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Martes, 6 de febrero de 2007
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“VIDAS ARGENTINAS”, EL PROYECTO QUE RESCATA A PROTAGONISTAS DE LA HISTORIA NACIONAL

“Buscamos la humanidad de los personajes”

El Centro Cultural Caras y Caretas coproducirá con el Incaa nueve documentales en el lapso de dos años. Distintos directores abordarán, a veces con algún matiz ficcional, la vida y la obra de figuras como John William Cooke y Alicia Eguren, los Lugones, Norma Arrostito y Haroldo Conti, entre otros.

Por Oscar Ranzani
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María Seoane, César D’Angiolillo, Paula Hernández y Carlos Castro participan de la iniciativa.

El Centro Cultural Caras y Caretas elaboró un proyecto cinematográfico de envergadura, con la expectativa de reflejar a diez personajes de la historia argentina, de acuerdo con la mirada pluralista de distintos realizadores. A través de un acuerdo marco con el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), la institución cultural que preside Víctor Santa María y que dirige la periodista y escritora María Seoane, coproducirá nueve documentales en el lapso de dos años; el primero de ellos, Ramón Carrillo: el médico del pueblo, dirigido por Enrique Pavón Pereyra (h), se estrenó a fines del año pasado. El proyecto se titula “Vidas argentinas” y tiene como objetivo “recuperar personajes de la historia que han sido olvidados o de los cuales se conoce muy poco. O se conoce a grandes rasgos”, comenta Seoane en diálogo con Página/12. “Existe una necesidad en este proyecto, de poder contar(nos) la historia argentina a través de los personajes más importantes, hombres y mujeres que la han construido, con sus contradicciones”, agrega la autora de libros como El dictador (junto a Vicente Muleiro, sobre Jorge Rafael Videla) y Todo o nada, basado en la vida de Mario Roberto Santucho.

Para este año se han planificado cuatro documentales: Los Lugones (que está rodando Paula Hernández, directora de Herencia), Alicia y John, el peronismo olvidado, que contará con guión y dirección de Carlos Castro (Seoane será coguionista); Norma Arrostito: la última montonera, que será dirigido por César D’Angiolillo, y Haroldo Conti: Mascaró, el cazador de sueños, con dirección de Miguel Mato. En tanto, el año que viene se rodará Evita (con dirección de Seoane y Felipe Pigna), Rodolfo Puigróss (David Blaustein), Rafael Perrotta: El diario de Perrotta (Seoane-Carlos Castro), Enrique Santos Discépolo (Ulises Rosell) y Jorge Luis Borges (con dirección a confirmar). “Cada obra tiene la impronta de su realizador. Entonces, esa impronta implica una mirada o varias miradas”, explica Seoane, quien argumenta que no cree que haya “unicidad en el racconto de la historia argentina. Es fundamentalmente cine documental. Esto quiere decir que, a pesar de los recursos de ficción que se puedan usar, no se va a alterar lo que nosotros creemos que es la verdad histórica probada”. En el caso de Evita, por ejemplo, “va a tener una mirada que es la que le podamos imprimir Pigna y yo de aquello que se contó y de aquello que no se contó. Aquello que se contó, nosotros lo queremos contar de otra manera. Me parece que eso da una enorme libertad creativa. Además, la característica del proyecto es el pluralismo. Diría el fundamentalismo pluralista”, asegura Seoane.

Paula Hernández está rodando Los Lugones, un documental que encierra una ficción como punto de partida: “Es un viaje que hacen dos chicos de veinte años al Tigre. Uno quiere ser escritor y otro se interesa más por la fotografía. Dentro de este viaje, ellos van encontrando distintas situaciones que tienen que ver con los Lugones”, describe Hernández, quien tomó cuatro generaciones de la familia: Leopoldo Lugones, su hijo Polo (a quien se le atribuye el invento de la picana); su nieta Piri Lugones (militante en los ’70, torturada en la ESMA y desaparecida) y el hijo de Piri, Alejandro Peralta Lugones que, cumpliendo con la trágica historia familiar, se suicidó. Hernández sostiene que le interesó la mirada “de esos dos chicos que van descubriendo determinados personajes de la historia argentina, de la literatura, de la política, del ámbito cultural, que fue un poco lo que me pasó a mí cuando me acerqué a la historia. Ese es el acercamiento: un viaje más interior que hace uno de ellos, otro viaje que es más externo si se quiere y ahí va entrando toda esta relación con el documental”. La estructura cinematográfica está armada a partir de entrevistas a Osvaldo Bayer, Horacio González, Noé Jitrik, Julia Constenla y Horacio Verbitsky, entre otros, y se completa con escritos que dejó Alejandro Peralta Lugones antes de suicidarse y otro material de la hija de Piri Lugones que, según Hernández, “es la mirada de un adulto sobre la historia familiar, con una crudeza y una verdad que son conmovedoras”. Hernández tiene opiniones muy disímiles sobre los cuatro integrantes de la familia: “El que personalmente más me interesa es Piri Lugones. Me parece que es un personaje de una riqueza, una contradicción, una entrega, un desparpajo y una ternura al mismo tiempo que me parecen emocionantes. Es alguien que todo el tiempo tiene una contracara. Fue el personaje que yo sentí más cercano cuando empecé a investigar sobre los cuatro”, afirma Hernández.

César D’Angiolillo se encuentra en la etapa de investigación del documental sobre Norma Arrostito, una de las fundadoras de Montoneros que, según el realizador, “se conoce poco. O se conoce una campana, como la de la heroína o la mártir pintada por quienes adhirieron a su manera de luchar, y la del sector que la demonizó al ubicarla como una desalmada. Lo que me parece más interesante es encontrar la humanidad del personaje: era una chica común de un barrio de Buenos Aires”. D’Angiolillo reconoce que es difícil conseguir testimonios ya que “Norma era una chica de bastante bajo perfil, que no tenía la particularidad de destacarse, de exponerse mucho y menos después, cuando pasó a la clandestinidad en una organización político-militar. De todas maneras, hemos encontrado escritos de ella que son muy interesantes y también testimonios de gente que compartió los momentos más dramáticos o más difíciles de su vida. En función de estos testimonios y de lo que ella dejó, hay primero una reconstrucción del personaje que me parece lo más atractivo: un personaje real que asumió los riesgos y las consecuencias de su accionar y que es igual a cualquiera de nosotros”. D’Angiolillo afirma que Arrostito “fue alguien que tenía las mismas posibilidades nuestras, pero fue una de las fundadoras de una organización político-militar que puede ser juzgada a favor o no, pero que determinó mucho de lo que, incluso, estamos viviendo hoy”. El ingrediente ficcional estará compuesto por cuatro momentos en la vida del personaje que serán fundamentales “para construir dramáticamente la historia. A mí me parece importante que podamos ponernos en la piel de un personaje como ella, que tuvo la determinación de ciertas actitudes”, dice D’Angiolillo. María Seoane y Carlos Castro serán los guionistas de Alicia y John. El peronismo olvidado, basado en la historia de una de las figuras más emblemáticas de la izquierda peronista, John William Cooke –líder de la resistencia después del golpe del ’55– y de su mujer, Alicia Eguren. “Con María empezamos a ver la importancia de John William Cooke en el peronismo. Pero al mismo tiempo vimos que su mujer, Alicia Eguren, una desconocida casi en el movimiento peronista, tuvo una gran importancia en la formación de Cooke y fue decisiva en muchas determinaciones trascendentes que él tomó”, sostiene Castro, quien destaca que la película focalizará tanto en uno como en otro: “John William Cooke, por un lado, que pasa de ser uno de los diputados más brillantes del primer período peronista a convertirse en un ferviente organizador de la resistencia estando preso, y a ser el delegado de Perón” y que “por esos vaivenes que tiene la historia y la coyuntura en la vida termina luchando con el Che Guevara. Por supuesto, acompañado de Alicia Eguren”. La pregunta que buscará formular Castro en el documental es: “Hasta qué punto el movimiento peronista es permeable a distintas líneas políticas. Porque, de alguna manera convivían y Cooke fue la línea más radicalizada y, desde algunos lugares, también la más correcta a la hora de enfrentar a los procesos de dictadura que se fueron sucediendo después de la Libertadora a democracias muy frágiles”, argumenta Castro. Alicia y John. El peronismo olvidado estará estructurado sobre la base de entrevistas y tendrá también una reconstrucción para la que se utilizarán “recursos de historieta”, dice Castro, sin anticipar demasiado cómo será la combinación. El director reconoce que le resulta engorroso encontrar archivos relacionados con la figura de Cooke y que no existe prácticamente material fílmico.

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