Tres jóvenes desaparecen en un bosque filmando un documental sobre la leyenda de una bruja que habita en él. El hallazgo de las cintas con el material crudo de ese documental era la excusa sobre la que los directores Dan Myrick y Eduardo Sánchez montaron la revolucionaria El proyecto Blair Witch (1999), que dio origen al auge de los films de terror de found footage (material encontrado), en los que los protagonistas filman sus propias desgracias. 27 años después, el hermano menor de uno de aquellos desaparecidos decide volver al mismo bosque con tres amigos a tratar de resolver el misterio de lo que realmente pasó ahÃ. De eso se trata Blair Witch, La bruja de Blair, de Adam Wingard.
La original fue una de las primeras pelÃculas en entender hacia dónde podÃa dirigirse el cine a partir de la utilización de las nuevas tecnologÃas digitales que hoy permiten que casi cualquiera pueda filmar. Ahà radica una de sus muchas virtudes. En cambio, el film de Wingard no tiene nada de innovador, sino que apenas incorpora el uso de nuevas herramientas tecnológicas (drones, cámaras auriculares, GPS), para contar más o menos la misma historia de jóvenes acosados por una entidad que filman su propio calvario. A pesar de la similitud, las diferencias estéticas (e incluso éticas) de ambas son muchas e importantes. En primer lugar porque al lado de ésta, la original parece un film realizado bajo el estricto Dogma ’95 popularizado por Lars Von Trier y Tomas Vinterberg. Si algún hallazgo y mérito tenÃa aquélla era su capacidad de generar terror sin mostrar absolutamente nada, y sin más efecto especial que el manejo del sonido y la oscuridad para generar uno de los fuera de campo más radicales y efectivos de la historia del cine. Al mismo tiempo la cámara en mano, empuñada por los protagonistas, conseguÃa generar una extraña experiencia de observación casi en primera persona.
Pero este film no solo se aparta de algunas de aquellas reglas, sino que ciertas decisiones hasta representan una traición respecto de ellas. En ese sentido Blair Witch, La bruja de Blair es una pelÃcula de terror del montón, con más puntos de contacto con algunas de las que se subieron a la ola del found footage a partir del éxito de El proyecto Blair Witch (una de las 5 pelÃculas más redituables de la historia en la relación costo-beneficio), como [Rec] (J. Balagueró y P. Plaza, 2007) o Actividad paranormal (Oren Peli, 2007), que no pudieron con la tentación de tener que mostrar algo, que a la minimalista y más innovadora propuesta de aquella. Se puede decir que Blair Witch, La bruja de Blair es apenas una copia de las copias de la pelÃcula que le da origen. Algo asà como una copia al cuadrado, con algunos sustos pero sin ningún aporte ni sorpresa.
Estados Unidos, 2016.
Dirección: Adam Wingard
Guión: Simon Barrett
Duración: 89 minutos
Intérpretes: James Allen McCue, Callie Hernández, Corbin Reid, Brandon Scott, Wes Robinson, Valorie Curry.
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