierras que existe en Paraguay. ¿De qué manera estos problemas, que no empezaron con Lugo, influyeron en su destino político?

–Si bien Lugo no se planteó la reforma agraria, sí inició un proceso de mensuras de tierras, y propuso ver cuáles eran los títulos superpuestos. Porque en Paraguay, como hay un problema de tierras, están todos los títulos superpuestos, y capaz que una hectárea es de tres personas y no se sabe, en realidad, de quién es. El inició este proceso de mensura de tierras. Y ese latifundio es empleado para los monocultivos de soja. También desde el gobierno de Lugo se empezó a plantear el proceso de regular los agrotóxicos, ni siquiera de eliminar. Y eso fue un punto donde la clase dominante de Paraguay salió y generó un conflicto.

–Por lo que le pudieron comentar en Paraguay, ¿se llegó a clarificar en algún momento la Masacre de Curuguaty o se echó un manto de olvido al respecto?

–No se aclaró, y es increíble. Todos los propietarios de los latifundios forman parte del Poder Judicial. No se esclareció qué fue lo que pasó, si fue montado o no, si hubo francotiradores. Y, además, los campesinos siguen estando presos y se sigue pateando el juicio a ellos. Pasan los años y ellos siguen estando presos. Y eso tiene que ver con que los grandes terratenientes forman parte del Poder Judicial y, a su vez, algunos de ellos tienen empresas vinculadas a los agrotóxicos y otros, por ejemplo, son dueños de grandes medios de comunicación. Todo está concentrado en ese 2 por ciento de la población.

–¿Cuáles entiende que fueron los principales avances, en términos democráticos, que logró el gobierno de Lugo?

–En un país que tuvo una dictadura tan larga y que después fue hegemonizado por el Partido Colorado, cuando asumió Lugo se produjo una apertura democrática. La gente empezó a sentir y a darse cuenta de que tiene derechos. Empezó a haber mayor participación política de los jóvenes. Toda esa apertura democrática también implicó un malestar para las clases dominantes.

–¿Se puede entender el golpe parlamentario a Lugo como el inicio de la recuperación del poder por parte de la derecha en la región?

–Yo creo que sí. Uno de los entrevistados dice: “Este nuevo escenario con Unasur, Mercosur, con dirigentes políticos que hacen un replanteamiento del neoliberalismo empezaron a jaquearlo con la pieza más débil, que era Paraguay”.

–¿En la actualidad volvió a tener hegemonía el Partido Colorado en Paraguay o, en realidad, nunca la perdió?

–Yo creo que nunca la perdió porque ellos ocupan los lugares de poder. Si formás parte del Partido Colorado y, a su vez, tenés influencias del Poder Judicial nunca vas a perder el poder.

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